El pasado sábado 11 de julio se llevó a cabo el Primer Encuentro Distrital sobre Protección Animal en el auditorio del Gimnasio Moderno en Bogotá. Entre otros temas se trató el de tráfico de fauna silvestre, considerado el tercer negocio ilegal más grande y lucrativo del mundo, que además de constituir un acto de crueldad hacia los individuos comercializados, es una amenaza directa contra el equilibrio ya precario de numerosos ecosistemas naturales del país. 

El tráfico de fauna silvestre es un delito cometido en todo el territorio nacional y tiene en la capital uno de sus principales centros de comercio. Por tal razón, en el Encuentro se manifestó la necesidad de tomar acciones urgentes para mitigar esta problemática, y se logró que algunas entidades distritales asumieran compromisos importantes frente a un auditorio conformado por ciudadanos activos en la defensa de los animales.

 

EL PRIMER ENCUENTRO DISTRITAL DE PROTECCIÓN ANIMAL

La planeación del Encuentro comenzó a finales del 2008, cuando un grupo de personas vinculadas de tiempo atrás en organizaciones civiles dedicadas a la protección de los animales, ante la generalizada pasividad social y gubernamental frente al maltrato, crean el colectivo animalista Agenda Animal. Bajo el lema: “Los derechos de los animales son asunto de todos”, este colectivo realizó una ardua tarea de investigación, organización y convocatoria para a hacer posible el Encuentro.

Los invitados de honor al Primer Encuentro Distrital sobre Protección Animal fueron, de un lado, las entidades distritales de la Capital que están involucradas en la aplicación de las normas relacionadas con la protección, la prevención del maltrato, la conservación y la atención a los animales en la ciudad. Y de otro lado, las organizaciones civiles y los ciudadanos particulares, que dedican diariamente sus esfuerzos a tratar de revertir la situación que denuncia una de las frases más representativas de su pensamiento: “El hombre ha hecho de la tierra un infierno para los animales”.

El colectivo Agenda Animal instaló y moderó tres mesas de trabajo en las que se expusieron diagnósticos y luego se propusieron estrategias a las entidades públicas para generar compromisos concretos frente a las problemáticas planteadas.  En la primera mesa se discutió el tema de perros y gatos, en la segunda el de vehículos de tracción animal y en la tercera el de tráfico y tenencia ilegal de fauna silvestre.
Para esta última mesa de trabajo estaban convocados la Policía Ambiental y Ecológica, el Sena y las secretarías distritales de Ambiente, Planeación y Gobierno. Sin embargo sólo participaron los representantes de la Policía y de la Secretaría de Ambiente.


EL TRÁFICO DE FAUNA SILVESTRE: UNA TRAGEDIA IGNORADA POR LA MAYORÍA

 
 

El diagnóstico presentado por Agenda Animal sobre uso en espectáculos, tráfico y tenencia ilegal de especies de fauna silvestre en Bogotá, mostró un panorama alarmante.
Colombia se adhirió mediante la ley 17 de 1981 a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, CITES, lo cual significa asumir, entre otras cosas, la implementación de medidas de control efectivo sobre el tráfico ilegal de fauna silvestre. A pesar de este convenio y de la normatividad nacional creada para cumplirlo, como corresponde a la Ley 99 de 1993, el delito del tráfico continúa boyante en nuestro país.

Una de las fallas que han llevado a esta trágica situación corresponde a la falta de voluntad política y de coordinación entre las entidades gubernamentales para controlar la actividad delictiva contra la fauna silvestre, como lo demuestran la ausencia de estadísticas actualizadas  y sistematizadas a nivel nacional y distrital para poder diseñar estrategias efectivas. Otra deficiencia está en el desconocimiento de la ley y los procedimientos adecuados por parte de miembros de las autoridades, cuando los ciudadanos denuncian casos de tráfico o tenencia ilegal de especies silvestres o exóticas. Además se observa un desbordamiento de la capacidad de los centros de recepción y rehabilitación de fauna silvestre (por la cantidad de animales que llegan a diario), impunidad campante y poca visibilidad de las campañas realizadas contra este delito en los medios masivos de comunicación.

