Periodista taurino confiesa fraudes y problemas en Acho y La México

Interesante extracto de un artículo escrito por un periodista taurino que habla de las carencias y engaños en la Feria de Acho. Menciona, además, que los toros en México salen "afeitados" (con los cuernos limados). Confesión de parte que desmiente a los tauricidas que acusan de "exagerados" o "mentirosos" a los antitaurinos y revela que ellos son quienes mienten cuando dicen que el "afeitado" no se hace porque "está prohibido por el reglamento".

13 enero 2005
Peru.

Desgraciadamente lo contrario, los malos empresarios, es lo común y están acabando con la fiesta. El caso más dramático es lo que está sucediendo con Rafael Herrerías en la México. Ahora que las corridas son transmitidas por televisión, el daño que una mala administración puede causarle a la fiesta ha quedado en evidencia y a los aficionados de todos los países taurófilos se les habrá estrujado el corazón al ver que, en plena temporada grande, la mayor plaza del mundo construida para albergar a más de 50,000 espectadores, luce desolada, con una raleada concurrencia que no llega al 20 % del aforo. Hace exactamente un mes, un hecho bochornoso se hizo público para vergüenza de la empresa: El sufrido y heroico aficionado mejicano dijo ¡BASTA! y devolvió al corral cuatro de los seis indignos bichos aceptados como toros por la autoridad y los veterinarios de la plaza que, a todas luces, hicieron la vista gorda en el reconocimiento previo.

El pasado domingo, 9 de enero del 2005, el ganado presentado estaba en edad pero escandalosamente afeitado. Curiosamente el público no protestó por ello, sea porque no se percató del hecho o porque la fuerza de la costumbre ha doblegado su espíritu. La cámara enfocaba los pitones en forma de platanitos, romos todos, escobillado alguno, que no dejaba duda del fraude. Sin embargo, el comentarista de turno (igual en todas partes) se limitó a decir que los toros eran “cornicortos”. ¡Cornicortos! ¡Vaya eufemismo para ocultar el fraude! No me cansaré de repetir que hay una gran diferencia entre un “cornicorto” que es así por obra de Dios y un “cornimocho” sinónimo de “afeitado” que es obra del hombre.

El quinto toro, el más pequeño del encierro aunque no tanto como los que han ganado el escapulario de plata los dos últimos años en Lima, fue protestado por el público que expresó su rechazo poniéndose de pie y dándole la espalda al ruedo. Caso insólito en la México pero no en Acho en donde tal manera de protestar ha sido usada más de una vez. Recuerdo el día en el que debutaba como matador de toros Rafael Torres a quien le soltaron un bicho que no era más grande que un chivo. La reacción del público fue inmediata y la protesta unánime. El presidente de plaza se negó a cambiarlo y la gente le dio la espalda al ruedo. Así trascurrió la faena en la que el matador desconcertado hacía esfuerzos para superar la incómoda situación, de la que en verdad no tenía culpa, y abrevió. La rechifla en el arrastre fue descomunal pero… aquí viene un pero que hace grande la fiesta de los toros y dice mucho del público que la solventa: Desaparecido el bicho de la plaza, una cerrada ovación surgió de los tendidos para decirle, en forma explícita, al joven matador que el pleito no era con él. Enjugándose las lágrimas el torero salio a agradecer al tercio para luego, revitalizado con el cariñoso apoyo recibido, jugarse entero en su segundo toro al que le cortó la oreja que compensó con creses el mal rato pasado. Hoy, cuando viste de plata y es un extraordinario peón de brega, ha de conservar en el rincón de sus recuerdos los emotivos momentos vividos aquella tarde en Acho.

La Feria del Señor de los Milagros en Lima en manos de Roberto Puga no anda tampoco por el buen camino. En los últimos cinco años, la fiesta se ha venido deteriorando con temporadas mediocres manejadas inadecuadamente por un empresario-ganadero soberbio que actúa de espaldas a la afición y rodeado de badulaques adulones que lo mantienen permanentemente en el error. Engolosinado con el poder, es hábil manipulador de conciencias e instituciones para tratar de aparentar una exitosa gestión que está muy lejos de la realidad. Tiene en su puño un grupo de periodistas venales, entre los que figura uno directamente importado de España, que recitan el libreto proporcionado por la empresa con una versión fantasiosa de corridas inventadas, que jamás se dieron en Acho.

Con cierto humor se dice que los limeños no tienen porque quejarse porque con el precio de una entrada obtienen tres corridas diferentes: La que se anuncia en los carteles, la que se da en la plaza y la que nos narran los comentaristas contratados por la empresa. Pero en verdad el asunto no es cosa de risa. El aficionado se siente engañado, ya no se abona y poco a poco está dejando de asistir a la plaza.

Hubo tiempos gloriosos para Acho en los que el 80 % de quienes asistían a ella eran abonados pero eso fue cambiando con el tiempo. Deltron, la empresa anterior, dejó la plaza con un 18% de abonados y el Consorcio Taurino, el año pasado apenas logró alcanzar el 8 %. Es evidente que la mala gestión de los empresarios está acabando con la fiesta en el Perú y el daño que eso ocasiona es irreparable. Una plaza de primera como Acho con un 8% de abonados es poco atractiva para quien la quiera tomar en concesión y a la Beneficencia Pública de Lima, propietaria del coso, se le hará difícil encontrar postores para cuando el Consorcio Taurino la deje luego de la temporada del presente año que tiene singular importancia porque es la versión Nº 60 de la Feria del Señor de los Milagros.

Es la última oportunidad para que el Consorcio Taurino, dejando de lado los toreritos recién alternativados y los novillos adelantados, se revindique ante el aficionado limeño brindándole una gran temporada con los mejores toreros del momento y con toros-toros, con cuajo, trapío, edad y pitones.


Artículo completo en http://www.opinionytoros.com/

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