RODRIGO OBREQUE
VALDIVIA.- Por tres votos a cero, la primera sala de la Corte de Apelaciones local acogió un recurso de protección que solicitaba el cierre de la planta Valdivia de Celulosa Arauco y Constitución (Celco) hasta que se someta a un nuevo estudio de impacto ambiental.
El recurso fue interpuesto en enero por el movimiento Acción por los Cisnes, basándose en que la planta -una vez que comenzó a operar- presentó 19 incumplimientos respecto de lo autorizado en 1998 por la Comisión Regional del Medio Ambiente (Corema) de Los Lagos, en la Resolución de Calificación Ambiental que permite su funcionamiento.
Las irregularidades fueron detectadas en junio de 2004 por la consultora MA&C, contratada por la Corema. Entre ellas destacan un aumento en su capacidad productiva y la descarga de metales pesados al río Cruces.
Vladimir Riesco, abogado que patrocinó el recurso, valoró la decisión del tribunal al señalar que "es el único órgano capaz de defender a los ciudadanos, porque los servicios públicos con competencias ambientales han sido ineficaces en la solución del problema que nos afecta".
Mediante un comunicado de prensa, Celco manifestó ayer que apelará de la decisión del tribunal ante la Corte Suprema. El plazo para ello vence este sábado. El comunicado explica que la planta "cuenta con un permiso ambiental aprobado por la autoridad competente, y que fue otorgado después de la realización de un estudio de impacto ambiental".
Y luego agrega que "la planta ha sido monitoreada por los organismos técnicos autorizados y ha implementado un sinnúmero de medidas de control definidas por la autoridad ambiental".
Si la Corte Suprema rechaza la apelación, la industria tendría que paralizar mientras se cumple la exigencia de realizar un nuevo estudio de impacto ambiental. Este proceso podría tomar varios meses.
La decisión del tribunal valdiviano condena también a Celco a pagar los gastos del estudio de impacto ambiental.
Futuro del santuario
Conocido el estudio de la Universidad Austral de Chile que responsabiliza a Celco del daño ambiental al santuario "Carlos Anwandter", el futuro del ecosistema es lo que preocupa. La ecóloga Claudia Gil y la bióloga marina Patricia Möller, del Centro de Estudios Agrarios y Ambientales (CEA), sostienen que es posible restaurarlo, pero que para ello la planta debe dejar de operar como hasta ahora. "No es compatible esta actividad industrial con el santuario, aunque se hagan más estrictas las exigencias. Las plantas de celulosa tienen eventos contaminantes impredecibles", aseguran.
Ducto al mar
Los conflictos generados a Celco por el vertido de sus riles al río Cruces han hecho que se reevalúe la idea de depositarlos en el mar. Ésa fue la propuesta original de Celco en 1990, pero ante la oposición de pescadores de Mehuín (comuna de Mariquina), la idea fue desechada por la autoridad ambiental que resolvió autorizar el proyecto con vertido al río.
PUERTO MONTT.- Entre 1997 y 1998, el Consejo Nacional de Monumentos Nacionales (CMN) envió al menos siete oficios a la Comisión Regional del Medio Ambiente (Corema) de Los Lagos, advirtiendo acerca de las previsiones que debían adoptarse en el caso de la planta Valdivia de Celulosa Arauco Constitución (Celco).
Las precauciones fueron hechas en consideración a la ubicación de la planta, a unos 30 kilómetros aguas abajo del Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter, sitio protegido como monumento nacional. Asimismo, el río Cruces se encuentra a sólo metros de las instalaciones.
Las advertencias están contenidas en oficios enviados por Ángel Cabezas, director del CMN, al entonces director de la Corema de Los Lagos, Raúl Arteaga.
El organismo fue reiterativo en señalar que, "bajo ninguna circunstancia" debía permitirse que los efluentes o riles de la planta llegaran al río Cruces. Ni siquiera en el evento de fallas en los ductos de evacuación, caso en que debía paralizarse por completo su operación.
Asimismo, el CMN consultaba si podían llamarse "emisiones restringidas", como los calificó la empresa, los vertimientos que podían prolongarse entre dos horas y cuatro meses al presentarse fallas que requiriesen de reparaciones mayores.
Otras observaciones del CMN apuntaban a la carencia de estudios en profundidad para descartar definitivamente la existencia de sitios arqueológicos en el sector donde se construiría un ducto de evacuación.
Asimismo, el CMN hizo notar su extrañeza en cuanto a que el proponente, "luego de indicar en varias oportunidades que el tratamiento terciario hacía inviable el proyecto desde el punto de vista económico, presente este documento en el que se incluye un tratamiento de ese tipo para abatir los contaminantes de las aguas del proceso".
En opinión del organismo, debía efectuarse un monitoreo permanente de las especies de flora y fauna del santuario, a lo menos durante los tres primeros años de operación de la planta, para posteriormente hacerlos cuatro veces al año, en ocasión de cada estación climática.
El CMN advirtió también que si se detectaban cambios en el comportamiento de las especies debían ejecutarse acciones tendientes a restablecer las condiciones previas a dichos cambios, "y si esto no es posible, se debe retirar la eventual autorización ambiental otorgada".
Finalmente, el 22 de octubre de 1998, el CMN visó el informe técnico del estudio de impacto ambiental (EIA) del Proyecto Valdivia, advirtiendo al director de la Corema que "debo recordarle que el santuario de la naturaleza del río Cruces es un monumento nacional de los protegidos por la Ley 17.288".
Santuario recuperable
Paulina Saball, directora nacional de la Conama, se mostró optimista acerca del futuro del Santuario de la Naturaleza "Carlos Anwandter", tras el informe elaborado por el equipo de la Universidad Austral. Señaló que el documento, en uno de sus párrafos, "plantea que tal como se encuentra hoy día, el santuario tiene posibilidades de recuperarse absolutamente".
Según explicó, en el documento se señala que "si bien ahora se presenta un impacto sobre tres especies de la fauna del santuario -cisnes de cuello negro, taguas y tagüitas-, todo el resto de su fauna se encuentra absolutamente viva, sin mayores alteraciones".
En consideración a estas apreciaciones, la recuperación del humedal es factible, "por cuanto la vida de la flora del santuario se presenta activa, exceptuando al luchecillo".
Defensa
Celco Valdivia ha expresado que su evacuación de riles ha cumplido con toda la normativa ambiental, desatando la protesta e ira de entidades ambientalistas.
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