Un joven hidalguense llamado Eduardo del Villar, de sólo 26 años, murió el pasado domingo tras sufrir una grave herida en la arteria ilíaca de la pierna derecha durante su participación en la corrida de toros realizada en la localidad de Seybaplaya, Campeche.
El joven participaba como “forcado”, personas sin ninguna preparación que se presentan en grupo en algunas corridas, esperan en línea al toro y lo sujetan hasta inmovilizarlo.
A la par del acontecimiento anterior, en una corrida de toros desarrollada en Madrid, España, en el marco de la Feria de San Isidro, los tres toreros que participaban fueron corneados por sus víctimas, las cuales sólo intentaban defenderse de su inminente destino. Por primera vez desde hace más de 30 años, la corrida tuvo que ser suspendida.
Los cronistas taurinos señalaron que: "El animal atropelló al torero de forma violenta, y aún tuvo tiempo de volver sobre su presa, a la que prendió y volteó de forma terrorífica", palabras llenas de insensatez que sólo demuestran desprecio a la vida e ignorancia, ya que el único animal sobre la tierra que puede ser violento de manera gratuita y tener maldad es el ser humano.
Estas noticias lamentables deberían despertar la conciencia de los políticos mexicanos que tienen en sus manos la prohibición de los espectáculos taurinos, pues éstos no solamente son crueles con los animales no humanos, sino que también representan un evidente riesgo para los humanos.
La tauromaquia atenta contra la vida y la dignidad de TODOS los animales y es también impropia en un mundo como el nuestro, lastimado por todo tipo de violencia.
¡No más muertes en las Plazas de toros!
Josemaría Férez Gil- Coordinador del área de Tauromaquia en AnimaNaturalis México
Fotografía: excelsior.com.mx
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