Ante la situación creada por la importación a nuestro país de 298 macacos por el Centre de Recherches Primatologiques Ltd, destinados a la granja, situada en Camarles (Tarragona), cuya actividad pretende llevar adelante la citada empresa, y que han sido decomisados provisionalmente en depósito, “in situ”, por el Departament de Medi Ambient de la Generalitat de Catalunya, la Fundación Altarriba desea puntualizar, claramente, los siguientes aspectos:
Voluntad política
1.- El pretendido funcionamiento de esta granja y la mencionada importación chocan frontalmente con la voluntad política expresada de forma unánime por el Parlament de Catalunya, que tuvo, finalmente, su reflejo en la aprobación de la Ley 22/2003 de 4 de julio de Protección de los Animales, que en su artículo 24.4 prohíbe taxativamente este tipo de actividades en toda nuestra Comunidad Autónoma.
Por lo tanto, al margen de cuestiones legales, hay que exigir que esta voluntad se respete y el gobierno de la Generalitat debe proceder, tajantemente, en consecuencia, prohibiendo de una vez por todas la actividad de la citada empresa y dando los pasos para que los 298 macacos sean devueltos rápidamente a su lugar de origen, en la Isla Mauricio.
No aplicar esta voluntad política sería pisotear los más elementales principios democráticos de nuestro pueblo, expresados, en este caso, mediante la unanimidad de nuestros representantes políticos en el Parlament.
Generalitat de Catalunya – Departaments d’Ordenació Territorial i Medi Ambient
2.- Habrá que preguntar por qué el Conseller de Política Territorial, en resolución del 15 de abril de 2002 estimó, sorprendentemente, el recurso de alzada de la empresa, dejando sin efecto el acuerdo anterior de la Comisión de Urbanismo de Tarragona, que denegaba la licencia de obras en suelo no urbanizable.
Habrá que preguntar sobre qué base legal se desautorizó el anterior acuerdo, cuando a través de esa misma base se indica la ilegalidad de instalar una granja de monos en Camarles, como así han señalado después diversos informes jurídicos, incluido el que el propio Ayuntamiento de Camarles solicitó a través de un prestigioso bufete independiente.
3.- Habrá que preguntar así mismo por qué el Departament de Medi Ambient se prestó a conceder a la empresa, con fecha de 7 de julio de 2003, el registro de Centros de Cría, Suministradores y Usuarios de Animales de Experimentación, argumentando que si lo negaba podría caer en prevaricación, y si no contestaba estaría concedido por silencio administrativo.
¿Valoró acaso las consecuencias de este acto? ¿No encontró fórmulas para dilatar el mismo? ¿Cómo puede concederse un registro sobre una actividad en suspenso? ¿Estamos ante una normativa chapucera?.
CITES
4.- Nos preguntamos también por qué CITES concede una licencia de importación a una empresa cuya actividad está en suspenso. ¿Acaso CITES consultó el caso a la Generalitat de Catalunya o al propio Ayuntamiento de Camarles? ¿Previno el Departament de Medi Ambient, informando debidamente a CITES, de lo que se venía encima?.
¿Por qué la Comisión Científica que debe dar su veredicto a favor o en contra de una importación de este tipo autorizó la misma, cuando la empresa solicitante se limita simplemente a la comercialización de estos animales y no a la investigación?. Puede que los potenciales clientes de la mencionada empresa sean investigadores científicos (laboratorios, etc.), pero ella misma no actúa en ese campo, por lo que no puede justificar por terceros la conveniencia de la finalidad para autorizar la importación.
¿Qué dice CITES ante esto? Nuestra opinión es que la licencia concedida no se ajusta a la normativa y se otorgó ilegalmente.
En este sentido, la Fundación Altarriba está estudiando demandar a CITES y la Generalitat de Catalunya debe hacer lo mismo y solicitar con urgencia el envío de estos animales a su país de origen.
El Ayuntamiento de Camarles
5.- Es evidente que desde el principio, el Ayuntamiento de Camarles actuó en este caso con la mayor torpeza, aunque después, su administración actual, movida por la presión popular, en especial por sus propios ciudadanos, que se constituyeron en una Plataforma para impedir la actividad de la empresa, rectificó, iniciando el 8 de mayo de 2002 un proceso para declarar nula la licencia concedida de obras y de la misma actividad, y que culminó con la aprobación de la nulidad en un pleno que tuvo lugar el 28 de agosto de 2003.
Esta nulidad está hoy pendiente de dictamen jurídico de la Generalitat de Catalunya, que debe certificar su validez o no. ¿A qué está esperando nuestro gobierno para emitir ese dictamen?.
El Ayuntamiento de Camarles debería por otra parte no tergiversar las declaraciones de la Fundación Altarriba hechas públicas en su momento, pues sabe perfectamente cual es nuestra postura, como sabe que, en todo este tema, ha recibido nuestro apoyo jurídico a fin de conseguir, finalmente, acabar con el pretendido negocio que se quiere implantar en su municipio, incluida la devolución de los 298 macacos a su país de origen.
