Una industria que cambia de piel

La alta peletería sortea la presión de los ecologistas y expande su negocio

Los ecologistas
Sus campañas de defensa de los animales continúan, pero ya no hacen mella.

Los peleteros
"Estamos en plena fase de crecimiento", admite el gremio de Catalunya.

La regulación de las granjas de visón y zorros, el cambio de actitud de algunas top-models, la influencia de los diseñadores y la publicidad catapultan el negocio de las pieles finas.

La industria de la alta peletería (visón, zorro, marta cibelina...) se adapta a los nuevos tiempos como un camaleón. El sector de la piel, que ha heredado una leyenda negra que remite a cazadores que diezmaron especies hasta dejarlas al borde de la extinción -como focas, osos, nutrias y otros animales-, presenta sus mejores galas para demostrar que está en perfecto estado de revista.

La industria se ha mudado y se paseará en la pasarela de la temporada otoño-invierno dispuesta a no esquivar la mirada ante cualquier desafío de los defensores de los animales, convencida de que ha hecho todos los deberes.

Ha sabido aprender del enemigo y ha asumido las críticas de quienes le culpaban del maltrato a los animales, lo que le ha permitido perfeccionar y refinar su actividad ganadero-industrial.

Por eso, afirma que los ejemplares de visón y zorro criados en cautividad se pasan el día aburridos de placer mirando la luz entre las rejas en espacios suficientes, alimentados por granjeros amables que les hacen crecer con una piel brillante, lisa y sedosa, sin mota de estrés vital.

La industria exhibe incluso su eficacia y asegura que el sacrificio a base de gas o electricidad es certero, incruento y leve, como regula la normativa, mientras contabiliza el número de ejemplares que necesita por prenda (20 zorros, 70 visones o 200 chinchillas). El 15% de la piel que se consume en España se produce en granjas de aquí, mientras que el grueso se cría en Dinamarca o Finlandia. Sólo un 0,5% procede de animales cazados en otros puntos del planeta y que requieren -para pasar la frontera- los permisos del convenio que regula el tráfico de especies en peligro.

También ha invertido dinero y viajes para lograr el convencimiento. ¿Resultado? Aquellos iconos de la moda que deploraban llevar pellejos de zorro al hombro a mitad de los año noventa -"Mejor desnudas que llevar piel" decían Naomi Campbell, Cindy Crawford o Kate Moss- reniegan hoy de sus viejas creencias, y son hoy top-models arrepentidas después de unos años de ideología de piel muy fina. Ya no están para enarbolar pancartas envueltas en sangre. De la misma manera, Jennifer López, Madonna o Christina Aguilera han sido fotografiadas envolviendo su piel con piel.

Y, por si todo eso fuera poco, los diseñadores (Pernas, Verino, Del Pozo, Jesús Vázquez...) leen el futuro y dan a coser abrigos minimalistas, de líneas sencillas poco dadas a lo espectacular y en los que el visón o el zorro se esconden con un forro casi invisible y reversible mientras el cuero o la napa apenas se dejan entrever en los puños. Es su manera de decir que la piel ha decidido salir del armario con la humildad que lleva al éxito.

Y otro pilar del éxito. Muchísimos diseñadores tienen el patrocinio de Saga Furs, organización que representa los intereses de las explotaciones peleteras de Escandinavia, proveedoras de más del 60% de la producción mundial de pieles de zorro y de visón. Saga Furs investiga nuevas formas de trabajar con estos materiales, persigue a los alumnos más brillantes de las escuelas de moda europeas y organiza seminarios con los gastos pagados para explicar las mil posibilidades que ofrece la piel.

Tampoco olvidemos el enorme despliegue publicitario en las revistas femeninas, que ha echado el lazo a las mujeres modernas, ministras incluidas. Vogue es uno de sus escaparates para esta tendencia, y su directora en España, Yolanda Sacristán, dice, muy sincera, que la revista no debate la defensa de los animales ni hace planteamientos "hipócritas": "Nosotros vivimos de este tipo de cliente".

"Estamos en plena fase de crecimiento y expansión del negocio, y la razón es que la gente percibe que la información que damos es sincera y veraz", resume Enrique Villanueva, secretario general del Gremio de Peleteros de Catalunya.

"Desde hace unos años, las campañas han dejado de ser un problema; hoy son más un recuerdo que una preocupación para nuestro sector. Hay un decreto que regula nuestro sector. La piel es un producto biodegradable. Se cumplen todos los estándares de bienestar animal", explica Maruja Rincón, directora gerente de la Organización Empresarial Española de la Peletería, con la seguridad de quien tiene la conciencia tranquila.

Pero la polémica no acaba, pues no se trata de un debate ambiental, sino que el dilema tiene connotaciones éticas vinculadas al bienestar de los animales.

La mayor parte de los defensores de los animales justifica que se mate a un animal como el cerdo, la vaca o el cordero, pues sirven para alimentarnos y para obtener otros productos. En cambio, deploran que visones o zorros sean criados en granjas con el inexorable fin de proveer piel para vestirnos o decorar.

"Las campañas contra la piel que organizaron los defensores de los animales se basaban en el miedo a que las capturas iban a causar la extinción de especies animales. Pero hoy en día, en España toda la piel procede de animales criados en granja o de ejemplares sobrantes en otros países, donde se produce una caza selectiva", dice el peletero Enrique Villanueva.

"Los campesinos matan a las gallinas y a los conejos de manera muy cruel, y no decimos nada. Al fin y al cabo, el visón o el zorro son criados en granjas, y se les mata con electrodos o con gas de manera incruenta. ¿Por qué en un caso se arma un escándalo y en otro caso no se dice nada?", se interroga el peletero Villanueva.

"Nosotros nos oponemos a las pieles porque no son necesarias y porque no se justifica ni ética ni moralmente que se mate a animales para que nos aprovechemos de su piel. Además, la cría de animales en granja tienen muchos impactos ambien-tales negativos, y hemos visto casos de fugas de las granjas, como las del visón americano en Catalunya, que ha colonizado los hábitats del visón europeo, que está en retroceso", explica Carmen Méndez, presidenta de la Asociación para la Defensa de los Derechos de los Animales (ADDA), que ha impulsado diversas campañas contra las pieles, muy crítica con el trato que reciben los animales en granja. Pero incluso el argumento de que son animales criados preferentemente para morir y servirnos de adorno es refutado por los peleteros -siempre al quite-, puesto que "del visón o del zorro de las granjas se aprovecha todo: los aceites, las grasas, y otros productos", dice Villanueva.

Entonces... ¿será que lo que chirría a muchos es la percepción de que un animal de granja es criado prioritamente para un uso estético o indumentario: para ser mostrado como símbolo de la ostentosa victoria de una especie sobre otra?