En el Reino Unido, el ejército desmiembra, causa quemaduras y mata a cerca de 10,000 animales al año; en Canadá se prueba en cerdos, ratones y hurones productos tóxicos, antídotos de armas químicas. Además, en estos países, junto con Dinamarca (en donde recientemente se hicieron públicas fotografías de cómo cerdos son mutilados y heridos dejando huesos rotos y daños en sus órganos internos), los experimentos se realizan con fines de capacitación a los médicos del campo de batalla para tratar las heridas por arma de fuego, lesiones por explosión y otros traumatismos.
Estudios militares y civiles han demostrado que, los proveedores de atención médica que aprenden tratamientos de traumatismo utilizando simuladores que imitan con precisión la anatomía y fisiología humanas, están mejor preparados para tratar a los pacientes heridos que los que se capacitan en los laboratorios donde se prueba con animales.
Los países que aún realizan pruebas en animales con fines militares a pesar de existir métodos que representarían una mejor preparación para los soldados, se han comprometido a reducirlas hasta eliminarlas por completo.
Es difícil de creer que, en un mundo que necesita una paz verdadera, basada en la igualdad de oportunidades y derechos para todos los seres, se siga condenando a la tortura y la muerte a animales no humanos con fines bélicos.
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Texto: Hugo Jiménez, colaborador del Área de Animales en Experimentos de AnimaNaturalis México
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