Carta abierta a los vecinos de Valencia para denunciar la realidad de los 'bous al carrer'

Durante el pleno del Ayuntamiento de Valencia de esta mañana, la directora de AnimaNaturalis en España, Aïda Gascón, fue invitada a intervenir para defender la prohibición de celebrar toros embolados y ensogados en las pedanías de la ciudad.

26 septiembre 2023
Valencia, España.

Durante el pleno del Ayuntamiento de Valencia de esta mañana, la directora de AnimaNaturalis en España, Aïda Gascón, fue invitada a invervenir para defender la prohibición de celebrar toros embolados y ensogados en las pedanías de la ciudad. La intervención de Gascón estuvo centrada en la defensa de la vida y seguridad de los aficionados y, por supuesto, en aliviar el sufrimiento de los toros que son víctimas de los festejos.

A comienzos de septiembre, con una prisa delatadora, el recién formado gobierno de la alcaldesa María José Catalá anunciaba la revocación de la orden dictada por el saliente alcalde Joan Ribó que prohibía los 'bous al carrer' en las pedanías de la ciudad desde 2016. De esta manera, el Ayuntamiento ya podrá autorizar las solicitudes de las peñas de utilización de la vía pública donde tradicionalmente se han celebrado estos festejos.

De esta manera, regresaron los toros embolados y ensogados en localidades como Carpesa, Benifaraig y Borbotó.

La consejal de Compromís Gloria Tello, presentó una moción para que se debatiera en el pleno de hoy, para reinstaurar la prohibición, defendiendo argumentos éticos y sociales. Ha insistido en que el 'bous al carrer', como las corridas de toros, "no son cultura porque son actos en los que se torturan y se matan a animales". Las animales, ha añadido, "sufren estrés, dolor y pánico, además de un sufrimiento innecesario". Además, Tello aseguró que este tipo de festejos son "un grave problema de salud pública" porque generan "un centenar de muertos y 20.000 heridos cada año".

La portavoz de VOX, Mónica Gil, hizo un discurso acerca de la libertad y las tradiciones ya clásico por parte del Partido Popular y su formación de ultraderecha. Y como también es costumbre en los debates de su partido, exageró números y calculos al asegurar que este tipo de espectáculos representan 300 millones de euros para la economía local, aunque las estimaciones más aventuradas realizadas por la Facultad de Economía de la Universidad de Valencia determinan que todos los festejos taurinos de la Comunidad Valenciana tienen un costo de unos 37 millones y movilizan una economía turistica y hostelera de unos 148 millones. Aunque esto último es dudoso, ya que la media de población de los pueblos donde se celebran festejos populares no superan los mil habitantes y su infraestructura para esa actividad económica es limitada o inexistente.

El consejar socialista Borja Sanjuán fue un poco más allá, y se apropió el discurso de la libertad que enarbolan tanto sus compañeros de las derechas. "No existe la libertad para hacer daño, ni en esto ni en ninguna otra parte. No se puede esgrimir la libertad para hacer daño", expresó. "Una sociedad es más libre cuando prohíbe hacer sufrir a un animal simplemente porque otro cree que tiene la libertad de disfrutar con ello", agregó. Y si hablamos de esa valentía que tanto festejan las peñas taurinas, "lo realmente valiente es ponerse entre el toro y el que quiere agredir al toro, no ponerse delante de un toro".

Sanjuán también invitó a los concejales del Partido Popular y VOX a hacer uso de su "libertad" y votar con conciencia, desde el corazón, y no como bloque de partido. Sin embargo, la coalición de derecha reafirmó de forma obediente a decisión de la alcaldesa Catalá para mantener los toros embolados y ensogados en las pedanías de la capital de la Comunidad Valenciana.

Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España

Por parde de AnimaNaturalis, Aïda Gascón hizo un discurso impecable, que luego fue enviado a la prensa como Carta Abierta a los vecinos de Valencia.

"Como ya saben, este sábado hemos tenido que lamentar, otra vez, un trágico suceso: nueva víctima mortal - humana - tras recibir una cogida en los bous al carrer de la Pobla de Farnals.

Cocinero corneó a dos personas de manera espeluznante nada más salir del cajón y los embistió contra los barrotes de una casa que estaba dentro del recorrido. Uno de ellos, de unos 62 años, falleció por cuatro heridas por asta de toro, una de ellas en el costado que afectó al pulmón y al hígado.

