El traslado de la protesta a la plaza de la Puerta de la Villa por motivos de seguridad rebajó algo el riesgo de enfrentamientos respecto al 2005 al concentrarse menos vecinos, pero no los ánimos crispados y el cruce de descalificaciones.
Sesenta agentes de la Guardia Civil ¿más de una veintena pertenecientes a la imponente Agrupación de Reserva y Seguridad de León¿ fueron los encargados de evitar que tordesillanos y visitantes entrarán en contacto físico durante la hora y media que duró la concentración.
El cordón de antidisturbios no pudo prevenir, sin embargo, que los siete autobuses que trasladaban a los activistas convocados por el Partido Antitaurino contra el Maltrato Animal (PACMA) fueran recibidos con una lluvia de huevos e insultos al considerar este acto 'una provocación contra la cultura de todo un pueblo'.
Eran las 11.54 horas cuando los primeros autocares tomaban la avenida Santa Teresa hacia el punto de partida de la marcha y se producía el primer altercado. Un vecino de Tordesillas fue reducido con contundencia cuando intentó cerrar el paso al convoy, que llevó hasta el municipio a más de quinientas personas, casi cuatro veces más que el pasado año. Momentos antes, miembros del Patronato del Toro de la Vega habían intentado sin éxito que los tordesillanos dieran la espalda a los manifestantes: 'Cuando lleguen no les recibáis con gritos, simplemente nos damos la vuelta y nos vamos a la Plaza Mayor, somos más civilizados que ellos y no nos van a quitar el Toro de la Vega', se oía por un megáfono.
No pudo ser. Al grito de ¡fuera, fuera!, con las tradicionales cayadas en alto y entre un chaparrón de huevos y tomates, los activistas, procedentes de todas partes de España, ocuparon la zona acotada con vallas y protegida por la Benemérita. Desde ese momento el intercambio de mensajes fue constante. 'Estamos en contra de que se libere a un toro para lincharlo por una horda de individuos armados hasta machacarlo, es una barbaridad que nos sitúa a la cola de Europa', señaló María Jesús Bocos, del PACMA, quien acusó a la Junta de permitir esta 'aberración', contraria al derecho internacional, al declarar la fiesta de interés regional. Bocos pidió al arzobispo de Valladolid que se desvincule públicamente de un espectáculo que se celebra en honor a una Virgen. 'Si defienden los valores de la paz, de la piedad, de la compasión y el valor de la vida de todos los seres vivos debería hacerlo', añadió.
El segundo incidente se produjo cuando un vecino a caballo accedió a la zona de la manifestación. El teniente coronel Javier Galache, encargado del operativo, se las vio y se las deseó para sacar al jinete de este espacio y evitar que el animal pudiera ponerse nervioso y provocar algún accidente.
Hasta las 13.30 horas los insultos, arengas y amenazas fueron continuos. «Menos violencia y más inteligencia», coreaban los antitaurinos, que eran replicados con algunas palabras gruesas y la jota del Toro de la Vega que compuso Candeal. Mientras que los torsedillanos calificaban de agresión la visita de los antitaurinos ¿'es una sinvergonzonería, vienen a insultarnos a nuestra casa, nos han llegado a decir que volvamos a nuestras cuevas'¿ el alcalde, Emilio Álvarez Villazán, confirmó que había ocurrido lo más previsible «por mucho que desde el Grupo de Gobierno se haya pedido que no se entrara en provocaciones'. 'Se ha caído en la provocación hubiera sido mucho mejor si nadie de Tordesillas hubiera acudido a escuchar a los manifestantes', añadió el regidor. A su juicio «es duro que vengan a tu pueblo a increparte y a insultarte. El problema se está radicalizando y esto es malo tanto para una parte como para otra', dijo. Cuando quedaban veinte minutos para las 14.00 horas la protesta se disolvía mientras una avioneta con una pancarta con el lema `Rompesueños, condenado a tortura mortal¿ sobrevolaba la villa del Tratado.
Fuente: Terra Actualidad
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