Pretenders rememora sus tema y deja su mensaje

En lo social, a Chrissie Hynde parece haberle dado por la onda B.B. Por lo visto en la pancarta que servía de fondo a sus Pretenders, resulta que Chrissie está por la inseminación artifical de los bóvidos. Vamos, que vaya usted a saber por qué extraños vericuetos, quizá por falta de búfalos en su país de origen, a esa encandiladora guerrera del rock le ha dado por decir “no a las corridas de toros”. Ésa es la única novedad en el frente que ha traído la madurez. Por lo demás, y en este caso es espléndido que así sea, nada nuevo bajo el rock marca de la casa.

16 octubre 2003
.

En lo social, a Chrissie Hynde parece haberle dado por la onda B.B. Por lo visto en la pancarta que servía de fondo a sus Pretenders, resulta que Chrissie está por la inseminación artifical de los bóvidos. Vamos, que vaya usted a saber por qué extraños vericuetos, quizá por falta de búfalos en su país de origen, a esa encandiladora guerrera del rock le ha dado por decir “no a las corridas de toros”. Ésa es la única novedad en el frente que ha traído la madurez. Por lo demás, y en este caso es espléndido que así sea, nada nuevo bajo el rock marca de la casa.

La posibilidad de ver a The Pretenders en la distancia corta era para no menospreciarla, a pesar de la clavadilla económica que conllevaba aparejada. Y sin ponerse reventón, el Bikini alcanzó una sólida, a la vez que cómoda, entrada. Tienen nuevo disco, “Loose screw” (2003), pero eso es casi lo de menos, del mismo modo que tampoco importaba que hubiesen pasado por nuestra ciudad hace poquísimo como teloneros de los Stones. Era esa distancia corta y gozar en ella del amplio puñado de canciones redondas que puntuaron su época dorada lo que todos íbamos a buscar. Y allí lo encontramos, impecablemente descongelado.

El atractivo de Chrissie sigue intacto. La banda siempre tuvo y hoy mantiene, de modo que si no erraban en la selección de repertorio, el gato no podía acabar más que en el agua. Y así fue. Costó un poco. El entusiasmo de la audiencia se manifestaba a medio camino entre el tibio calorcillo y una atenta y educada frialdad –“My baby”, “Talk of the town”, “Kid”, “Hymn to her”–, pero al ir avanzando la velada e ir asomando su rubicundez rockera temazos como “Message of love”, “Precious”, “Brass in pocket”, “Don't get me wrong”, “Back on the chain gang” o “Middle of the road” (buena parte de ellos ubicados, muy sagazmente, en el tramo final del concierto y en la zona bises) la cosa se fue arriba como un buen suflé.

Actitud correcta, voz en excelente estado, canciones que nunca se borrarán de nuestra memoria, el muy sano placer de reencontrarte con una lectura madura del multifacético rock, sobraron facetas positivas para concitar el entregado y unánime aplauso final. Acabábamos de aprobar otra asignatura pendiente, de esas que en su momento sólo pudimos cursar a distancia. Había valido la pena acudir hasta Bikini. En blanco y negro y con autitaurinismo militante incluido.

 

We need your support

AnimaNaturalis exists because billions of animals suffer at human hands. Because they animals need solutions. Because they deserve someone to speak up for them. Because animals need change. Because at AnimaNaturalis we want to build a fairer world for everyone.

The donations of our supporters are the main source of our funds.