¿Saben que el nombre de La Pobla de Farnals circuló este domingo por la prensa internacional? Desde la CNN de Brasil hasta uno de los periódicos ingleses más importantes, el The Independent, pasando por el Berita Harian, un importante periódico de Malasia, el Dagsavisen, uno de los principales periódicos de Oslo, Noruega, o el Novinky, uno de los sitios web de noticias más visitado de la República Checa. Y muchos más. La Pobla de Farnals se ha dado a conocer al mundo por un trágico accidente... aunque creo que deberíamos empezar a dejar de llamarlo accidente, cuando cada año mueren personas y centenares resultas gravemente heridas. De hecho, los Ayuntamientos y las peñas taurinas pagan seguros para cubrir este tipo de consecuencias. Está previsto. Y por cierto, ¿Alguien sabe cuántas de todas estas personas terminan quedado parapléjicas de por vida?

No lo sabremos nunca. No existe tal registro. Tampoco existe registro de cuántos toros mueren "accidentalmente", por cierto.

Lo cierto es que no existe en España ninguna otra actividad financiada por los ayuntamientos que genere miles de personas heridas, e incluso muertos, como lo hacen las fiestas taurinas. No existe nada igual ni que se le parezca. Reconzocan, al menos, que es como mínimo inquietante.

Así que hoy, Valencia tiene de nuevo la oportunidad de evitar que cualquier día aparezca en los medios de comunicación internacionales, no por las fallas, o por que se haya convertido en la mejor ciudad para vivir del mundo, sino porque otra persona haya muerto embestida por un toro durante sus fiestas.

Valencia tiene de nuevo la oportunidad de demostrar que quiere seguir siendo una ciudad más amable y más humana. Dicen que el primer signo de humanidad en nuestra civilización no fue el fuego, ni la piedra de moler o la rueda… dicen que el primer signo de civilización de la humanidad fue un fémur fracturado y sanado. Así que lo que nos diferenciaba de forma incuestionable con el resto de animales fue esa voluntad de cuidar, esa voluntad de evitar el sufrimiento, de hacer el mundo un poco más amable para todos, la voluntad de intentar hacer el bien.

Y sacar a un animal del campo y meterlo en un camión, dejarlo durante horas metido en un cajón, soltarlo ante una turba de personas, la mayoría hombres, con ganas de emoción y adrenalina, con mucho alcohol en la sangre, gritos, tirones derabo, patadas, lanzamientos de objetos, de arena, provocaciones,... por no hablar de cuando se le amarra la cabeza con cuerdas para someterlo a la voluntad de los participantes. En el bou en corda, si el toro embiste, frenazo en seco. Si se queda quieto por agotamiento o colapsado por el miedo, es tironeado y en ocasiones casi arrastrado por las calles. En el ‘bou embolat’, inmovilizado mediante la fuerza bruta de 20 hombres sin más aspiración en la vida que la de demostrar que son capaces de someter a un animal asustado.

Estas costumbres solamente reflejan lo más ruin y mezquino de nuestra especie. ¡Y claro que va mucha gente a ver y disfrutar de los bous al carrer! Claro que sí.

Porque somos capaces de lo mejor, pero también de lo peor. Porque lo que también nos hace humanos es que, teniendo la posibilidad de hacer el bien, racionalmente y de forma premeditada, decidimos hacer el mal. Algunos por ignorancia, por puro egoismo, otros por intereses económicos, y otros, para no perder votos.

Y aquí es dónde quería llegar y con esto ya acabo.

Me permitirán que me dirija únicamente al PSPV, porque el Partido Popular y VOX estáis ya vendidos en este tema. Les pido que apoyen esta moción de Compromís para que València siga siendo una ciudad que intente ser cada día mejor, más civilizada, más empática con las personas y más respetuosa con los animales.

Me dirijo al PSPV porque sé que en el PSPV, como en el PSOE, coexisten dos almas ante este tema. La progresista, la que quiere que las costumbres y tradiciones de nuestro país evolucionen y dejen de depender del maltrato a los animales. Y la conservadora y la que tiene miedo: miedo al futuro, miedo a la sensibilidad de las nuevas generaciones, miedo a perder privilegios o miedo a perder el poder de unos sobre otros.

Por favor, no tengan miedo y no claudiquen ante la tiranía de la indiferencia.

Sigamos construyendo un país que cuida y protege. Nada más, muchas gracia."