En una contundente muestra de rechazo hacia las corridas de toros, activistas de AnimaNaturalis y CAS International se congregaron en el Monumento a la Revolución para honrar la memoria de los 54 toros y novillos que perdieron la vida en la Plaza México. Sosteniendo carteles con los nombres de cada uno de los animales sacrificados, los manifestantes alzaron sus voces en demanda de justicia y cese a estas prácticas crueles.
En memoria de Mar de Nubes, Manuel, Dionisio, Romero, Cenizo y tantos otros, activistas comprometidos se congregaron para rendir un emotivo homenaje a los toros y novillos que han sido víctimas de la brutalidad de la llamada "fiesta brava" y enviar un mensaje claro y contundente: "Para unos, fue una fiesta. Para ellos, fue muerte". Esta frase encapsula la esencia misma de la lucha que estos activistas están librando, una lucha por la justicia y el respeto hacia todas las formas de vida.
El acto fue liderado por figuras prominentes en la lucha por los derechos de los animales, entre ellas Leonora Esquivel Frías y Adriana Niño de Rivera, quien destacó la importancia de visibilizar el sufrimiento al que son sometidos estos animales en nombre de una supuesta tradición cultural. La emotiva manifestación no solo recordó a las víctimas, sino que también señaló directamente a los toreros responsables de sus muertes, brindando una llamada de atención sobre la responsabilidad individual en estos actos de violencia.
Con cincuenta y cuatro carteles en mano, los manifestantes alzaron su voz en nombre de los animales que han encontrado su trágico destino en la Plaza México. Fue un acto de profundo respeto y solidaridad hacia aquellos seres que, durante demasiado tiempo, han sido tratados como meros objetos de entretenimiento en una práctica que divide a la sociedad mexicana.
Durante la manifestación, se pronunciaron los nombres de los cuarenta y ocho toros y seis novillos que perdieron la vida en el Coso de Insurgentes. Fue un acto de reconocimiento hacia cada uno de ellos, una forma de asegurarse de que no sean olvidados en medio de la indiferencia y la normalización de la crueldad.
El manifiesto leído durante el evento dejó en claro la postura de los manifestantes: se oponen firmemente a la tauromaquia y demandan su prohibición no solo en la Ciudad de México, sino también en otras importantes ciudades del país como Guadalajara, Aguascalientes y Monterrey. Estas acciones legales son una muestra del compromiso y la determinación de estos activistas, quienes están dispuestos a luchar hasta que se ponga fin a esta práctica bárbara.
Sin embargo, la lucha va más allá de las acciones legales. Se trata de cambiar la mentalidad de la sociedad, de cuestionar la normalización de la violencia contra los animales en nombre del entretenimiento. Es por eso que los manifestantes están decididos a continuar con su labor de concienciación y sensibilización, desafiando los argumentos que intentan justificar la tauromaquia como una forma de arte o cultura.
En medio de esta lucha, es importante destacar la valentía y la determinación de estos activistas, quienes enfrentan críticas y desafíos con una firme convicción en sus principios. Su voz es una voz de esperanza, una voz que nos recuerda que la crueldad no puede ser tolerada en ninguna forma, y que es responsabilidad de todos trabajar hacia un mundo más compasivo y ético para todas las criaturas que lo habitan.
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