Hoy, 23 de enero, concluyó el juicio contra el criadero Green Hill, propiedad de la multinacional Marshall, en Brescia (Italia). Green Hill criaba perros de raza Beagle que posteriormente eran vendidos a laboratorios de vivisección de toda Europa.
El juez determinó que Green Hill, cerrado en el 2012 después de la histórica liberación de decenas de perros por parte de activistas por los derechos animales, violaba los artículos 544 bis e 544 tercero del Código Penal italiano, que se refieren al bienestar animal.
Los abogados de la LAV (Lega Anti Vivisezione), probaron que en Green Hill los perros sufrían descuido y malos tratos. Los que estaban enfermos no recibían tratamiento veterinario sino que eran asesinados “para ahorrar”; algunos cachorros que se enfermaban de dermatitis (enfermedad que se cura fácilmente) eran asesinados porque ya no eran “útiles” para la vivisección. Las llamadas “perras vientre” eran explotadas sin cesar, algunas incluso hasta la edad de 8 años, entre otros horrores que se documentaron durante el juicio.
Las personas condenadas a cárcel son: Renzo Graziosi y Ghislane Rondot, veterinario y co-administrador del criadero respectivamente, condenados a 1 año y 6 meses de prisión y Roberto Bravi, director del criadero, condenado a un año y al reembolso de los gastos del juicio.
Los 3,000 perros que habían sido decomisados por la justicia italiana al cerrarse de manera provisional Green Hill en el 2012 ahora podrán quedarse con las familias que les habían dado asilo temporal.
Gracias a una ley aprobada en el 2014, en Italia está prohibido criar perros, gatos y primates para la experimentación, por lo que Green Hill, de cualquier manera, nunca más volverá a abrir sus puertas.
En declaraciones de Gianluca Felicetti, presidente della LAV: “La condena de Green Hill es un reconocimiento a todos los que durante tantos años participaron en manifestaciones en Montichiari y en otras partes de Italia y del mundo; a los que ayunaron, firmaron peticiones, hicieron investigaciones periodísticas, denunciaron y saltaron barreras físicas e ideológicas que defendían lo indefendible, sabiendo que más allá de los muros de Green Hill la vivisección todavía existe y mata a casi 3,000 animales al día, todos los días, solo en Italia, sin dar ninguna respuesta positiva a nuestra salud. Por eso nuestra lucha continúa”.
La prensa italiana ha calificado esta victoria del animalismo como “histórica”, o como la victoria de David frente a Goliat, dado el poder económico de la multinacional Marshall, a la cual pertenecía Green Hill.
Fuente y foto: sitio web della Lega Anti Vivisezione (LAV)
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