En apoyo a la campaña mundial por la Lactancia Materna

Por segundo año consecutivo nos unimos a la campaña de IBFAN y UNICEF

04 agosto 2013
Caracas, Venezuela.

AnimaNaturalis participó nuevamente en las actividades promovidas por la Red Internacional de Grupos de pro Alimentación Infanti (IBFAN) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en apoyo a la Lactancia Materna, las cuales culminaron este domingo en una caminata de las organizaciones no gubernamentales y público en general.

El ser humano es único en la naturaleza por múltiples razones, destacando entre ellas el hecho de que se trata del único mamífero que ingiere leche procedente de otro animal pasado el periodo de lactancia. Y lo hace a pesar de saberse que la leche que produce cada mamífero es específica para su especie y que la naturaleza la ha hecho idónea para las necesidades de su cría y no para las de otra.

Las vacas de la industria láctea son sometidas a embarazos forzados, privación de libertad, ordeña intensiva y medicación. Las crías son separadas de sus madres al nacer, para que la leche que naturalmente le corresponde a los terneros sea comercializada.  Una vez el ternero nace y es retirado de la madre esta empieza a ser ordeñada y seguirá produciendo leche durante unos diez meses, y antes de que deje de dar leche volverá a ser inseminada otra vez y el proceso continuará así durante toda la vida de la vaca. 

Las hembras tendrán el mismo destino que sus madres y los machos se convertirán en carne de ternera, blanda y pálida, para lo cual hay que tener a los pequeños anémicos y encerrados en naves especiales donde no pueden moverse.

Casi todas las vacas lecheras suelen vivir en unas lamentables condiciones de hacinamiento y suciedad. Se les administran antibióticos, hormonas y tranquilizantes. Son ordeñadas de forma automática dos e incluso tres veces al día lo cual llega a producirles lesiones en las ubres y mastitis.

Las vacas lecheras victimas de la explotación intensiva no viven más allá de 5 o 6 años, cuando su vida podría alcanzar una duración de 20 años, a partir de esta edad su producción láctea empieza a dejar de ser rentable y hay que deshacerse de ellas. Son enviadas al matadero para transformar sus despojos en las populares hamburguesas y salchichas baratas. 

Es más, la madre Naturaleza previó que los mamíferos -es decir, los animales que maman- obtengan la leche directamente de las mamas de sus madres sin contacto con agente externo alguno ya que se trata de una sustancia que se altera y contamina con gran facilidad. 

Los humanos, sin embargo, en el convencimiento de que es sano seguir tomándola siendo ya adultos, hemos alterado hasta las leyes de la naturaleza para poder mantenerla en condiciones adecuadas de consumo. Y, sin embargo, son muchas las evidencias que indican que tan preciado líquido está detrás de muchas de las dolencias que hoy nos aquejan. 

Las diferencias tanto en cantidad como en calidad entre la leche de vaca y la materna son tan importantes, que determinan un comportamiento diferente en la nutrición y desarrollo del sistema de defensa del recién nacido y lactante.

Por otra parte, la leche de vaca procesada que se aporta al niño tiene alterados los componentes biológicos. Las fórmulas lácteas con que se alimenta a los recién nacidos, provienen de la leche de vaca modificada para tratar de hacerla semejante a la humana; sin embargo, carecen de algunos elementos presentes en la leche materna.

Las diferencias más importantes entre ambas leches son las siguientes:

  • - La osmolaridad de la leche de vaca (350 mOsm/l) es significativamente mayor que la leche humana (286 mOsm/l), lo cual provoca una sobrecarga en los riñones que al niño le es más difícil manejar. 
  • - La caseína de la leche de vaca, forma coágulos de difícil digestión en el intestino del lactante; en cambio la humana forma micelas blandas y pequeñas de fácil digestión. Esto determina que el vaciamiento del estómago sea de una hora y media, aproximadamente, en tanto que con leche de vaca es de cuatro horas.
  • - La proteína del suero más abundante en la leche humana es la alfa-lacto-albúmina, que tiene un alto valor biológico y sólo hay trazas de ella en la leche de vaca; en tanto que es rica en beta-lacto-globulina, proteína que con frecuencia produce alergia.
  • - La leche de vaca tiene mayores cantidades de ácidos grasos de cadena corta y mediana, mientras que la humana posee más ácidos grasos saturados.
  • - La leche de vaca no contiene lipasa ni omega 3.
  • - El hierro de la leche humana se absorbe en un 50%, el de vaca en un 10% y el de las fórmulas fortificadas en un 4%.
  • - El calcio de la leche humana se absorbe mejor, a pesar de ser menor su contenido, gracias a la mayor relación calcio/fósforo.
  • - La leche de vaca contiene escasa IgA.
  • - Los componentes bioactivos de la leche humana están ausentes en la leche de vaca procesada y en las fórmulas lácteas. 

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