Abuso a animales y a personas mayores

El 20 de enero del 2001, una llamada anónima a la Humane Society en Washington, D.C. denunció que la hija de su vecino habí­a lanzado un perro muerto en la basura. El cuerpo especial de agentes de protección animal llegó a la escena para descubrir que el perro muerto era solamente la punta del iceberg. También encontraron desnutrida y desorientada a una mujer de 60 años.

El suelo de la casa estaba cubierto con suciedad y heces del perro, el techo estaba cayendo, y el moho cubrí­a las paredes.

Los informes indicaron que la hija a menudo dejaba a su madre mayor sola durante varias semanas. Los agentes de protección animal rescataron los perros restantes y entraron en contacto con asociaciones de ayuda a las personas mayores, las cuales consiguieron llevar a la anciana a un hospital. Las dos organizaciones coordinaron sus acciones para resolver las necesidades de las ví­ctimas de los dos tipos de abuso -- tanto la señora como los perros requirieron los servicios de emergencias. Si no hubiera sido por el informe sobre un perro muerto, el sufrimiento de ví­ctimas humanas y animales habrí­a continuado inadvertido.

La crueldad o la negligencia hacia animales puede ser, a menudo, una señal de alarma de otras formas de abuso, incluyendo a las personas mayores, como ha denunciado recientemente la Humane Society de Estados Unidos. La HSUS ha unido fuerzas con el departamento de la salud y la administración de recursos humanos para mayores (Human Services' Administration on Aging) con la finalidad de compartir información sobre la relación entre el abuso a animales y a personas mayores.

La campaña informativa es claramente necesaria. Según el estudio nacional de la incidencia de abuso a personas mayores (National Elder Abuse Incidence Study), sufrieron abusos o negligencias "aproximadamente 450.000 personas mayores durante 1996." Cuando se tení­an en cuenta los casos de auto-abandono de ancianos la cifra aumentó a más de 550.000.

Además, según el estudio, los "datos demuestran que los miembros de la familia eran los perpetradores en nueve de cada diez (89,7 por ciento) incidentes verificados de abuso doméstico y negligencia en ancianos. Los primogénitos de las ví­ctimas del abuso eran los perpetradores más habituales del maltrato verificado (47,3 por ciento). Las esposas representaron el segundo grupo mayor de perpetradores (19,3 por ciento)."

Cuando un miembro de la familia maltrata al animal doméstico de un pariente anciano, las motivaciones pueden ser complejas. El perpetrador puede descuidar o abusar del animal doméstico de un anciano como forma de control o de venganza, o a causa de su frustración por la responsabilidad de cuidar de él , o como manera de obtener beneficios financieros.

Muchas personas mayores están particularmente unidas a sus animales domésticos y representa una mejora muy significativa en su calidad de vida, como demuestran diversos estudios . El animal de compañí­a no sólo desempeña un papel vital en las vidas de los ancianos, ellos también representan uniones importantes con el pasado. Los animales domésticos proporcionan bienestar y alivio de tensión y estrés, buen humor, atención, protección, y ellos fomentan la interacción social entre unos ancianos y otros.
Esta relación especial, sin embargo, también hace a los animales domésticos vulnerables para ser maltratados por los que deseen ejercer poder y control sobre una persona mayor.

Los casos de la negligencia animal extrema pueden también reflejar la incapacitación de un anciano de proporcionar el cuidado adecuado para él o ella misma, e indican así­ la necesidad de ayuda.

Las buenas noticias son que el abuso a ancianos y la crueldad hacia animales domésticos pueden ser investigados y detenidos - si se llama la atención sobre estos casos a servicios de protección de personas mayores, los agentes de protección animal, la sociedad protectora de animales y los agentes de la ley.

Todas estas agencias pueden también ayudar a prevenir la violencia cooperando y formando grupos de trabajo a nivel inter-agencias o inter-instituciones.

El estudio cruzado de denuncias de maltratos a animales y ancianos es fundamental también. En dos estados se ha considerado obligatorio: Una ley de California requiere a agentes de protección animal que investiguen si se sospecha malos tratos a ancianos, e Illinois requiere a iguales de veterinarios.

La información abajo fue incluí­da en el pack informativo promocional de la HSUS con motivo de la celebración del mes de las personas mayores, siendo repartido a centenares de personas que proporcionan diversos servicios a los ancianos.

Hay maneras en que todos nosotros podemos ayudar a prevenir el maltrato a las personas mayores y a sus animales. Incluyen:

  • Familiarí­cese con los signos de maltrato o neglicencia en ancianos. í‰stos incluyen abuso fí­sico, abuso sexual, abuso emocional, negligencia, el abandono, y la explotación financiera o material.
  • Compruebe el estado de salud de los animales domésticos. Pregunte por cualquier problema de salud o lesión recientes. Los animales domésticos son, a menudo, subalimentados en hogares abusivos; sus costillas pueden ser visibles, y sus platos de comida estar vací­os.
  • Examine el comportamiento de los animales. Los animales domésticos en hogares abusivos se asustan fácilmente, se esconden, son agresivo, o excesivamente protectores.
  • Haga preguntas. Si un animal doméstico se ha perdido repentinamente o se lo ha trasladado a la terraza o al jardí­n, pregunte por qué. Las respuestas a estas preguntas pueden conducirle a descubrir la crueldad hacia el animal, y dar la oportunidad al anciano de que pueda tomar parte en la denuncia de maltrato.
  • Descubra a quién llamar en su comunidad si usted sospecha crueldad hacia el animal o el anciano. Las páginas amarillas en su listí­n telefónico incluirán los números para el servicio social local y las agencias de protección animal.
  • Apoye la legislación para mejorar los leyes contra los malos tratos a animales y a ancianos.

* El estudio fue llevado a cabo por el centro nacional de abuso a personas mayores de la American Public Human Services Association (conocida anteriormente como la American Public Welfare Association) asociación pública americana del bienestar) y Westat,la firma de estudios sociales y encuestas con base en Maryland.

Nuria Querol i Viñas
Bióloga. Criminal profiler. Miembro de la American Society of Criminology. Miembro de la International Society for the Study of Personality Disorders. Coordinadora del írea de Relaciones Internacionales de la Fundación Altarriba. Contacto nacional de Interniche, para una educación humanitaria.