En Memoria a Barry Horne

Barry Horne falleció el lunes por la mañana, el 5 de noviembre de 2001, debido a una falla en el riñón después de una huelga de hambre en la cárcel desde el 21 de Octubre de ese año.

18 mayo 2005
Reino Unido.

Barry Horne falleció el lunes por la mañana, el 5 de noviembre de 2001, debido a una falla en el riñón después de una huelga de hambre en la cárcel desde el 21 de Octubre de ese año. Barry estaba cumpliendo una sentencia en prisión de 18 años (la sentencia en prisión más larga que se le ha dictado a un activista de los derechos de los animales) por participar en una campaña por los derechos de los animales durante dos años que incluí­a el incendio premeditado como estrategia. Barry, un luchador con agallas, pasó muchos años en prisión por actuar en nombre de los animales. En 1988 se le dictó una condena condicional de seis meses por intentar robar un delfí­n de Marineland en Morecambe, al noroeste de Inglaterra. En 1991, se le aplicó una sentencia de tres años por poseer un dispositivo incendiario.

Desde 1997, Barry participó en tres huelgas de hambre para exigir al gobierno inglés la puesta en marcha de una comisión para examinar el uso de animales en experimentos - la huelga más prolongada duró 68 dí­as. Horne, quien se casó dos veces, dejó dos hijos y un nieto, y miles de seguidores.

Barry Horne

(Agradecemos a ALA-Euskadi por proporcionarnos artí­culos periodí­sticos de donde fue tomada la siguiente información sobre un hombre memorable en el movimiento por los derechos de los animales.)


Barry Horne fue un activista británico, vegano de base, firme en la lucha por la defensa de los animales. Horne, nacido en Northhampton, fue condenado en 1997 a lo que se considera la sentencia más larga contra un activista por la Liberación Animal -18 años de prisión- una condena que ni siquiera reciben muchos violadores, narcotraficantes o criminales en serie. Se le acusó de daños por 5,8 millones de libras esterlinas en incendios provocados en protesta contra los abusos de animales en experimentos cientí­ficos (cabe destacar que dichos incendios se provocaban únicamente cuando no habí­a personas que pudieran perecer en el atentado).

Este antiguo barrendero, estuvo por primera vez cerca de la muerte tras permanecer 68 dí­as en huelga de hambre desde la prisión de Full Sutton a finales de 1998. Horne, en aquella huelga como en la última, exigí­a al gobierno de Tony Blair que estableciera una Comisión Real para vigilar el futuro de la vivisección.

En esa huelga de hambre, la salud de Horne se deterioró: bajó su nivel de potasio peligrosamente, estuvo al borde del coma, perdió la vista de un ojo, tuvo problemas respiratorios y pesó 48 kilos.

Declaró al diario The Observer: "Me estoy desvaneciendo, hundiendo". Una carta garabateada con su débil mano, que fue extraí­da a escondidas sin que lo descubrieran los guardias de la prisión que vigilaban su cama de hospital, manifestaba: "Hablar es fácil. Sólo cuentan las acciones. Esto no es por mí­, es por cada animal que hay en cada laboratorio de tortura. Estamos marcando un hito, un momento en la Historia que será recordado... No lo duden, veremos el final de esta maldad".

Barry expresaba "No se trata de morir. Se trata de luchar. Hemos tratado de negociar con el Gobierno. Ellos me han condenado a muerte". Agregó que el Primer MinistroTony Blair prometió que prohibirí­a la experimentación con animales para hacer cosméticos, sin embargo, más tarde Blair anunció su renuncia a la creación de una regulación en experimentación animal.

Horne replicaba: "Los polí­ticos prometen, pero ¿por qué los apoyamos cuando no cumplen con lo que dicen? ¿Por qué la gente rí­e cuando los polí­ticos mienten? Deberí­amos estar enfadados".

El 21 de octubre del 2001 Barry Horne, a los 49 años, iniciaba su tercera huelga de hambre. Esta vez, su cuerpo muy dañado por las anteriores huelgas no resistió, el 4 de noviembre murió en el hospital de Worcester. Según declaró el Servicio de la Prisión, la causa de la muerte fue por grandes daños en el hí­gado.

Una mujer que ejercí­a de portavoz del personal de la Prisión, declaraba a BBC news online que el preso llevaba rechazando la comida de prisión desde el 21 de octubre. Horne habí­a firmado varios documentos en los que se negaba a recibir intervención médica debido a la huelga de hambre.

"El señor Horne habí­a firmado de antemano un documento en el que se negaba a intervenciones médicas por su negativa a alimentarse".

"Dado que al señor Horne no se le detectaron problemas mentales, no quedó otra opción que acatar las instrucciones del directivo", declaraba la portavoz del personal de la prisión en un comunicado.

El objetivo de sus huelgas de hambre no era conseguir su propia libertad, sino forzar al Gobierno británico a poner en marcha una comisión oficial para valorar los abusos cometidos con los animales viviseccionados.

'Creo que hay gente que va a ver a Barry como un mártir', afirmó Ronnie Lee, fundador del Frente de Liberación de los Animales.

'Todos nosotros, en el movimiento de defensa de los animales, tenemos una mezcla de tristeza y de rabia por su muerte. Hay gente que puede emprender acciones personales contra aquellos que abusan de los animales', advirtió.

Barry Horne recibí­a un promedio de cuarenta cartas diarias. Cartas de admiración o de ánimo de activistas que creí­an en su protesta. Carla Lane declaró: 'No creo en la violencia, ni en los incendios provocados ni nada de eso, pero sí­ creo en lo que ha llevado a Barry hasta la muerte'.

Y lo que llevó a Barry hasta la muerte es evitar el sufrimiento de 2,7 millones de animales que cada año son utilizados en el Reino Unido para experimentos cientí­ficos, según los datos atribuidos al Gobierno por la asociación de defensa de los animales Uncaged Campaigns. 'Monos, mandriles, perros, gatos, cerdos, conejos, ratones, ratas, conejillos de Indias, ovejas, caballos, cabras, periquitos y otros animales son envenenados, modificados genéticamente, infectados con patógenos letales, estresados, cachorros privados del cuidado de los padres, irradiados, quemados, cegados, traumatizados y forzados a inhalar sustancias', aseguró Uncaged.

'El 60% de los experimentos en el Reino Unido se hace sin ningún tipo de anestesia. Todos los animales mueren como consecuencia de los experimentos o son aniquilados al acabar los experimentos. Además, se estima que nueve millones de animales son criados y luego simplemente desechados porque no cumplen los requisitos exigidos. Hay filmaciones que demuestran que estos animales son gaseados y decapitados en laboratorios', insistió Uncaged citando informaciones del Ministerio del Interior británico.

GEPDA
http://www.gepda.org/a/articulo9a.html

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