Uno de los usos más frecuentes que nuestra sociedad y cultura hace de los animales no humanos es matarlos para comer su carne. Cada año, 53 mil millones de animales mueren para satisfacer la demanda de las personas omní­voras: cerdos, gallinas, pollos, peces, reses, ovejas, conejos, y muchos otros, forman la larga lista de ví­ctimas de los animales humanos.

Durante el siglo XX la industrialización de la explotación de la naturaleza, ha conllevado al desarrollo de una pesca y ganaderí­a intensiva, caracterizada por la eficiencia técnica y económica en los procesos de captura (para el caso de los peces) y de producción, crí­a, engorda y matanza para el caso de los animales "de engorda".

En las granjas industriales (también conocidas como granjas de crí­a intensiva),los animales son criados y mantenidos para que den diversos productos para el mercado, principalmente huevos, leche y carne.

En las granjas productoras de carne, los pollos, cerdos, reses y muchos otros animales son gestados, criados y alimentados, hacinados, estabulados e inmovilizados para que engorden rápidamente y cumplan en pocos meses la talla/peso necesarios para ser considerados aptos para "consumo humano". Luego son transportados en camiones en un tortuoso viaje -casi peor que todas sus vidas- hacia el matadero.

En las granjas productoras de huevos, las gallinas también son hacinadas y obligadas a poner una cuota de huevos. Una vez pasada su juventud o "eficiencia productora" son igualmente transportadas al matadero.

En las granjas productoras de leche, las vacas son obligadas a parir terneros para que produzcan leche. Las crí­as son arrebatadas a la madre y criadas para engorda de carne (o si son hembras, pasan a formar parte de la granja lechera), mientras que la vaca está obligada a cumplir una cuota de leche periódica. Si no cumple el estándar, también es transportada al matadero.

La vida y la muerte de estos animales es un permanente infierno: hacinados, mutilados (para evitar el canibalismo que les produce el stress de los estabularios), alimentados artificialmente para engordarlos en tiempo record, muchos de ellos no ven nunca el sol; y viven una corta vida marcada cuando el estándar técnico indique que están listos para ser faenados. Entonces son transportados al matadero, donde muchos mueren de manera dolorosa y poco cuidadosa, pues la matanza y el ritmo de animales abatidos también está sujeto a productividad.

La crianza de animales no humanos para carne, leche o huevos se divide en diferentes tipos de granja, de acuerdo a la estabulación y el estilo de crianza de los animales:

  • Granjas de crí­a intensiva en jaulas (donde los animales permanecen en jaulas o estabularios cerrados)
  • Granja de crí­a en tierra (donde los animales, principalmente aves, son criados en hacinamiento a nivel de suelo al interior de grandes pabellones)
  • Granja de crí­a extensiva (los animales son criados en tierra al aire libre)
  • Granja ecológica (la misma anterior, pero que tiene estándares de alimentación y vida del animal que consideran su bienestar como ingrediente importante para el "producto final").

A nivel de los peces, están los capturados desde el mar abierto, pero también son producidos en granjas industriales, que en este caso se llaman piscifactorí­as.


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