Mientras la mayoría de los taurinos se duermen en sus laureles, algunos proponen soluciones como corridas de toros light para salvar la tauromaquia. ¿Llegó el momento de replantearse una nueva fiesta de toros?,
Nunca antes, los grupos antitaurinos de todo el mundo habían llegado tan lejos en sus manifestaciones en contra de las corridas de toros, pero tampoco antes, la industria de la tauromaquia había vivido una crisis tan severa como la de ahora.
Tan sólo en el 2006, la empresa Investiga (antes Gallup) realizó un sondeo en España, capital del toreo, donde encontró que el 72.1 por ciento de los habitantes de aquel país no tenían ningún tipo de interés por el llamado deporte nacional.
Ante la falta de toreros que atraigan a la masas, el evidente ausentismo de “clientes” en las plazas, la incompetencia como espectáculo ante otras opciones de divertimento y el ser considerada como fiesta bárbara que choca con las sensibilidad de las nuevas generaciones, los taurinos analizan pasivamente las posibles soluciones para salvar a la agónica fiesta de los toros.
Unos pocos, que han sido tachados de “desleales” y “traidores”, ya se cuestionan nuevas posibilidades. ¿Tendrá que convertirse la fiesta taurina en México en un fiesta incruenta?, ¿es hora de que la fiesta taurina se globalice, incluyendo y considerando a las modernas ideologías ecologistas como única y última oportunidad para perpetuarse y no desaparecer?.
Batalla antitaurina
Desde que la inglesa Vicki Moore murió en 2000 a causa de las múltiples cornadas recibidas por un toro de lidia, al que irónicamente defendía del maltrato que los moradores del pueblo español de Cáceres le infringían, los antitaurinos tienen un mártir como estandarte para manifestarse con mayor vehemencia por la defensa de los animales. Como nunca lo habían hecho en las últimas décadas.
En 1995, el toro “Argentino” empitonó brutalmente a Vicki Moore, una mujer británica que llegó a España en 1987 con la mera intención de hacer turismo. La causa que hizo permanecer a esta mujer en la península ibérica por más tiempo fue “descubrir” el abuso de los vecinos de Villanueva de la Vera, Cáceres, quienes maltrataban a un burro para divertirse. Vicki se enfrentó a los habitantes del pueblo y logró salvar al asno comprándolo por 25 mil de las desaparecidas pesetas.
Desde aquél momento, y durante los siguientes siete años, la mujer recorrió España grabando en vídeo los innumerables festejos españoles en los que se utilizan animales en nombre de la cultura, la tradición popular y la diversión humana.
Este 25 de junio se cumplieron 10 años de la mortal cogida que, en febrero del año 2000, y después de 5 años de una dolorosa agonía, acabó con la vida de Vicki Moore. Irónicamente, el momento en que la activista fue envestida por el toro fue videograbado por un espectador y, aunque dura unos cuantos segundos, recorrió el mundo entero. Ahora, gracias a la modernidad, el video se puede apreciar en youtube.
Así como los toreros tienen santos de su devoción, a quienes se encomiendan antes de salir al ruedo, ahora los “antis” recurren a la memoria de Vicki, y ambos hacen un esfuerzo por defender sus ideologías, sus preferencias y sus pasiones, provocando una guerra. Mientras que los defensores de animales se lanzan literalmente al ruedo para manifestarse, los taurinos observan ofendidos y pasivos, pero sólo observan; subestimando los alcances de las iniciativas antitaurinas.
Poco les dijo que una “cuadrilla” de seis activistas “brincaran” como espontáneos al ruedo de la catedral del toreo mundial, La Plaza de las Ventas, en Madrid, para hacer “su faena” en plena Feria de San Isidro, ante una abarrotada galería. Nunca, en sus 77 años de existencia (17 de junio de 1931), se había visto algo así. Síntoma de las nuevas generaciones globalizadas.
Los ciega la pasión
Sin embargo, los activistas también tienen sus “pecados”, sobre todo cuando “atacan” argumentando infinidad de atrocidades contra el toro, faltas de fundamento, lo que evidencia desconocimiento de lo que intentan abolir con tanta pasión.
