Norma anterior que no permitía la caza ni el transporte de ciertas especies marinas, como los delfines, pero que aceptaba su captura con fines educativos y científicos, fue modificado a través del Ministerio de Economía, para que estas razones no sirvan como excusa para mantener en cautiverio a esos mamíferos.
Los ambientalistas afirman en todo el mundo que el cautiverio produce grandes daños en los delfines o cetáceos menores, llegando incluso a matarlos. Este es uno de los motivos por los que se modificó el decreto 225 del año 1995, cambiándolo por el decreto exento 135, firmado el 18 de enero de este año, estipulando mayores limitaciones para su captura y exhibición.
El mandato anterior contemplaba una veda extractiva nacional por 30 años, con el fin de conservar a delfines y otras especies marinas protegidas. Pero no establecía suficientes restricciones, para quienes argumentaban que sus objetivos eran científicos o educativos.
Según el biólogo del Departamento de Administración Pesquera del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), Antonio Palma Inostroza, este decreto establecía en su artículo N° 2 que "podrá autorizarse la captura de ejemplares vivos, de una o más de estas especies para su mantención en cautiverio, con fines de exhibición, recreación, cultura o investigación".
Las condiciones de la reforma
Respaldados por este artículo, muchas empresas disfrazaban sus intenciones reales para capturar delfines y otras especies, diciendo que se trataba de una investigación científica o de la conservación de animales en peligro.
Por este motivo, el Decreto Exento 135 establece otros puntos que se deben tener en cuenta y que se describen a continuación.
En el caso de investigación científica, los permisos serán temporales; al tratarse de conservación ex-situ, será sólo si las especies están en peligro de conservación o extinción, y si su intención es exhibirlos públicamente, las cantidades serán siempre limitadas y no podrán ser transferidos a otros establecimientos.
Asimismo, además del permiso que debe conceder la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), para poder importar y exportar especies hidrobiológicas, se deberá pasar por la Subsecretaría de Pesca (Subpesca)
Por otro lado, Sernapesca que es un órgano del Estado, se encarga de fiscalizar y velar porque se cumplan las normas internacionales y nacionales, en la protección de los recursos oceánicos.
“A nivel del comercio internacional Sernapesca tiene una buena coordinación con las aduanas y con el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), de manera que estas organizaciones nos coayudan en nuestra labor de fiscalización”, indicó el biólogo Antonio Palma.
Severas multas
De no cumplirse con estas normas, las sanciones aplicadas serán acordes con las que se contemplan en la Ley de Pesca, como por ejemplo una multa de 400 UTM. Aunque según estableció el experto del Departamento de Pesquerías de Subpesca, Francisco Ponce, depende de la cantidad decomisada.
Las denuncias de Sernapesca y otras instituciones no gubernamentales, se hacen a través de los Tribunales competentes, a quienes se les entregan las pruebas respectivas. Carabineros también tiene la facultad de intervenir cuando se trata de carreteras o sectores que estén lejos del mar.
Antonio Palma indicó que las actividades de vigilancia, control y fiscalización se realizan a nivel de la costa, con una amplia difusión de la normativa a los agentes pesqueros extractivos, "de manera que estén al tanto de que está prohibida la extracción de reptiles, aves y mamíferos marinos", añadió.
Conjuntamente se efectúa una vigilancia permanente, en especial en los puntos de desembarques y en las caletas artesanales.
Para estas gestiones, Sernapesca cuenta con profesionales que se han especializado en materia de conservación de mamíferos marinos, reptiles marinos y aves marinas en particular.
Expertos confían en esta iniciativa
Debido a que México, uno de los países líderes en cuanto a capturas de delfines en la década del 90, prohibió estas acciones, los cazadores vieron en Chile un lugar idóneo para crear industrias marítimas.
Muchos de estos proyectos eran respaldados por algunos alcaldes, legisladores, empresarios e incluso grupos ecologistas locales.
Es el caso del edil de Iquique Jorge Soria, quien pretende crear en un terreno de tres hectáreas, un centro de investigación y recreación marino, destinado a incrementar el desarrollo turístico, económico y social de esta región.
Además, existe el proyecto de un "Acuario Temático", donde se expondrán más de mil especies nativas de flora y fauna de las costas de la I Región, yse habilitará un centro de rescate y recuperación.
Según integrantes de la Subsecretaría de Pesca y Sernapesca, el alcalde no podrá “ni soñar” con esta idea, porque la “norma es clara” refiriéndose a los requisitos que hay en casos de investigación científica, conservación ex–situ y exhibición.
Cabe señalar que pese a reiterados intentos de El Mostrador.cl por contactarse con el alcalde Soria, no fue posible hacerlo porque, según sus asistentes, el edil estuvo permanentemente ocupado en diversas reuniones.
Con la modificación actual, además de limitarse la caza de animales acuáticos, se elimina del registro chileno a la tortuga carey y se agregan una variedad de ballena, tres de zifios, cinco de delfines y una de pingüino. Además, se actualizan los nombres científicos de dos especies.
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