Machachi, Ecuador - El maltrato a los animales en estos “festejos”, se opone a las declaratorias de “cultura de paz”, pues promueven y generan la violencia en todas sus manifestaciones.
Foto. Juan Bayas
El escenario, Machachi, cuyo Concejo Cantonal se arrogó competencias al declarar a las corridas de toros como patrimonio cultural e inmaterial de ese cantón, atribución que corresponde solamente al Instituto de Patrimonio Cultural, de acuerdo a la normativa vigente, los convenios internacionales y lo que regula la UNESCO para las declaratorias de esta índole.
Tan nula acción, además se hizo en el marco de un país que tiene como lema “Ecuador ama la Vida” y que es el pionero por haber consagrado en su Constitución los Derechos de la Naturaleza y el Buen Vivir.
Los pocos minutos del video, ponen en evidencian: alto consumo de alcohol, lenguaje soez, alta dosis de agresividad, machismo, violencia, desprecio absoluto por el sufrimiento de los animales que son explotados en forma inmisericorde por los organizadores que hacen su negocio en base al ingreso pagado de los “aficionados” y de las ventas de comidas y bebidas alcohólicas.
http://youtu.be/Hga3XwXYMsQ
No hay entidades de control que garanticen la seguridad de los asistentes, se puede observar a niñas, niños y adolescentes, es normal la venta libre de licores, todo lo anterior contraviene las prohibiciones de los reglamentos vigentes para estos espectáculos.
Este mal remedo de “tradiciones” traídas de otras latitudes, y que en sus lugares de origen tienden a desaparecer debido al rechazo ciudadano, lamentablemente ha logrado enquistarse en algunos pueblitos gracias a los “empresarios” inescrupulosos y autoridades complacientes y corruptas, que facilitan permisos sin condicionar al cumplimiento de instrumentos legales vigentes, sentencias, resoluciones y reglamentos.
El maltrato a los animales en estos “festejos”, se opone a las declaratorias de “cultura de paz”, pues promueven y generan la violencia en todas sus manifestaciones.
Desde AnimaNaturalis Internacional, rechazamos la realización de estos eventos, la falta de respeto por los animales, la violencia como forma de diversión y la intervención y participación de quienes ostentan dignidades de elección popular, así como la asignación de fondos para eventos que al final benefician a los empresarios dueños de estos negocios privados.
Si queremos que se concreten los enunciados de “amor por la vida”, “cultura de paz”, “derechos de la naturaleza”, “buen vivir” y si aspiramos a construir una sociedad de respeto y libre de violencia, debemos empezar por meditar profundamente en nuestra relación con los animales y la naturaleza y eliminar estos crueles “espectáculos” que no hacen otra cosa que mostrar nuestro retraso y nos llenan de vergüenza, al tiempo que se constituyen en un pésimo referente para los miembros más jóvenes de nuestra sociedad.
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