Nadie puede negar la brutalidad y violencia que contiene la fiesta taurina. Muerte, sangre, cornadas, sombra, estocadas y otros elementos. Pero de eso a denunciar maltratos como poner sustancias en los ojos a los toros, pinchar sus genitales, golpearlos con costales, purgarlos para debilitarlos y otras tantas “chulerías”, hay un abismo.
Como muchos otros, La Fundación Brigitte Bardot, un grupo francés que se opone a las corridas de toros, denuncia métodos utilizados para el debilitamiento de los toros.
“La mayoría de las veces, los animales entran al ruedo ciegos porque se les pone vaselina en los ojos. Luego, la gente golpea con costales de arena la cabeza del animal por mucho tiempo y violentamente, para privar al toro de sus sentidos. Además les clavan grandes agujas en sus genitales y le introducen por el recto sustancias laxantes para debilitarlos”, publican los detractores en sus páginas web y lo hacen circular en cadenas de correos electrónicos.
¿Quién no ha recibido en su correo una presentación en power point con fotografías y argumentos antitaurinos?
Los que conocen del tema saben que no hay en el mundo un torero capaz de enfrentar, por más valiente y arrojado que sea, a un animal afectado de sus sentidos, que no obedecerá a los engaños con los que el torero se defiende y lucirse ante el público. Sin calcular que el riesgo de por sí mayúsculo sería exponencial.
Por otro lado sería difícil creer que haya un ganadero en el mundo que, después de criar a un ejemplar durante 4 o 5 años, escrupulosamente seleccionado genéticamente, permita que se menoscabe la calidad de su producto, pues cada toro que sale al ruedo lo hace para defender el honor y el prestigio de su ganadería de origen, sin considerar que alimentar y cuidar a cada ejemplar representa más de 50 mil pesos al año. Y todo esto no precisamente para ver a su ejemplar en el ruedo lastimosamente mermado de sus facultades.
Así lo asegura el criador español Victorino Martín, considerado por muchos el mejor de Europa, cuando fue entrevistado después de embarcar seis toros para una corrida en Bilbao, donde el domingo antepasado se lanzaron otros “espontáneos” al ruedo para manifestarse.
Algunos abren los ojos
Lo que sí ha hecho realmente daño a la fiesta, según denuncian algunos pocos valientes taurófilos y que nunca han señalado sus detractores, son los verdaderos abusos a los toros: la ilegal manipulación de las astas (cortar las puntas de los cuernos del animal para darle ventaja al torero), el abusos en las suertes, y las violaciones a los reglamentos taurinos de cada localidad. Quienes conocen del tema aseguran que basta pararse en cualquiera de las plazas del país con el reglamento en las manos para evidenciar estas anomalías.
Se calcula que de más del 80% de los toros lidiados en México el año pasado fueron manipulados de sus astas, y que en no pocas plazas mexicanas, a excepción de Guadalajara y la Plaza México, es común esta práctica ilegal y ventajosa.
Por ello algunos taurinos, conocedores y concientes de tal problemática, proponen cambios drásticos en la fiesta de los toros, como el ex novillero y ganadero tabasqueño Carlos Hernández González, quien hace dos meses publicó el libro “Sin Sangre Pajarito”, en el que propone que la fiesta de los toros sea sin herir al animal ni causarle daño.
El periodista saltillense Leonardo Páez, reconocido crítico taurino, puso el dedo en la llaga durante la presentación de la controvertida novela, en la capital del país.
“No se vale poner un tache rotundo a las corridas de toros a partir de prejuicios, gustos, reacciones viscerales y antropomorfizaciones emergentes del toro de lidia”, dijo Páez. Luego reconoce que ni “antis” ni pro taurinos hacen nada por defender con integridad y veracidad sus respectivas ideologías.
“Carlos Hernández es calificado de hereje por los fundamentalistas; presentó su libro en el Centro Cultural de la Tauromaquia, ante una nutrida asistencia de aficionados, pero no de anti taurinos ni defensores de mascotas, que desaprovecharon así una oportunidad invaluable de conocer los verdaderos puntos flacos del ‘enemigo’”, reconoció el periodista saltillense a través de su columna en la Jornada.
