Los conejos son el cuarto animal más criado en el mundo y la mayoría se encuentran en ambientes yermos, normalmente en jaulas. En la Unión Europea, la mayoría se almacenan en cobertizos en los que hay entre 500 y 1000 hembras reproductoras y de 10 mil a 20 mil conejos en crecimiento. El conejo doméstico ha conservado la mayor parte del comportamiento natural de un conejo salvaje y el sistema de cría tiene serias implicaciones negativas para su bienestar.

En la actualidad, no hay ninguna legislación específica para la especie que proteja el bienestar de los conejos en la Unión Europea. Muy pocos países de la Unión Europea imponen obligaciones en la cría de conejos, pero estos países son de los que menos porcentaje de carne de conejo producen en la Unión Europea.

Espacio y altura inadecuados

Los conejos viven apretados en jaulas sin posibilidad de estirarse, saltar o sentarse.

Los conejos jóvenes criados para producir carne en la Unión Europea, normalmente, se encierran en grupos en un espacio de 450 a 600 cm² cada jaula; esto es menos que el área de una hoja de papel de DIN A4. El espacio funcional para los conejos almacenados en grupos es insuficiente para permitir muchas de sus actividades cotidianas, como las secuencias de saltos, correr y jugar.

Una jaula normal para una coneja adulta en la Unión Europea es de 60 a 65 cm de largo, de 40 a 48 cm de ancho y de 30 a 35 cm de alto. Esto significa que los conejos no pueden moverse con normalidad o adoptar posturas como estirarse, sentarse y ponerse de pie con las orejas rectas (esta es la postura típica de «observación»), levantarse, darse la vuelta cómodamente y saltar. La falta de ejercicio también puede desencadenar debilidad en los huesos.

Ambiente yermo

Los conejos son criados en ambientes yermos exceptuando el bebedero y el comedero, y se alimentan de pienso. Este ambiente no permite que desarrollen comportamientos naturales como: cavar, esconderse y buscar comida, lo cual conduce a ciertos comportamientos anormales, como lamerse en exceso y roer o mordisquear la jaula. Las hembras que se crían para reproducirse, pero no para dar de mamar, también sufren hambruna porque se les mantiene en una dieta restrictiva.

Falta de interacción social

Los conejos son animales sociales que viven en grupos estables. Las agresiones entre ellos son excepcionales una vez se ha establecido una jerarquía.

Los conejos que se usan para la producción de carne se almacenan en pares o en grupos, pero las hembras y los machos reproductores se suelen criar en jaulas individuales, donde se les niega la oportunidad de interacción social. Los conejos encerrados individualmente muestran más comportamientos estereotípicos y anormales como roer y morder los barrotes de la jaula. Las investigaciones han demostrado que los conejos reproductores pueden estar integrados en un grupo si se les da suficiente espacio e instalaciones adecuadas para la anidación para evitar posibles agresiones.

Heridas y enfermedades

Las jaulas están hechas con alambres y a veces tienen hojas de metal a los lados. Muchas veces el suelo está hecho completamente de alambre. A las hembras y machos reproductores que viven sobre los alambres de la jaula les salen llagas en las almohadillas de las patas y en los corvejones. Las llagas pueden causar dolor crónico y es una de las razones más comunes para sacrificar a los conejos. Estas lesiones se pueden prevenir poniendo listones o una plataforma de plástico. Esto también ayudaría a curar a aquellos que ya están afectados.

A las conejas se les suministra un tratamiento hormonal para prepararlas para la reproducción y, luego, se les insemina artificialmente unos 11 días después de dar a luz. Sus cuerpos sufren mucho estrés por el constante ciclo reproductivo, lo cual puede desencadenar en pérdida de condición corporal y enfermedad metabólica.

La mortalidad de los conejos de granja que se comercializan es muy alta, del 100 al 120% de las conejas reproductoras mueren o son sacrificadas y reemplazadas cada año. Además, entre el 15 y el 30% de los conejos que se destinan a la carne mueren antes de lo previsto. Las enfermedades respiratorias e intestinales son el principal motivo de esta mortalidad tan alta y causan un dolor muy agudo. Los conejos son tan susceptibles a las enfermedades cuando están bajo estas condiciones intensas que, en Francia, en 2010, las granjas de conejos usaron siete veces más antibióticos por kilogramo de carne comparado con la carne de ave, y cinco veces más que la carne de cerdo.

Muerte

En la Unión Europea, los conejos que se van a comercializar son aturdidos con descargas eléctricas antes de ser asesinados. Las investigaciones han demostrado que a los conejos se les aturde de manera incorrecta muy frecuentemente. Cuelgan a los conejos boca abajo para ser electrocutados, lo cual les causa estrés, dolor y/o heridas si su peso no está bien equilibrado. Esto supone un problema para los conejos de mayor tamaño
Existen alternativas a estas jaulas en las que se encuentran los conejos, que pueden mejorar el bienestar de los conejos de granja.