Anthony Parker admitió haber metido al roedor en el horno durante una pelea que mantuvo con su novia estando borracho pero sin tener intención de matarlo.
“No tenía intención de matarlo. Fue el mejor hamster que tuve nunca. Se llamaba Suzy”, declaró durante el juicio celebrado en la localidad de Hartlepool, en la región de Newcastle.
Parker deberá cumplir la mitad de la sentencia en prisión, antes de ser liberado con condiciones, y no podrá poseer otra mascota durante cinco años, según el dictamen del juez.
“Fue un acto de crueldad intencionada y no hubo más mitigación que el hecho que estaba borracho, pero hay gente que se emborracha cada día y no hace cosas así”, declaró a la salida del tribunal Lucy Hoehne, que investigó el caso para la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RPSCA).
Éste no es el único caso notorio que lleva la RPSCA, que también está detrás de los cargos presentados contra una mujer británica de 45 años que creó conmoción en internet tras ser sorprendida por una cámara de seguridad tirando a la basura a un gato vivo que fue rescatado ileso 15 horas después en la localidad de Coventry (centro de Inglaterra).
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