Chapultepec: Cárcel de animales

Hace unas semanas lo publicó Reforma: " Tiene Chapultepec un zoológico triste". Con aproximadamente 250 especies y 2050 ejemplares -prisioneros- es uno de los que más visitantes anuales tiene, de los cuales muy pocos aprenden algo positivo sobre lo que ven en su interior.

20 enero 2010
Internacional.

Acompañé a los reporteros de dicho diario a observar el estado de los animales, con el fin de que publicaran una nota objetiva sobre lo que estos sitios son ern realidad.

El argumento principal por el cual se mantienen los zoolólgicos es que son centros eductivos y de conservación de especies en peligro de extinción. La pregunta obligada es ¿no hay otra manera de conservar a las especies  más que en cautiverio? Por qué mejor no hacer esfuerzos para proteger sus habitats, destruidos mayoritariamente por intereses humanos, en lugar de encarcelar a unos individuos e intentar reproducirlos, a costa de su libertad.

Por otro lado, al conservar a los animales en cautiverio no estamos reproduciendo las características de la especie, pues ellos pierden sus capacidades naturales de cazar, reproducirse, socializar y defenderse de sus depredadores, y al final tenemos sólo una triste muestra de lo que ese animal pudo ser y no es.

Respecto a lo pedagócico que puedan ser los zoológicos, nada más falso., Durnate la visita a Chapultepec prestamos atención a las actitudes de los visitantes,  quienes no van con un especial interés de aprender, sino solamente dan un paseo y de refilón ven a los animales que se muestran apáticos y adormilados todo el tiempo por la falta de estímulos.  Los visitantes los ridiculizan o se expresan de ellos en términos de "huevón" o "feo", "gordo", "viejo".

La distribución física de los animales es mala:  los leones están enfrente de cebras y jirafas, lo que ocasiona estrés muto ya que ambos perciben mediante vista y olfato la presencia de presa-depredador, que naturalmente es una señal de ataque o defensa.

La imitación de los habitats es mala. Animales de sabana viven en una especie de jardín, los de planicie están en imitación de formaciones rocosas. El lugar está diseñado para ser agradable al ojo humano, pero no para satisfacer las necesidades climáticas o geográficas de los animales.

Los casos más tristes fueron los de los osos, uno en una imitación bosque frío donde todos los troncos de los árboles estaban cubiertos por cables con electricidad para evitar que trepara, y el oso de anteojos que estaba en un cuarto de aproximadamente 6 x 10 metros. Lo vimos al inicio de la visita cómo repetía esta acción: recorría uno de los costados de su vidriera y daba vuelta para restregarse en la puerta donde aparece el alimento. Luego de dos horas de recorrido volvimos a pasar y continuaba haciendo lo mismo. Incluso una señora dijo "Pobre animalito de Dios, ya está loco".

La pantera negra reunió a muchos visitantes preocupados por su estado, ya que durante los 20 minutos que estuvimos frente a su jaula, hizo círculos concéntricos en un espacio de un metro cuadrado frotándose contra la reja.  Cuando un niño preguntó por qué hacía eso, su madre le dijo: "Es un comportamiento vacío". Efectivamente, los animales en cautiverio desarrollan este tipo de actitudes conocidas como zoocosis, una versión de la psicosis humana, que puede llevarlos a automutiliarse, golpearse contra paredes o barrotes, balancearse continuamente o hacer movimientos repetitivos.

Para quien tiene un ojo sensible al maltrato animal, todos estaban pésimas condiciones: especios pequeños, solo o amontonados, como los monos araña y tití, agua sucia y estancada, habitats poco similares a los suyos, etc. Pero lo más impresionante fue ver a un gorila y al orangután en celdas de castigo, literalmente. Cada habitación medía 10 metros cuadrados a lo mucho, toda de cemento con un tragaluz y una plancha donde el gorila apretaba en su mano una cobija. En el suelo un bote de yakult. El orangután reposaba en una estructura de metal en forma de cono. No había ningún elemento natural ni de estimulación. ¿Cómo mirar a los ojos a esas especies tan inteligentes y similares  a nosotros y decirles que están ahí "por el bien de su especie"?

Definitivamente, los zoológicos son colecciones de animales, cárceles para exhibirlos como si se tratara de objetos de museo. Lo que debe hacerse es una transición a santuarios, donde haya animales rescatados de circos, de otros zoológicos, del tráfico ilegal o de maltrato previo.

En otros países así funciona y son verdaderos centros educativos donde se muestra a los visitantes por lo que estos animales pasaron desde su captura hasta su rescate, y cómo se les intenta ofrecer una vida más digna en condición de semi libertad  con asesoría de expertos etólogos y veterinarios.

Urge educar en el respeto a los animales, que dista mucho de verlos cautivos, aburridos, aislados y deprimidos. Sólo cuando los percibamos como seres capaces de sentir placer , dolor y con tantos sentimientos  y emociones como las que tenemos nosotros, estaremos desarrollando empatía  hacia los demás seres con quienes compartimos el planeta.

Dra. Leonora Esquivel Frías
Presidente AnimaNaturalis Internacional

Fotos: Irving Foglia.

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