En busca del oso

Agentes forestales trabajan para identificar a los animales que viven en la Vall del Manyanet Varios excursionistas han avistado un ejemplar en dos ocasiones

15 junio 2004
Internacional.

Agentes forestales trabajan para identificar a los animales que viven en la Vall del Manyanet Varios excursionistas han avistado un ejemplar en dos ocasiones

El oso ha regresado a la Vall del Manyanet. Cien años después de que el plantígrado desapareciera de este tranquilo paraje, los vecinos viven con cierto recelo la reciente aparición del animal. El oso se ha convertido, de la noche a la mañana, en un singular reclamo para atraer a turistas ávidos de aventuras, pero, al mismo tiempo, ha sembrado el temor entre el medio centenar de vecinos del lugar.
El departamento de Medi Ambient quiere determinar la identidad del ejemplar que, desde el pasado abril, deambula por este valle, situado a 1.500 metros de altura, al norte de Sarroca de Bellera.

Huellas y excrementos
El animal fue inicialmente identificado como Pyros, el oso de origen esloveno liberado en el Pirineo francés en 1996, pero los rastros hallados en las últimas semanas apuntan hacia otros derroteros. Los técnicos barajan la posibilidad de que se trate de alguna cría de la osa Giva, que ya tiene 7 años.
Equipos de agentes forestales rastrean desde hace días la zona para recabar más información sobre el animal, que ya ha sido avistado en dos ocasiones por excursionistas y al que se atribuye el ataque mortal a un ternero de una granja de Castellnou d'Avellanos. El seguimiento se hace a partir de los excrementos y de las escasas huellas localizadas. "Se trata, desde luego, de un hábitat inmejorable para estos animales, ya que disponen de bosques frondosos y agua abundante", explica el veterinario Joan Jordana.
"Los niños, sobre todo, tienen miedo a salir de las inmediaciones de la casa o a adentrarse en el bosque", relata Elena Vilana, madre de dos adolescentes de Castellnou. Su familia, la única que vive en este pequeño núcleo, tiene 1.500 ovejas y de unas 100 vacas, que, en verano, pastan libremente por las montañas por las que ahora merodea el oso.
Técnicos de Medi Ambient se han desplazado desde Barcelona hasta este recóndito pueblo, al que sólo se puede acceder por una pista forestal, para investigar in situ por dónde puede andar el animal. Les han aconsejado que, en caso de topar con él, "nos tenemos que quedar quietos, sin gritar y sin hacer movimientos bruscos que puedan alterarle", señala Elena. De todos modos, la mujer no las tiene todas consigo y "desde hace un tiempo, procuro no alejarme demasiado y no salir sola a buscar las ovejas".

Viejas leyendas
Su suegro, Remigio Castells, recuerda viejas historias del oso, que él no ha llegado a conocer. Rememora cómo su abuela le contaba que, "hace muchos años, los vecinos de todos los pueblos del valle decidieron prender fuego al bosque para ahuyentar a los osos que allí se escondían". La leyenda, casi perdida en el olvido, vuelve a correr de boca en boca por las tierras del Manyanet.
A Elena y a Remigio parece no importarles demasiado el aliciente turístico que supone la presencia del oso. En cambio, para el alcalde, Josep Ramon Lloret (CiU), "no deja de ser un reclamo interesante".

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