El Ayuntamiento de Camarles, como otras Administraciones implicadas, haría mal en escudarse en colores políticos de partido para tratar de echar pelotas fuera en este asunto.
La empresa
6.- La actuación de la empresa Centre de Recherches Primatologiques Ltd. en todo este proceso, y desde el principio, que comenzó ofreciendo al Ayuntamiento de Camarles un donativo de 3.000.000 pts. (18.030,36 €) para obras sociales como gesto de “buena voluntad”, no ha podido ser más impresentable, y cabe sospechar las presiones que posteriormente haya podido ejercer en un sentido u otro.
Con sede en Isla Mauricio, este es el tipo de empresa que esquilma la naturaleza, que destruye la vida de la fauna salvaje, como base de su negocio, amparándose en autoridades permisivas, muchas veces corruptas, y bajo la bandera de que su finalidad es el bien de la humanidad (la investigación).
Está claro que no ha querido respetar en todo este proceso ni la voluntad del pueblo de Camarles, ni la voluntad política de Catalunya. Ha utilizado la amenaza contra unos y otros para salir adelante. Y, finalmente, conociendo perfectamente cual era la situación en la que se encontraba, en un acto aventurero y de desprecio a la opinión pública, plantea el hecho consumado y sitúa 298 macacos en sus instalaciones.
Lo único a hacer, en este caso, es que la empresa se vaya de nuestro país. Y, si procede, que nuestras autoridades discutan con ella la indemnización que les corresponde por las jaulas que han instalado contra todas las voluntades.
Los macacos
7.- Los macacos importados (Macaca fascicularis) corresponden a una especie que ha venido sufriendo en los últimos tiempos una continua presión en sus hábitats y, de ser muy abundante en su día, ha entrado en Lista Roja de CITES (1996 y 1994) dado el alarmante descenso del número global de su población, apareciendo en la misma con la calificación de “casi amenazadas”. Estos primates, cazados en las selvas, han representado y siguen representando una de las “mercancías” de seres vivos utilizados en la experimentación con animales, a pesar de la cada vez más fuerte presión en contra de estos experimentos, y más aún en contra de experimentos hechos con primates.
El macaco cangrejero, llamado vulgarmente así en castellano, tiene como zona principal de distribución el sudeste asiático. En Isla Mauricio fue introducido, así como en Estados Unidos, que ha sido y sigue siendo el más importante consumidor para experimentación de estos animales, habiendo alcanzado algunos años cifras realmente monstruosas en el empleo de ellos en estas prácticas.
Dos de los principales países de origen natural del macaco cangrejero, Malasia y Filipinas, prohibieron en su día la exportación de ejemplares de esta especie, en tanto que la Unión Europea, por su parte, tiene prohibida la entrada en su territorio de los procedentes de determinados países.
La experimentación con animales
8.- La Fundación Altarriba está obviamente en contra de la experimentación con animales y, con más razón, con los primates, como es el caso de los macacos, parientes próximos a nuestra condición humana, dado que nosotros también somos primates.
Esta archidemostrada científicamente la ineficacia de la inmensa mayoría de los experimentos con animales que, en un porcentaje sumamente elevado, son reiterativos y sólo sirven para una pretendida justificación investigadora, que lo único que garantiza es un movimiento económico de proporciones desorbitadas.
Sin ir más lejos, según el Tercer Informe al Consejo y al Parlamento Europeo, de la Comisión Europea, de fecha 22 de enero de 2003, sobre las “Estadísticas Relativas al Número de Animales Utilizados para Experimentación y Otros Fines Científicos en los Estados Miembros de la Unión Europea”, en 1999 se utilizaron un total de 9.814.171 animales, de los que el 0,09 % eran simios (unos 9.000 ejemplares, aproximadamente, y de ellos 96 en España). Destacamos de este informe un dato que consideramos relevante: del total de simios (~ 9.000), se utilizaron 22 en diagnóstico de enfermedades humanas.
La presión mundial en contra de este tipo de experimentos es cada vez más creciente, no obstante, la poderosa industria farmacéutica, armamentística, etc., miran, si pueden, para otro lado, como hacen también nuestros gobiernos.
Siempre, el gran y falaz argumento es la salud humana, que a todos, lógicamente, nos preocupa, pero esta es la excusa para sacrificar continuamente animales en pruebas sin sentido.
Conclusión
9.- La Fundación Altarriba, que ya presentó en su día un contencioso-administrativo, pendiente aún de sentencia, en contra de la instalación de la empresa en tierras de Camarles, seguirá utilizando todos los recursos legales a su alcance para impedir este proyecto.
Pero ahora, como decimos al principio de este largo comunicado, toca a nuestro Gobierno imponer la voluntad política manifestada en su día en el Parlament de Catalunya, y le corresponde hacerlo sin dilaciones y con la máxima urgencia.
Luis Luque
Director
Fundación Altarriba, Amigos de los Animales
Barcelona, 30 de octubre de 2003
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