Protesta en Tordesillas contra el Toro Lanceado

Vecinos y peñistas de Tordesillas recibieron con insultos y abucheos a 150 antitaurinos en la Plaza Mayor Un cordón de cuarenta efectivos de la Guardia Civil separó a ambas partes durante la hora que duró el acto

12 septiembre 2005
España.
Tensión máxima en Tordesillas. La mecha prendió, como era de esperar, pero afortunadamente no hubo explosión. La entrada a la Plaza Mayor de la villa de 150 activistas antitaurinos que se concentraron ayer para expresar su repulsa al Torneo del Toro de la Vega -cifra facilitada por la Subdelegación del Gobierno- encendió los ánimos en la villa del Tratado. Eran las 12.00 horas cuando escoltados por una veintena de agentes de la Agrupación Rural de Seguridad (GRS 6 de León) los manifestantes accedían por la calle Santa María al centro histórico del municipio entre un aluvión de insultos, abucheos y algún que otro golpe a las pancartas que portaban con los tradicionales cayados. En ellas se reclamaba la abolición del «salvaje espectáculo» y se pedía «piedad» en grandes letras para 'Cabrero', el astado que mañana será alanceado en el torneo.

«Es una provocación clara venir el día de la patrona y llamar a todo un pueblo asesinos y meterse con una costumbre ancestral», señalaban un grupo de peñistas. «¿No podían haber venido en enero o en mayo?», se preguntaban. La respuesta entre las filas antitaurinas era contundente: «Una provocación sería haber venido el mismo día de esta barbaridad, durante años hemos protestado y nadie ha hecho caso. Por eso hemos decidido venir aquí para decir que el movimiento animalista de toda España está en contra del Toro de la Vega», puntualizaba Elena Sánchez, de Amnistía Animal de Castilla y León

Un cordón de efectivos de la Benemérita acotaba a las 11.45 horas un esquinazo de la plaza junto al Ayuntamiento que se reservó para la protesta. A esa hora pandas y vecinos de Tordesillas se mantenían expectantes en la plaza, mientras la Guardia Civil cortaba al tráfico de peatones la calle San Pedro para utilizarla más tarde como vía de desalojo de los manifestantes.

La hora del vermú coincidió con la llegada de la marcha. Centenares de tordesillanos recibieron al grito de «¿fuera, fuera!» a los convocados por el Partido Antitaurino Contra el Maltrato Animal (PACMA). Los agentes que los escoltaban, cuya actuación fue impecable en todo momento, se tuvieron que esmerar para evitar que ambas partes entrasen en contacto. Aún así, los insultos -«hijos de puta», «etarras»...- las recomendaciones -«preocupaos más de las personas»...-, empujones y tirones a las pancartas que portaban hicieron temer lo peor.

Fue en ese momento cuando aparecieron en la plaza otros veinte agentes pertrechados con indumentaria antidisturbios, fusiles de pelotas de goma y escudos. Desde ese momento, el muro verde de la Benemérita separó a unos de otros.

Los momentos de máxima tensión dieron lugar a algunos cánticos por parte de los vecinos mientras los antitaurinos, muchos de ellos asustados ante la hostil recepción, elevaban sus pancartas.

Durante los sesenta minutos que duró la tensa protesta -de 12.00 a 13.00 horas- se sucedieron todo tipo de reacciones. «Estamos aquí como pioneros, jugándonos la vida para que ningún ser vivo sea torturado por diversión», recalcaba Cristina García Moreno de Madrid. Mientras, el presidente del Patronato del Toro de la Vega, Gerardo Abril, intentaba convencer a Concepción Reyero, del PACMA, de que el día elegido «no era el más oportuno». «Nos habéis venido a agredir y a provocarnos y queréis acabar con un símbolo de todos los castellanos con cinco siglos de historia», recalcaba.

A las 13.10 horas el cordón policial se fue cerrando hacia la calle San Pedro con los antitaurinos en su interior. Una lluvia de polvorones del Toro, junto con otro chaparrón de palabras gruesas, les despedía. Escoltados por una veintena de agentes, los 'animalistas' regresaron hacia el lugar donde habían dejado sus vehículos y la calma volvía al centro de la histórica villa.

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