Ecologistas australianos amenazan con transformarse en escudos humanos para impedir a las autoridades que abatan a canguros, que están proliferando en la capital debido a la sequía en las regiones colindantes.
La ciudad de Canberra quiere abatir a un millar de marsupiales, normalmente tímidos pero que se han vuelto agresivos por el cambio de habitat. De hecho, las autoridades han sido alertadas de varios ataques contra perros y al menos una persona. Los habitantes se quejan de que cada vez más canguros llegan a las reservas de agua de la ciudad y se reagrupan en torno a su principal barrera o que se comen los alimentos para las ovejas
Los cazadores de canguros designados por el Gobierno ya han abatido a alrededor de 150 animales pero han tenido que interrumpir su campaña tras la suspensión de las operaciones por las autoridades, debido a las protestas de las organizaciones de defensa de los animales.
Simone Gray, portavoz de la asociación Animal Liberation, indicó que algunos miembros están dispuestos a interponerse entre los canguros y los cazadores. "Esperan que su presencia sea suficiente para detener los sacrificios y evidentemente el Gobierno no quiere matar a nadie", declaró. Las cifras del Gobierno, que datan de 1999, estiman la población de las tres principales razas de canguros en alrededor de 30 millones.
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