Nuevas sensibilidades
Sergio Enrique Lomelí García, hijo del ganadero y propietario de la legendaria dehesa de Corlomé y criador del toro “Chapito” indultado el domingo 15 de junio en la Plaza “Armillita”, reconoce que las nuevas generaciones, nacidas en los últimos 20 años tienen una sensibilidad diferente a los nacidos antes de 1980.
“Yo me acuerdo que cuando era niño me llevaron a la plaza y me encantó el espectáculo taurino, además, mi padre era ganadero y me enseñó a amar al toro bravo, pero ahora a muchos niños no les gusta la fiesta, incluso a nuestros hijos, a pesar de que en la casa y en la familia se habla mucho de toros.
“Cuando éramos niños salíamos al campo a cazar pajaritos con resorteras, era nuestra diversión, como jugar a otras cosas, en cambio, mi hijo es incapaz de matar uno, y cuando le quise comprar un rifle de postas para sugerirle mi añeja ‘afición’ se me quedo viendo y me dijo molesto: ‘¿qué te pasa papá?’”, relató el hijo de Sergio Lomelí Valdez, propietario de la legendaria ganadería jalisciense.
Y no es el único taurino que reconoce que los cambios se avecinan, pues el matador de toros, ahora fotógrafo taurino, Armando Rosales “El Saltillense”, quien perdió un ojo por una cornada hace 30 años, reconoce que la fiesta sufrirá cambios drásticos en su esencia y tradiciones.
“Yo creo que la fiesta va a terminar siendo incruenta, pero no ahora, sino en 20 o 30 años, porque las nuevas generaciones así lo exigen y si no se adecua la fiesta a las nuevas generaciones entonces podría desaparecer, por lo menos como espectáculo público, porque eso sí, no creo que la fiesta como tal desaparezca nunca”, asegura.
La defensa taurina
Ante los ataques de los activistas ecológicos y las iniciativas de Ley para prohibir la fiesta en Europa, un grupo de reconocidos taurinos, entre ellos destacados políticos españoles de todos los colores partidistas, presentaron hace tres semanas una defensa en la sede del Parlamento Europeo. Los valores humanos, ecológicos, culturales, históricos y económicos fueron la bandera con la que ensalzaron la importancia de la tauromaquia en Europa. La idea de esta llamada Mesa del Toro partió del eurodiputado popular Luis de Grandes, después de la iniciativa en contra de las corridas de toros presentada el año pasado en Bruselas.
En esa ocasión, y gracias también a la defensa a capa y espada de Íñigo Méndez de Vigo, uno de los padres de la Constitución Europea, los “antis” perdieron, momentáneamente, la batalla.
Pero entre tantos argumentos defensivos, los taurinos “presumieron” un incremento en el número de festejos taurinos celebradas en España, ignorando la cifras reveladas en octubre de 2006 en una encuesta realizada por la empresa española Investiga (antes Gallup) que concluyó que el 72.1% de la población ibérica afirmaba no tener ningún interés por los espectáculos taurinos y sólo el 26.7% decía sentirse interesada, lo que resulta una disminución de aficionados en comparación con 1999, cuando éstos representaban el 38% de la población.
Lo relevante de ese 26.7% que sí está interesado en la fiesta, es que más del 60% son personas mayores de 45 años, lo que significa que no se está llevando a cabo el relevo generacional. El panorama indica que los “viejos” taurinos, aquellos que defiende con su vida la fiesta de los toros, no serán relevados por las nuevas generaciones, ni siquiera por sus hijos.
Sin embargo, los taurinos no se alertan por estos datos. En cambio, los subestiman y desdeñan, aunque algunos pocos hacen la excepción. Así lo hizo saber el cronista taurino barcelonés Ángel González Abad, del periódico ABC, el pasado 15 de junio.
“Algún día la ‘gracia’ de los antitaurinos nos traerá una desgracia y entonces llegarán las lamentaciones. Los ‘antis’ se vendrán arriba y algún día se tirarán al ruedo con el toro vivo y entonces... todos a correr, todos a llorar, y ya tendremos mártir”, dice enfático en su crónica publicada en el portal www.abc.es.