Para saciar la demanda local, nacional e internacional llegan a Bogotá animales extraídos de sus hábitats desde todas las regiones del país. El destino de los pocos que sobreviven después de las traumáticas condiciones de aislamiento, cautiverio, transporte y maltrato son vendidos para investigación biomédica, para exhibición en espectáculos,  para moda o como animales de compañía.

Según el Dr. Norberto Leguizamón, profesional especializado en fauna silvestre y delegado de la Secretaría Distrital de Ambiente al Encuentro, la mayoría de animales recibidos en el Centro de Recepción y Rehabilitación de Fauna Silvestre ubicado en la localidad de Engativá, llegan en pésimo estado de salud debido a largas privaciones de alimento y agua, a condiciones de transporte precarias, a la mezcla de especies distintas en la misma jaula (lo que provoca ataques entre los individuos) y al hacinamiento, entre otras prácticas deplorables e inhumanas realizadas por los traficantes y tenedores ilegales de estos animales.

Actualmente hay alrededor de 1.600 animales en el centro de recepción de Engativá. Este grupo lo conforman aves, reptiles, mamíferos, arácnidos y peces.

Desde hace más de un mes en URRAS, Unidad de Rescate y Rehabilitación de Animales Silvestres de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional, hay un aviso donde se anuncia que no se reciben más tortugas por falta de cupo, y según su directora, la Dra. Claudia Brieva, desde hace unas semanas también se cerró la recepción de otras especies de animales por la misma razón.

Entre enero y junio de 2009 URRAS recibió 510 animales. La mayoría fueron aves entre las que se encuentran principalmente loros, guacamayas, águilas, halcones, pericos y búhos. Otras especies representativas fueron tití gris, perezosos, ardillas, faras y distintas variedades de tortugas.

La Policía Ambiental tiene en Bogotá un recinto de recepción para los animales decomisados, pero éste no cumple con las exigencias y necesidades que la dimensión del comercio ilegal presenta.

 

El  artículo 328 del código penal colombiano establece penas entre los 32 y 90 meses de cárcel y multa hasta 15 mil salarios mínimos legales mensuales vigentes para quienes incurran en el delito del tráfico ilegal de animales silvestres.

Según datos recopilados por Néstor Javier Mancera Rodríguez y Otto Reyes García en su estudio Comercio de Fauna Silvestre en Colombia, la Procuraduría General de la Nación, entre los años 1996 y 2004, registró “1.639 investigaciones frente a los 251.776 animales decomisados; 45 de ellas concluyeron en multa y 263 en sanción diferente, incluido el decomiso definitivo, es decir las sanciones alcanzan sólo el 18,79% de las investigaciones iniciadas”.

 

 

Hoy en día los ciudadanos bogotanos conscientes del maltrato hacia los animales silvestres y del desastre ecológico que conlleva el tráfico ilegal de estos seres, aún siguen viendo con impotencia e indignación cómo se ofrece fauna silvestre en plazas de mercado (principalmente en la del Restrepo), en tiendas de animales, en veterinarias e incluso en la calle, donde también se realizan espectáculos con estos animales, y además, cómo a la ciudad llegan y se van tranquilamente circos que promocionan entre sus atractivos actos con animales exóticos.

