El circo llegó a México el domingo 25 de mayo e inició funciones el miércoles 28 con más de 300 personas y 70 animales, entre ellos 8 elefantes asiáticos (en peligro de extinción), 24 hurones, perros, conejos, una serpiente y 24 tigres de bengala, también en peligro de extinción.
Este circo ha venido al menos en tres ocasiones a nuestro país, pero nunca en el contexto social en el que nos encontramos actualmente, en el cual hay un serio debate sobre el uso de animales en este tipo de espectáculos, que ya se han prohibido en 6 estados: Querétaro, Morelos, Colima, Guerrero, Chiapas y Zacatecas. Pese a todo, el empresario Steve Payne, dueño del Ringling Brothers, asegura que los animales son la razón por la cual la gente acude al show.
Sin embargo, en los últimos años la ciudadanía ha demostrado un mayor interés en los derechos de los animales, principalmente manifestando su preocupación en redes sociales, exigiéndole a los diputados que generen iniciativas para prohibir el uso de animales en circos, sosteniendo como argumento que ningún animal nació para entretenernos. Prueba de esto es la reciente protesta frente a la Embajada de EUA, la cual fue cubierta ampliamente por medios locales, nacionales e internacionales.
Los circos en general, pero específicamente el Ringling Brothers, tiene un largo historial de maltrato a los animales: El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) dio a conocer, a través de un informe oficial, que dicho circo fue sancionado con una multa de 270,000 dólares por múltiples violaciones al Acta de Bienestar Animal (AWA) de 2007 a 2011 al no cumplir con los estándares mínimos para el cuidado de los animales, cometiendo importantes violaciones contra la salud de éstos y provocando, por ejemplo, la muerte de 29 elefantes asiáticos desde 1992 a la fecha.
El Ringling Brothers presume de haber fundado y mantenido hasta la fecha un Centro de Conservación de Elefantes en Florida desde 1995, donde han nacido 26 elefantes. De los ocho elefantes que trajeron a México, 4 fueron criados en este centro. Sin embargo, la realidad es que las regulaciones y el derecho a nivel internacional se han vuelto muy rígidos y ya no es posible ir a los hábitats a capturar animales, por lo que este circo creó su propia "fábrica de elefantes", a la que llamó “centro de conservación”.
Un dato muy relevante es el que fue publicado en un reportaje en 2011 por la revista Mother Jones, que expone que en 2009, durante un juicio oral, el entonces director del Centro de Conservación de Elefantes, Gary Jacobson, admitió que en el recinto se golpeaba a los elefantes bebés con el “bullhook”, un instrumento que Ringling asegura es una “especie de guía que se utiliza de la misma forma que las espuelas para los caballos” durante su entrenamiento; sin embargo, esta herramienta puede lastimar y provocar fuertes dolores a los elefantes y es usada para controlarlos. Jacobson también reconoció que en 2008, 19 de los elefantes del Ringling sufrían de tuberculosis, que en ocasiones se los ataba hasta por 22 horas seguidas y que en otras se hacía uso de choques eléctricos para moverlos o capturar el semen de los machos.
Los elefantes asiáticos del Ringling generan ganancias aproximadas a los 100 millones de dólares anuales, lo equivalente a entre el 10 y el 20% de los 500 mil millones de dólares que gana Feld Entertainment con todos sus shows, que incluyen Disney Live!, Disney on Ice y Motocross Freestyle Cowboy, según informó Mother Jones en 2011.
A nuestra campaña para exigir #CircosSinAnimales cada vez se suman más estados, municipios, celebridades y personas conscientes que pedir que se libere y se deje de torturar a los animales; a su vez, algunos circos han optado por dejar de utilizarlos en algunas de sus presentaciones, teniendo como resultado un show de alta calidad en el que nadie es obligado a realizar actos antinaturales contra su voluntad y con los cuales los circos pueden seguir ejerciendo su derecho a trabajar.
Los animales no tienen por qué nacer en cautiverio y realizar todo tipo de trucos o piruetas ridículas: si se acaban los circos que los explotan podremos tener mejores espectáculos, mejores cosas que aplaudir y que enseñar a nuestros hijos.
Aldo Muñoz, Coordinador de la campaña Circos sin animales en AnimaNaturalis México.
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