Otro español, el destacado conductor de radio, Carlos Herrera, taurino confeso, criticó en semanadigital.es la actitud y conducto de los antitaurinos, especialmente de aquellos más notorios, como la cantante de origen mexicano, criada en Madrid, Alaska, quien presentó un cartel en donde aparece desnuda, con banderillas clavadas y una leyenda que dice: “La verdad al desnudo: la tauromaquia es cruel”.
“Creo que Alaska ha elegido un mal momento para protestar contra la fiesta nacional, cuando José Tomás corta cuatro orejas en Las Ventas. Ya no hay antitaurinos como los de antes. Sólo saben gritar eso de ‘¡asesinos!’ Hace falta más talento", criticó Herrera.
Y es que la protesta de la ex integrante del grupo Dinarama se hizo pública precisamente cuando el diestro José Tomás escribió un triunfo más en su carrera al cortar cuatro orejas en su reaparición en la Plaza de Las Ventas, hazaña que repitió a los pocos días a pesar de haber sufrido tres cornadas.
Condena taurina
En contra parte, apenas unos días después de la defensa de la Mesa Central, concluyó el “juicio” contra líderes políticos europeos y asociaciones profesionales taurinas con un “veredicto” que declaró “culpables” a los taurinos y reclama la supresión de todos los tipos de subsidios, nacionales y comunitarios, con los que se financian las corridas de toros.
El jurado de la “Corte Internacional de Justicia para los Animales” incluyó en su sentencia simbólica una petición para que se cierren las escuelas de tauromaquia y se prohíba el acceso de los menores de 16 años a las plazas de toros.
Además, se solicita al Parlamento Europeo que convoque a un referéndum para que los ciudadanos de la Unión puedan pronunciarse sobre la abolición de esa práctica.
Igualmente, hará una petición al Papa Benedicto XVI para que “aplique nuevamente la bula que condena los juegos taurinos” y establezca claramente “que los espectáculos sangrientos, que son las corridas, deben ser condenados”.
Asimismo, el jurado declaró “culpables” al jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, al presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y a su primer ministro, Francois Fillón, al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y al ex presidente portugués, Jorge Sampaio, por su respaldo a las corridas.
Una propuesta indolora
La idea de convertir las tradicionales corridas de toros en eventos incruentos (sin sangre) se ha convertido en una polémica entre los aficionados a los toros, y ya no es tan descabellada como lo hubiera sido hace 10 o más años.
Contrario a lo que muchos antitaurinos piensan, muchos seguidores de la fiesta brava, incluso se cree que varios destacados toreros como el famoso Silverio Pérez y el matador David Silveti, ambos desaparecidos, no disfrutaron clavándole banderillas y espadas a los animales.
Hoy se sabe que hay quienes proponen sustituir éstas prácticas o suertes, por otras que no signifiquen herir a los animales, por supuesto, sin eliminar las tradicionales que dan colorido a la fiesta brava, como la de banderillas, en una modalidad en la que no se clavarían al cuerpo del toro, sino que se pegarían o encajarían en un arnés montado en el lomo del animal.
Uno de estos promotores de las corridas incruentas es el ahora aficionado y escritor taurino Carlos Hernández González, quien publicó recientemente la novela Sin Sangre Pajarito.
En ella su propuesta es clara: que las corridas sean sin picar, sin herir y sin matar al toro, tal y como ya se practica en algunos países como Portugal y Estados Unidos, y otros como Rusia que han incursionado con éxito en la introducción de la tauromaquia.
Novillero en sus años mozos, hijo, sobrino y nieto de ganaderos, este “desleal” aficionado taurino reconoce que la fiesta es, indiscutiblemente, agresiva a la vista de las nuevas generaciones. “No es tanto que a mí me impresione lo que le hacen al toro, sino que deseo que tantas personas que detestan ver las heridas del animal y su muerte aprendan lo que es el toreo y gusten de él. En otras palabras, pugno por la expansión de la fiesta hacia otros públicos. Yo maté más de 40 novillos, pero confieso que ya viejo me he sensibilizado y me he puesto en los zapatos de quienes no les gusta eso, y tienen su parte de razón”, dice Hernández González.
