Se calcula que entre 2500 y 3000 aves, especialmente las rapaces, reciben una descarga mortal al ponerse sobre las plataformas de las torres eléctricas y al tocar con sus alas las dos polaridades. Los datos recogidos por diversas asociaciones indican que las especies más afectadas por el aumento del cableado en el territorio son la cigüeña, el búho y el águila dorada, así como otras especies en peligro de extinción.
El responsable del Servicio de Protección de la Fauna del Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat, Jordi Ruiz, ha mostrado su preocupación por el hecho de que aproximadamente la mitad de las muertes de las águilas perdicera, una especie protegida, son por electrocución, ya que sólo hay 60 parejas de esta especie en Catalunya.
Por este motivo, las asociaciones ecologistas instan al gobierno a instalar elementos protectores en las torres de nueva construcción para evitar la electrocución de las aves, así como intervenir en las más antiguas. Aunque el Departamento de Medio Ambiente ya ha elaborado el borrador de la normativa que recogerá estas medidas, la administración ya ha impulsado diferentes convenios con las compañías eléctricas para intentar solucionar este problema. No obstante, las comarcas del centro y sur de Barcelona y las del Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre continúan concentrando los puntos con más mortalidad de aves, según los datos recogidos por los colectivos ecologistas.
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