El tigre se exhibe en el zoológico privado de dicho hotel, en el que también tienen otros felinos, cocodrilos, canguros, aves y otras especies. El niño, hijo de turistas italianos, se acercó por curiosidad y al meter la mano entre las barras para intentar tocar al animal, el tigre lo atacó. De inmediato fue llevado al hospital para la reconstrucción de su mano. El hotel decidió no hacerse responsable del incidente, por lo que los padres del niño acudieron al Ministerio Público y a su embajada.
Los grandes felinos, como los tigres, leones y panteras, son especies que necesitan de grandes áreas para desenvolverse, así como estímulos físicos y mentales que ocurren naturalmente en su hábitat. En cautiverio, dichos estímulos son nulos, los espacios son reducidos y por ello los animales sufren de enfermedades físicas, como inmunosupresión por el estrés y mentales, como estereotipias, movimientos repetitivos sin propósito, o auto-laceración, al sentirse enjaulados sin poder desenvolverse apropiadamente.
En cautiverio como en espectáculos los animales silvestres, sobre todo aquellos de naturaleza predatoria, también sufren de anormalidades de comportamiento como agresión, por las razones arriba expuestas. Existen numerosos casos registrados de ataques a personas por parte de animales cautivos. En México conocemos el reciente caso del tigre de bengala en Sonora, en el Circo Suárez, que mató a su domador en una función. Otro caso muy conocido es el de la orca Tilikum, quien ha matado ya a dos personas, una de ellas su entrenadora, en Sea World.
El zoológico del hotel Bel Air no es frecuentado únicamente por huéspedes del hotel, sino también por estudiantes de escuelas privadas de Playa del Carmen, poniendo en riesgo a muchos otros niños. No hay noticias de que las autoridades hayan evaluado el caso, tanto de las instalaciones como de la salud del animal, y cuál podrá ser la sanción al hotel, así como si se estudiará el estado de las otras especies en el zoológico.
La legislación que se encarga de regular las condiciones de los animales silvestres en cautiverio es la Ley General de Vida Silvestre (LGVS), la cual condena su maltrato. Sin embargo, muchos particulares, como hoteles, zoológicos, circos y restaurantes, tienen permiso de poseer animales silvestres para espectáculos, y no siempre se supervisa el estado del animal, ni se condena su abuso. Es necesario que las autoridades reconsideren otorgar permisos a establecimientos que ponen en riesgo la vida de los animales y de las personas que están en contacto con ellas.
Adriana Celada
Coordinadora de Campañas de AnimaNaturalis Internacional en México
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