Saltillo: anti taurino
La propuesta de hacer corridas de toros light sería bienvenida en Saltillo. Más del 50 por ciento de los encuestados por Semanario no están de acuerdo con las suertes que infringen dolor al animal, pero asistirían al espectáculo si tales prácticas desaparecieran. Si esto no sucede, el 67 por ciento opina que la fiesta brava debe desaparecer.
¿Ha asistido alguna vez a una corrida de toros? 55% No
45% Sí
¿A usted le llama la atención la tauromaquia? 58% Poco
31% Algo
11% Mucho
¿Se considera usted anti-taurino?
67% No
33% Sí
¿Estaría dispuesto a participar activamente en cualquier iniciativa encaminada a abolir la fiesta de los toros? 56% No
44% Sí
¿Usted asistiría a la plaza si quitaran las suertes en las que se hace daño al toro, como picarlo, clavarle banderillas o matarlo? 51% No
49% Sí
¿Considera que la fiesta taurina debe desaparecer? 67% No
33% Sí
Metodología: Se entrevistaron cara a cara a 100 personas en vía pública en los lugares de mayor afluencia en la ciudad. Todos los entrevistados son mayores de 18 años. El 56% de los entrevistados pertenecen al sexo masculino y el 44% al sexo femenino. El levantamiento de la información se realizó el 25 de Junio de 2008. Realización: departamento de investigación
Corridas de toros light
Cambios considerados en la propuesta de convertir las corridas de toros en una fiesta incruenta, sin herir al toro durante el espectáculo.
1.- Suerte de varas.
Sangrar al animal, restarle poder y prepararlo para la muerte en el último tercio. Además, evita que los toros embistan durante el último tercio levantando la cabeza, lo que facilita el lucimiento del diestro durante la faena de muleta y la posibilidad de entrar a matar.
Se eliminaría este episodio en la lidia, obligando al torero a tener que enfrentar a un toro más completo recurriendo a mayores recursos técnicos en el manejo de los engaños, y principalmente, aplicando mayor valor para enfrentar a un ejemplar sin castigo.
2.- Suerte de banderillas
Es una suerte de adorno. Se clavan tres pares de banderillas (que en su punta tienen arponcillos de menos de 10 centímetros) en el lomo del toro. Regularmente los subalternos realizan esta suerte, por eso se llaman banderilleros. En algunos casos, los propios matadores se encargan de esta suerte para lucirse más en su repertorio.
Las banderillas, en lugar de arpones, se fabricarían con velcro, mientras que al toro se le coloca una almohadilla donde quedarían adheridas las banderillas que no lastimarían al animal. Esto no cambiaría en nada la técnica, vistosidad y esencia.
3.- Matar a estoque.
La suerte suprema, es cuando el matador en turno, después de haber realizado su faena, clava una espada en el toro y si el torero no logra su cometido, tiene tantas oportunidad como pueda en 6 minutos, antes de que el juez ordene que el toro regrese “vivo” a los corrales.
Propuesta incruenta
Una propuesta es que el toro no se mate a estoque. La otra es que el torero tenga una sola oportunidad de matar al toro, siendo ésta la única para darle muerte a estoque. De lo contrario, el toro es devuelto vivo inmediatamente a los corrales.
Sarape taurino y… antitaurino
Mientras que el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, anunció hace un par de meses el inicio de la construcción del Museo de la Cultura Taurina, con una inversión de 15 millones de pesos, y la remodelación de la actual plaza de toros Fermín Espinosa “Armillita”, los grupos protectores de animales de Saltillo iniciaron sus protestas.
Kim Deewey Charles, activista saltillense de 27 años, lanzó por la red un levantamiento de firmas electrónicas para manifestarle al mandatario su indignación y rechazo por los proyectos taurinos. Desde el primer día, las reacciones no se hicieron esperar y después de 15 días rebasaron las mil 500 firmas virtuales, con sus respectivos comentarios. En ellos se plasma las posturas de los “contras” de todo el mundo, sin embargo, más del 30% de los firmantes son de Coahuila.
