Los delfines son mamíferos marinos muy sociables.

 

Miden entre 2 y 9 metros de largo, dependiendo de la especie de que se trate. Tienen la cabeza grande, hocico alargado y un orificio respiratorio (espiráculo) en la parte superior de la cabeza, que les permite respirar y comunicarse. Con él silban y lanzan ráfagas de sonidos llamadas "clicks", que les permiten comunicarse entre ellos. La frecuencia de "clicks" difiere de unas especies a otras.

 

También tienen un órgano especial, situado en la parte superior de la cabeza y conocido como "melón", que es largo y grasoso, actúa como un radar y les permite ubicarse en el espacio y cazar. Ese sentido se llama "ecolocalización".

 

Sus cuerpos aerodinámicos y su piel suave les permite alcanzar grandes velocidades en el agua. Están siempre en movimiento, nadando hasta 40 millas al día. Gastan sólo un 10 al 20% de su tiempo en la superficie. Pueden aguantar la respiración hasta 20 minutos y bucear a profundidades de más de 1.640 pies (500 metros).

 

Al ser animales sociales, usan de su voz y su cuerpo para vocalizar, danzar y saltar. Éstas son formas muy complejas de orientación y comunicación en los grupos de delfines. Habitan en grandes grupos de individuos (en algunos grupos se han contabilizado cerca de un millar de individuos), y establecen fuertes lazos sociales tanto con la familia sanguínea como con otros individuos de su clan.  Por esta misma regla social, cazan en equipo. Son carnívoros, y se alimentan principalmente de peces y calamares.

Son los únicos animales, junto al ser humano y los primates, que tienen sexo no sólo para reproducirse. El período de gestación de las crías depende de cada especie: la orca, por ejemplo, da a luz a su cría a los 17 meses, en cambio el pequeño delfín del Amazonas da a luz a los 11 meses. En cada parto, la hembra da a luz una sola cría.

La ecolocalización en los delfines

La ecolocalización es una facultad específica de algunos mamíferos terrestres como el murciélago, y de los mamíferos dentados marinos, como los delfines, marsopas, delfines de río, orcas y cachalotes. Esta facultad les permite explorar su ambiente y buscar sus presas, en este caso, en la profundidad del mar. Como el sonido viaja 4,5 veces más rápido en el agua que en el aire, el cerebro de los delfines está muy bien adaptado para analizar toda la compleja información que le llega con los ecos.

Los delfines generan un sonido llamado "click", dentro de sus sacos nasales que se ubican detrás del melón craneal. La frecuencia de los clicks es más alta que los sonidos que utilizan para comunicarse, y difiere según la especie. El melón actúa como un lente que enfoca el sonido en una fina señal que se proyecta enfrente del animal. Cuando el sonido golpea un objeto, parte de la energía del sonido se refleja de vuelta hacia el delfín. El cráneo del delfín recibe el eco, y el tejido graso del melón transmite el sonido al cerebro.

Tan pronto como el eco es recibido, el delfín genera otro click. El lapso de tiempo entre el click y el eco permite al delfín evaluar la distancia que media entre él y el objeto, y la variación de la señal acústica que recibe el delfín le permite evaluar la dirección donde se ubica el objeto. Así, emitiendo clicks y recibiendo continuamente las ondas sonoras, el delfín puede detectar los objetos y ubicarse en el entorno.

El sistema de ecolocalización de los delfines es extremadamente sensitivo y complejo. Usando sólo su sentido acústico, el delfín "nariz de botella" puede discriminar objetos prácticamente idénticos que difieren un 10% o menos en área o volumen. Y pueden hacer esto en un ambiente muy ruidoso, y ejecutar incluso complejas tareas simultáneamente, como silbar y ecolocalizarse, o localizar objetos cercanos y lejanos al mismo tiempo.

Fuente: "The Greenpeace Book of Dolphins". 1990. Greenpeace Comunications Ltd.
Fuente imagen del sistema de ecolocalización en cetáceos: Modificado de Castro P. y Huber ME., Marine Biology, Mc Graw Hill Ed.).

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