 

AL FINAL SE HICIERON COMPROMISOS             

En la tercera mesa de trabajo del Primer Encuentro Distrital de Protección Animal, el delegado de la Secretaría de Ambiente, Dr. Norberto Leguizamón, defendió la labor que esta entidad cumple en el control y manejo de fauna silvestre en la capital. Describió el trabajo constante de la Secretaría, consistente en operativos y allanamientos en coordinación con la Personería, la SIJIN, la Policía Ambiental y la Fiscalía. También relató cómo desde el centro de recepción de Engativá, donde trabajan profesionales idóneos en el manejo de fauna silvestre, se realizan además de las labores de rehabilitación de los animales incautados, acciones dirigidas a la educación sobre tráfico ilegal y manejo de fauna silvestre. Sin embargo reconoce que la gravedad del problema desborda la capacidad de manejo del centro de recepción, y que esta situación no podrá ser superada si en otras ciudades y regiones del país no se fortalecen las medidas preventivas y policivas orientadas a controlar efectivamente el delito del tráfico ilícito de animales silvestres.

 

Por su parte el Intendente Jefe de la Policía Ambiental y Ecológica, Orlando Patiño Marín, describió las tareas que a diario realiza esta dependencia policial y que consisten en actividades educativas sobre flora y fauna silvestres en escuelas, colegios y universidades, y operativos en el aeropuerto, los terminales de transporte, las plazas de mercado y las tiendas de mascotas. El Intendente también señaló que en el año 2008 la Policía Ambiental y Ecológica incautó más de 2.500 animales silvestres en Bogotá, y que en el presente año ya se ha judicializado a varias personas por comercio ilegal de fauna silvestre.

 

Finalmente frente a los requerimientos y estrategias propuestas por los miembros del colectivo Agenda Animal, encaminados hacia la protección de la fauna silvestre amenazada por el tráfico ilegal en Bogotá, la Secretaría Distrital de Ambiente se comprometió, a través de su representante el Dr. Leguizamón, a mejorar la condiciones del Centro de Recuperación y Rehabilitación de Animales Silvestres, a buscar mayor presupuesto para este centro y a consolidar alianzas de este establecimiento con otros centros de recepción y rehabilitación de fauna silvestre de la ciudad, para así trabajar conjuntamente, tanto en el mejoramiento de la atención de los animales como en las estrategias educativas dirigidas a la ciudadanía.

 

De otro lado la Policía Ambiental y Ecológica de Bogotá, a través de su representante, el Intendente Marín, se comprometió a fortalecer los procesos de capacitación y profesionalización de mayor número de efectivos de la entidad. También ratificó el compromiso de la Policía Ambiental y Ecológica frente a cualquier denuncia hecha por los ciudadanos relacionada con el tráfico, la tenencia ilegal o cualquier tipo de maltrato a los animales en el teléfono: 660 28 75 de Bogotá.

 

La Contraloría de Bogotá estuvo presente en el Encuentro por medio de su delegado, el Dr. Jorge Alberto Solano, con quien se acordó realizar la Primera Mesa Temática de Seguimiento a Compromisos, el 15 de octubre de este año, es decir, que los compromisos adquiridos por la entidades distritales en este Primer Encuentro de Protección Animal estarán bajo la mirada cautelar de la Contraloría.

 

Al momento del cierre de las tres mesas de trabajo del Encuentro, la Dra. Andrea Padilla, una de las representantes de Agenda Animal, concluyó haciendo un balance positivo de la jornada y extendiendo una invitación al auditorio y a toda la ciudadanía a ejercer su derecho de hacer seguimiento y veeduría a los importantes compromisos logrados, no sólo con respecto al control del tráfico y tenencia ilegal de fauna silvestre en Bogotá, sino también sobre los demás temas tratados en el Encuentro.

 

El tráfico de fauna silvestre es un asunto que debe atraer la atención de los colombianos, pues es una actividad que afecta no sólo a los animales (seres con capacidad de sentir dolor), sino también la integridad y supervivencia de los ecosistemas naturales, que constituyen una parte esencial de los recursos patrimoniales de la nación y que directa o indirectamente se relacionan con la supervivencia de los humanos. De esta manera, y a modo de llamado de alerta, es útil y necesario recordar una frase célebre del escritor ruso León Tolstoi: “Si un hombre aspira a una vida correcta, su primer acto de abstinencia es el de lastimar animales”.

 
Por
Adelaida Herrera

2009