¿Qué dice la ética ante tanta crueldad?

Las preguntas que yo les formulo a continuación ya han sido enunciadas y respondidas por filósofos notables en el campo de la ética aplicada tales como José Ferrater Mora (el filósofo español más leí­do entre nosotros desde Ortega), Peter Singer (filósofo australiano mundialmente reconocido y catedrático de í‰tica en la universidad de Princenton), Jesús Mosterí­n (profesor del Instituto de Filosofí­a del CSIC), Tom Regan (catedrático de filosofí­a en la Universidad de North Carolina).

¿Es posible un avance hacia la paz mientras encerramos, mutilamos, maltratamos y asesinamos millones de animales cada dí­a para llenar nuestros platos, para vestido, para experimentación o para diversión? ¿Ha visto alguien lo que ocurre en el interior de un matadero? ¿Y el hacinamiento en las granjas industriales? ¿Sabe alguien qué porcentaje de animales muere en las granjas porque no logra resistir tanta crueldad?

Cuando pasa un camión lleno de corderos, cerdos, etc., agonizantes y con destino al matadero ¿sale alguien a manifestarse por la paz y en contra del sufrimiento? ¿Cómo puede denominarse a la Navidad como «época de compasión» cuando en esas fechas las matanzas se multiplican al igual que la crueldad infligida? ¿Por qué acariciamos a nuestra mascota (a la que consideramos como un miembro más de la familia) y al mismo tiempo pagamos para que alguien golpee con un mazo, electrocute, degí¼elle... a terneros, pollos, cerdos, etc., que son seres con la misma capacidad para sufrir y disfrutar que nuestra mascota y que nosotros mismos?

Si no consideramos ético abusar de aquellos que son menos inteligentes, de niños, de personas con minusvalí­as, etc. ¿por qué nos parece ético maltratar animales alegando que, aunque sufren igual que nosotros, son menos inteligentes? ¿No es una contradicción irónica? ¿Es ético encerrar, hacinar, amputar, transportar y matar animales? Si pueden sufrir como nosotros lo hacemos, ¿por qué no se les otorga el derecho a la integridad fí­sica y psí­quica?

¿Por qué se trafica con animales cuando son seres con sentimientos como las personas? ¿Por qué no denunciamos la venta de animales, su exhibición y tortura en determinados espectáculos? ¿Por qué razón la caza de animales no está prohibida? ¿Por qué razón no aplicamos el mismo código ético que utilizamos para nosotros con los animales? ¿Por qué otra vara de medir? ¿Por qué algunos piensan que se puede experimentar con animales y torturarlos por el simple hecho de ser animales cuando ese hecho no les alivia ni en la intensidad ni en la cantidad de sufrimiento que reciben?

¿Por qué los aficionados taurinos, ganaderos, los que comercian con animales, los aficionados a la caza, etc. piden libertad para poder seguir torturando cuando ellos no respetan la libertad a la integridad fí­sica y psí­quica de sus ví­ctimas? ¿Por qué se han de mantener tradiciones que generan sufrimiento?

¿Por qué cuando se produce una catástrofe o un accidente de tráfico en el que mueren animales se escucha en los medios de comunicación: «No ha habido que lamentar ví­ctimas mortales»? ¿Por qué se trivializa el sufrimiento animal cuando el sufrimiento es sufrimiento per se, independientemente de quien lo sufra? ¿Por qué no existe un debate sobre este tema que afecta, no sólo a los animales, sino a todos aquellos que tenemos un profundo sentimiento de injusticia ante estos hechos? ¿Cómo podemos nosotros hablar de paz cuando torturamos y asesinamos cada mes y medio una cantidad de animales similar a la cantidad de personas que existen en el planeta? ¿Porqué la mayorí­a de la sociedad no sólo se queda impasible ante tanta atrocidad sino que financia económicamente toda esta crueldad?

¿Qué pensaran las generaciones futuras de nuestra colaboración, de nuestra pasividad y sobre todo de nuestra incoherencia y de nuestra «humanidad selectiva»?

Marí­a Luisa Arenzana Magaña
Economista y colaboradora de varias organizaciones de defensa animal.

Texto original: http://servicios.larioja.com/pg050120/prensa/noticias/Tribuna/200501/20/RIO-OPI-114.html