"Los animales necesitan que les demos voz con estos actos, hacemos falta"

Testimonio de nuestra activista Andrea Magín sobre su participación en la impactante protesta de AnimaNaturalis contra el uso de pieles.

08 diciembre 2015
Barcelona, España.

La verdad es que nunca me hubiera imaginado desnuda ante cámaras, mucho menos en plena calle y en invierno.

Sin embargo, este domingo me olvidé de cualquier pudor porque millones de animales necesitan que le gritemos al mundo lo que sufren en sus carnes.

Me resulta curioso que a la gente le impacte ver una persona desnuda en la calle, mientras que no parece importarles la cantidad de pelo animal que lleva un abrigo que acaban de ver en un escaparate.

Realmente no somos conscientes de cuánto sufrimiento conlleva, y cuántas vidas han sido arrebatadas cruelmente para un único abrigo.

Por eso, sentí la necesidad de ayudar a los animales concienciando a las personas. Porque sé, que como mínimo, con mi presencia, el mensaje llegará a todos mis familiares y amigos. Ellos saben que si Andrea deja su vida para plantarse en Barcelona y quitarse la ropa, es porque verdaderamente esa causa es importante, porque implica un enorme sufrimiento animal y es algo que yo no estoy dispuesta a aceptar.

Hace unos meses, por primera vez y aún no sé cómo, saqué valentía para desnudarme en Pamplona contra el festejo de San Fermín.

Sola, sin ninguna amiga que me acompañara. Preparé mi mochila y me organicé con personas de mi comunidad a las que todavía no conocía.

Recuerdo mis nervios, tapándome todo lo que podía con mis manos, impresionada por tanta prensa y tantos transeúntes que se acercaron a ver la performance. Me coloqué en el lugar más escondido que pude para ser sólo un bulto rojo más y me preguntaba a mí misma si realmente era necesario hacerlo así.

La respuesta la encontré muy pronto.

Tras la acción, recibí numerosos mensajes de amigos que me habían visto por televisión, aunque fuera un sólo segundo ellos se percataron de mi rostro. Sus mensajes eran de felicitación por mi valentía y dar voz a esos inocentes toros, pero también de preguntas. Muchos de ellos desconocían el maltrato al que son sometidos los toros antes de ser asesinados. Muchos de ellos desconocían que los toros acababan asesinados y los numerosos toros que perderían la vida en sólo una semana.

Desde entonces, muchos de ellos no están de acuerdo con este festejo.

Por tanto, ha merecido la pena hacerlo si a todo tu entorno le ha llegado el mensaje que transmitía toda la gente que allí estábamos. Cada uno de nosotros hacemos falta en ese acto.

Por eso, el domingo lo volví a hacer.

Esta vez un poco más valiente, nada de esconderse, esta vez me pidieron estar en primera fila y así lo hice. Mostrando al mundo entero mi repulsa contra la industria peletera.

Me sentí muy impresionada al ver tantísimas cámaras y periodistas, pero justo eso me dio fuerzas para superar el frío y la vergüenza. "El mensaje va a llegar a mucha gente", me dije mentalmente.

Ya no siento vergüenza al desnudarme por los animales, me sentí tan arropada por tantísimas personas desconocidas. No éramos modelos, éramos personas normales de la calle, con la que te cruzas normalmente en el autobús o tomando un café.

Vergüenza es ser consciente del sufrimiento animal y no dejar de usar pieles, de comer carne o de ir a un festejo taurino.

Cuando mi cuerpo yacía desnudo sobre la acera, hacía frío, la baldosa estaba gélida, los escalones se me clavaban en la espalda y la postura me entumecía la cadera y el cuello. Pero todo se pasa cuando te mentalizas de cuánto sufre un animal cuando es despellejado vivo. Esto no suponía esfuerzo alguno.

Es por eso que esta vez hice esta protesta con toda mi ilusión. Utilizando un día de mis vacaciones para viajar desde Elche, recogiendo por el camino a los que hoy son mi familia, esas personas que conocí en el viaje a Pamplona. Y es que siendo un grupo muy variopinto de entre 15 y 74 años, nos une un sentimiento muy importante hacia los animales. Y eso mismo, nos hace sentir un respeto y una admiración muy grande entre nosotros.

Ha sido un viaje muy especial, esta vez no solo preparé solo mi mochila, si no también la de mi perra recién adoptada. Ha sido mi viaje de navidades, me he sentido muy feliz y arropada de gente maravillosa. Personas que como yo, cogen su maleta para venir desde cualquier lugar. O personas incluso de la misma ciudad que hacen de esta acción algo prioritario en su agenda.

Personas a las que como a mí, les vuelven a llegar mensajes de familiares y amigos a los que con nuestra presencia les ha llegado la concienciación sobre el uso de pieles. Porque quizás, hasta que no vieron a su prima, su compañera de trabajo... No se habían planteado cuántas vidas hay detrás de un sólo abrigo.

Me puedo sentir más que satisfecha con que un sólo amigo mío deje hoy de comprar pieles. Con una persona sola a la que le transmita mi mensaje, ya he salvado muchas vidas.

Con este testimonio, lo que realmente quiero es concienciar a la gente. Animar a cada persona que desde casa siente la necesidad como nosotros de ayudar a los animales. Cada persona hacemos falta, cada uno de nosotros va a transmitir el mensaje a diferentes personas.

Hacemos falta, los animales necesitan que les demos voz con estos actos.

Doy de corazón las gracias a cada una de las personas que organizaron esto con tanto esfuerzo, y por supuesto a cada uno de los valientes que desnudaron su cuerpo.

Todos vosotros os lleváis un pedacito de mi corazón por dar voz a los seres que tanto amo.

 


 

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