Aunque hayan varias especies de delfines y ballenas en cautiverio, la mayoría son delfines nariz de botella, por lo que se les puede aplicar la mayoría de las siguientes comparaciones:

1. En su hábitat: los delfines disfrutan de la habilidad de moverse libremente. Sus cuerpos aerodinámicos y su piel suave les permite alcanzar grandes velocidades en el agua. Están siempre en movimiento, nadando hasta 40 millas al día. Gastan sólo un 10 al 20% de su tiempo en la superficie. Pueden aguantar la respiración hasta 20 minutos y bucear a profundidades de más de 1.640 pies (500 metros).

Sin embargo, en cautiverio: los delfines están limitados al tamaño de sus tanques y jaulas. Sólo pueden nadar unos cuantos pies hasta que la pared les detiene. Los delfines en cautiverio -especialmente los que están en tanques- pasan mucho tiempo nadando en pequeños círculos o simplemente flotando quietos en la superficie del agua. Los tanques y piscinas nunca serán tan ricos como la vida en el mar, lo que provoca sufrimiento psíquico a los animales. Además, la constante presencia de personas que los acosan, es una fuente extra de estrés para los animales.

2. En su hábitat: la mayoría de los delfines pasan su vida en compañía de otros de su especie, viviendo en manadas altamente organizadas. Algunos grupos lo forman hembras y sus crías, otros de jóvenes machos que al llegar a la madurez dejan el grupo de su madre para formar el suyo propio. Los delfines son animales muy inteligentes y sociales. Pertenecer a un grupo es muy importante para ellos ya que es donde encuentran seguridad, amor y compañía. Los lazos sociales con el grupo pueden durar muchos años.

Sin embargo, en cautiverio: los delfines son separados de su grupo para siempre. Durante la captura, los lazos sociales que los delfines han cuidado y disfrutado durante años se destruyen drásticamente. Hay distintos métodos de captura para distintas razas de delfines. Los delfines nariz de botella normalmente se capturan con redes antes de ser izados al barco. Este procedimiento es extremadamente violento, no tan sólo para el delfín capturado, también para el grupo que sufre la pérdida, repentina y permanente, de un miembro.

3. En su hábitat: la relación más íntima en la comunidad de delfines es la que hay entre una hembra y su cría. Ambos nadan muy juntos, compartiendo una relación caracterizada por un profundo afecto. Un delfín nariz de botella joven permanecerá con su madre hasta los 5 años.

Sin embargo, en cautiverio: se pueden encontrar delfines capturados muy jóvenes. Jamás volverán a ver a sus madres.

4. En su hábitat: los delfines viven en agua salada.

Sin embargo, en cautiverio: están en tanques con agua del mar tratada química y artificialmente. El exceso de cloro los quema y la falta de sal en los delfinarios afecta su vida normal. Los químicos empleados ocasionan ceguera y son altamente tóxicos al ser injeridos. Las investigadoras, Yolanda Alaniz y Laura Rojas, escritoras del libro Delfinarios afirman que de 1997 a 2005, entre 20% y 25% de las muertes de delfines en cautiverio obedecieron a neumonías, estrés, infartos, traumatismos craneoencefálicos, obstrucción intestinal por ingestión de cuerpos extraños o asfixia.

5. En su hábitat: los delfines utilizan su propio sonar para detectar peces, arrecifes de coral, predadores y otros delfines. Los delfines se orientan por el sonido y continuamente "escanean" sus alrededores con sonidos. El uso de este sentido en los delfines es tan importante como la vista en los humanos.

Sin embargo, en cautiverio: el uso del "sonar" está limitado. No pueden usarlo para cazar peces vivos, ya que se les alimenta con recompensas de pescado muerto. Tampoco lo pueden usar en explorar el mundo submarino, ya que no hay mucho que explotar en un tanque pelado de cemento. Privar a los delfines de usar su sentido sensorial tan altamente desarrollado es uno de los aspectos más dañinos del cautiverio. Es como forzar a una persona a ir con los ojos tapados para el resto de su vida.

6. En su hábitat: los delfines pasan muchas horas cooperando en perseguir y cazar peces en mutua colaboración. Los delfines han desarrollado varias maneras sofisticadas de buscar alimento. Esta búsqueda de alimento no solamente satisface su apetito: perseguir y cazar presas vivas les permite hacer uso de sus habilidades naturales, o sea su velocidad, inteligencia, uso del sonar y habilidad para comunicarse y cooperar.

Sin embargo, en cautiverio: las dos primeras cosas que debe aprender un delfín son a comer pescado muerto y aceptar a comer de la mano de alguien. Nunca jamás experimentarán la emoción la perseguir y cazar presas vivas.

7. En su hábitat: la madre de un delfín joven le enseña todas las habilidades necesarias para vivir en el océano: como usar y evitar predadores, donde buscar alimento, como perseguir y cazar peces. Todo lo que sabe un delfín es comportamiento aprendido. Los delfines jóvenes aprenden a bucear, saltar, moverse entre las olas y comunicar a través de la observación y la mímica de los comportamientos de otros delfines en el grupo.

Sin embargo, en cautiverio: los delfines son adiestrados por entrenadores para llevar a cabo varios trucos circenses. Dependen completamente de sus entrenadores para comer. Esto permite al entrenador obtener su dependencia. El entrenamiento tiene un efecto muy dañino en los delfines. Mientras aprenden a realizar comportamientos artificiales como dar golpes a una pelota con el morro o saltar por aros, olvidan gradualmente sus comportamientos naturales.

8. En su hábitat: los delfines viven en un ambiente oceánico inmenso. Aquí disfrutan de los ritmos naturales del mar, las mareas y las corrientes. Durante el día oyen muchos sonidos diferentes característicos del mundo oceánico, como las olas rompiendo contra la costa y los sonidos y silbidos de otros miembros del grupo. Los ritmos de la naturaleza y la variedad de sonidos del océano son aspectos esenciales en la vida de un delfín.

Sin embargo, en cautiverio: hay delfines en parques de atracciones, espectáculos móviles, zoos marinos, centros comerciales, etc. Hasta en casinos en Las Vegas y en discotecas en Suiza.

En EE.UU., Canadá y muchos países europeos, algunos delfines están limitados a pequeños tanques dentro de edificios. Jamás experimentaran los elementos más básicos de la naturaleza, la luz del sol, la lluvia, peces vivos y agua de mar. El único sonido que oirán serán los extraños y excesivos ruidos de generadores, bombas de agua, música, entrenadores gritando y audiencias aplaudiendo.

Algunos delfines están en jaulas marinas en atracciones a lo largo de la costa. Están un poco mejor que aquellos en tanques, ya que, al menos, tienen agua del mar.. Pero están privados de moverse en libertad. Teniendo que hacer varios shows al día, están limitados a un espacio de agua muy pequeño, lejos de sus manadas y sin ningún sitio a donde ir y nada que explorar.

¿De qué lado te ubicarás tú respecto a esta polémica esclavitud de los delfines?

 

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