“Sr. Gobernador del Estado de Coahuila de Zaragoza, Humberto Moreira Valdés. Los abajo firmantes vemos con suma preocupación su iniciativa para construir una nueva plaza de toros y un museo taurino en la ciudad de Saltillo…
“Le pedimos reconsidere dicha iniciativa ya que es inaceptable agredir a los animales de la forma en que se hace en la tauromaquia, que no es más que el placer de ver sufrir a un ser sensible. No podemos aceptar el sadismo y la tortura inherentes a esa actividad vergonzosa que nos degrada como especie.
“Apelamos a su sensibilidad y al compromiso que tiene con el pueblo de Coahuila para que ese dinero que se pensaba invertir en el ejercicio deplorable de la tauromaquia, se destine en obras más urgentes y necesarias como hospitales, escuelas, bibliotecas, carreteras o en deporte auténtico como el futbol, basquetbol, beisbol y otros”, dice la petición y protesta publicada en www.petitiononline.com/anima12/petition.html.
Contrario a estas protestas, la alicaída fiesta de los toros en Saltillo tuvo un respiro al realizarse un exitoso y concurrido festejo taurino del Día del Padre en el desatendido coso local, en el que actuaron tres diestros de primer nivel en la baraja taurina, Eulalio López “Zotoluco”, Fernando Ochoa e Ignacio Garibay, convocando a casi 4 mil espectadores que por poco llenan la plaza. Lo llamativo fue que a uno de los toros lidiados, de nombre “Chapito”, le fue perdonada la vida por cumplir los estándares de bravura y nobleza establecidos en el Reglamento Taurino Municipal, sin embargo, también hubo violaciones al estatuto por parte de quienes se encargan de organizar, de velar por la seguridad y poner orden en el espectáculo.
Aunque hubo casi una plaza llena, reflejo de que aún hay seguidores del espectáculo cuando se anuncia una cartelera atractiva, las infracciones al reglamento fueron incuestionables, como lo pudo constatar Semanario, pues los toros presumiblemente fueron despuntados y no se realizaron exámenes post mortem para certificarlo, como lo marca la Ley; además escasearon los elementos de seguridad, hubo ingesta de bebidas embriagantes en áreas prohibidas, entre otras transgresiones no menos graves.
Todo esto sin contar las deplorables condiciones de las instalaciones de la plaza en general, a la que el gobierno estatal ha decidido invertir una importante suma de dinero para su remodelación, que no para la construcción de una nueva plaza, como se había considerado en un principio. Con esa pujanza antitaurina en todo el mundo, y la poca voluntad y sustentabilidad para defenderse de los taurinos, no sería extraño que de un momento a otro surja alguna ley que prohíba, así como la Ley Antitabaco, matar toros en público, o clavarle banderillas o causarles daño, si no es que ya hay algunas que, como el Reglamento Taurino, nadie quiere hacer efectivas, y a las que los responsables de aplicarlas le sacan la vuelta “a la torera”.
FRASES
“Yo creo que la fiesta va a terminar siendo incruenta, pero no ahora, sino en 20 o 30 años, porque las nuevas generaciones así lo exigen y si no se adecua la fiesta a las nuevas generaciones entonces podría desaparecer”.
Armando Rosales “El Saltillense”.
Fotógrafo taurino.
“Algún día la ‘gracia’ de los antitaurinos nos traerá una desgracia y entonces llegarán las lamentaciones”.
Ángel González Abad
Cronista taurino.
“Cuando éramos niños salíamos al campo a cazar pajaritos con resorteras, era nuestra diversión, en cambio, mi hijo es incapaz de matar uno, y cuando le quise comprar un rifle de postas para sugerirle mi añeja ‘afición’ se me quedo viendo y me dijo molesto: ‘¿qué te pasa papá?’”
Sergio Enrique Lomelí García.
Hijo del ganadero y propietario de la legendaria dehesa de Corlomé.
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