Quien haya tenido la oportunidad de asistir a una manga de coleo sabe que este evento viene acompañado de otras tradiciones, alegría, comidas típicas, música y muchas otras cosas que son parte de su esencia y que pueden mantenerse sin necesidad de recurrir a la práctica cruel de los Toros Coleados.

El coleo es un deporte abusivo, que destaca por su crueldad y falta de sensibilidad frente al dolor de otros. Si comenzáramos con enfocarnos en el toro en lugar de los jinetes, entenderíamos que la abolición de estos eventos debió hacerse muchos años atrás.

A pesar de que para muchos la tarde de toros coleados puede ser una gran fiesta que simboliza la identidad de los llaneros de Colombia y Venezuela; para otros, un número cada vez más creciente,  también es una gran crueldad y un abuso de poder, pues se elige al más indefenso de los animales para provocarle dolor.

Para que el toro (que no llega a la vida adulta) pueda ser coleado es ideal que tenga más de 200 kilos y menos de 500, así se equipara su peso con el del caballo, además, debe ser lo mas inocente y joven posible para que no se rehúse a correr. Basta con ver un becerro “recoleado” para entender que el animal realmente sufre, con frecuencia vemos que estos animales reutilizados se arrinconan.

El animal sufre

Uno de los argumentos más repetidos de los coleadores es la diferenciación entre las mangas y las arenas taurómacas. Ellos alegan que son incruentos si se comparan con una corrida de toros donde al animal se le da muerte en el espectáculo.

La fiesta llanera se suele acompañar de conjuntos de música, que más que alegrar el ánimo de los asistentes (casi todos etílicamente festivos) aturden a los animales que no sólo fueron trasportados cruelmente, sino que son guardados en reductos pequeños para la faena. Los becerros son encerrados en corrales, donde el barro y los excrementos de los animales se mezclan pegándose a sus propias patas. Con sólo acercarse a los corrales se puede observar la expresión del animal,  que pronto no podrá escapar ni negarse a participar.

El coleo es  intrínsecamente cruel con los animales. Los puntos otorgados a los participantes se dan de acuerdo a cómo el becerro caiga una vez halado por la cola y de acuerdo a la zona de caída. Se retuercen los rabos, se usan palos afilados, espuelas, pinchos eléctricos, para lograr que los toros corran más y que los jinetes puedan demostrar su destreza y  se vean como héroes. Cuando los jinetes colean a los becerros, frecuentemente éstos son levantados del suelo de golpe cuando van corriendo a una gran velocidad, lo que les causa heridas y fracturas.

Las heridas de los animales como magulladuras de órganos internos, hemorragias, fractura de huesos, tendones, músculos y ligamentos desgarrados, son esperadas y anticipadas en esta violenta tradición. Los promotores del coleo consideran que estos animales son baratos, desechables, y reemplazables, y es por ello que son usados una y otra vez (en mangas menores) hasta que sus cuerpos golpeados y magullados terminan en el matadero.

A diferencia de una corrida de toros, donde es visible la sangre que brota del animal, el becerro que es coleado presenta derrames internos, nada percibido por los espectadores, por lo que muchos piensan que es un deporte incruento.

Cabe destacar que si el animal no intenta escapar y decide echarse en la arena o arrinconarse, los jinetes aplican quiebres de su cola y otros métodos de castigo para que reinicie la faena.

El coleo no es un deporte propio de Venezuela

Decir que los Toros Coleados son autóctonos de Venezuela y que de paso es un deporte nacional de gran arraigo  en las clases populares es una falacia.  El espectáculo las coleadas es una versión de Rodeo que se practica en el país, pero es sólo eso, un “rodeo criollo”.

El rodeo es la faena diaria del campesino o peón de hacienda representada en una competencia. Hay muchos tipos de rodeo como el norteamericano (vaqueros de USAy Canadá), en el que lazan novillos, o se montan potros y toros, las charreadas en México, o los de Sudamérica (Chile, Brasil , Colombia y Venezuela) que es la salida de jinetes en acorralamiento de reses. En resumen, el rodeo basado en la faena del llanero venezolano a caballo se le llama Toros Coleados.

En muchos países ha crecido el número de manifestantes de rechazo a estos eventos, no sólo por el maltrato animal, sino por la mala influencia que da a la infancia y adolescencia, incluso con activismo mucho más representativo que aquellos que están en contra del boxeo, por considerar que en este otro deporte, al menos ambos púgiles tienen la elección de pelear o no, mientras que los animales sí son obligados.

Por otro lado, las notas en las secciones deportivas de noticiarios de radio y televisión, así como los espacios en medios impresos son muy pequeños, casi ínfimas en comparación con las que cubren deportes como el béisbol, fútbol o basketball. A su vez, este deporte no tiene nada de popular ya que en mantenimiento de equinos e indumentaria, así como las inscripciones a los eventos requieren participantes de gran poder adquisitivo.

El negocio detrás del espectáculo

El coleo se practica en toda Venezuela y los llanos colombianos. No podemos negar ese argumento, pero no se realiza siempre de manera organizada. En muchas haciendas y caseríos se hace sin reglas ni límites de competidores, y producir este espectáculo no es del todo complicado, si se tiene el apoyo de alguna alcaldía o marca comercial que lo patrocine.

Y por otor lado están los aportes que dan los jinetes, quienes dan una cifra considerable de dinero (propio o del auspiciante) para inscribirse en la competencia.