Leydy Araceli Pech, la defensora de las abejas.

Leydy Araceli Pech Martin, nacida en el seno de una comunidad maya, Ich Eq, en Yucatán, México, acaba de ganar el Premio Goldman 2020, considerado el Nobel del medio ambiente. Esto por su lucha en la península de Yucatán contra todo modelo de desarrollo agroindustrial, pues observó una gran afectación a la preservación de las abejas, la biodiversidad y la vida misma.

10 diciembre 2020
CDMX, México.

Leydy Araceli Pech Martin, nacida en el seno de una comunidad maya, Ich Eq, en Yucatán, México, acaba de ganar el Premio Goldman 2020, considerado el Nobel del medio ambiente. Esto por su lucha en la península de Yucatán contra todo modelo de desarrollo agroindustrial, pues observó una gran afectación a la preservación de las abejas, la biodiversidad y la vida misma.

Ich Eq, nombre que en maya significa “ojo de estrella”, mantiene una identidad cultural cuyos cimientos ancestrales son donde los mayas mantenían una relación muy importante con las abejas. Observaron que, para producir alimento y plantas medicinales, era prescindible tener abejas, cuidarlas y conservarlas.

Leydy, no solo comparte el objetivo de trabajar por el reconocimiento y respeto de los derechos indígenas en la región, sino también por demostrar las habilidades y el potencial de las mujeres de la comunidad, pero sin duda alguna, uno de sus objetivos vitales es la defensa de su territorio que es amenazado por la creciente deforestación y contaminación provocada por la agricultura industrial.

“No puedo quedarme de brazos cruzados cuando se lo que está pasando” -Leydy Pech.

La lucha por la vida comienza.

El gobierno mexicano autorizo el cultivo sin consultar a las comunidades. Cuando la expansión del cultivo industrializado de soja se hizo presente en el municipio de Hopelchén, Campeche. Leydy Pech y la comunidad, observaron el deterioro de las grandes extensiones de bosque tropical, resultado del uso de plaguicidas tóxicos en la tierra y el agua. También se percataron de lo perjudicial que resulta para la salud humana, y en particular aquellos ecosistemas que dependen de las abejas. 

La Suprema Corte de Justicia de México, ha reconocido esta violación a los derechos humanos y la siembra ilegal de soja transgénica, sin embargo, no ha parado, al igual que la fumigación de cultivos que provoca una mezcla dañina de productos químicos llegando a casas, fuentes de agua y flores de las que dependen las abejas.

La fuerza de una comunidad unida.

La comunidad indígena maya demanda el derecho a ser consultado y respetado. La conservación de las abejas ayuda a mantener la biodiversidad, además, es una herencia ancestral que debe ser trasmitida para las nuevas generaciones y la preservación de la vida misma.

Es la razón de existencia del movimiento, la lucha de una comunidad consciente por la vida y por la no indiferencia.

Recordemos que las abejas son los grandes polinizadores, la producción de nuestros alimentos dependen de esa función, así que sin ellas, la humanidad estaría condenada a la extinción en menos de una década.

Todos los animales son importantes, todos los animales valen, todos los animales tienen una función en el equilibrio de nuestros ecosistemas, así que cuidémoslas y defendámoslas, siguiendo el ejemplo de Leydy Pech. 

 

 

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