AnimaNaturalis, en colaboración con CAS International, ha interpuesto una denuncia administrativa ante la Dirección de Juego y Espectáculos del Gobierno Vasco por la celebración de un sokamuturra en Pasai Donibane (Pasaia), en la provincia de Gipuzkoa, el pasado 31 de julio, en el que una vaquilla cayó al mar en un tramo sin protección del recorrido, situado junto al muelle donde opera la motora a San Pedro.
El incidente tuvo lugar durante las fiestas de Santiago, en una zona conocida por su peligrosidad, con antecedentes documentados: en 2014 ya ocurrió una caída similar. A pesar de ello, no se habían tomado medidas preventivas ni barreras de contención, y el festejo no fue suspendido tras el accidente, lo que supone una vulneración directa del Reglamento de Espectáculos Taurinos Tradicionales del País Vasco.
Según testigos presenciales y material audiovisual publicado por Noticias de Gipuzkoa, la vaquilla cayó al mar ante el público presente, y tuvo que ser rescatada por vecinos y pastores que se lanzaron al agua. No se realizó evaluación técnica alguna ni sobre el estado del animal ni sobre las condiciones de seguridad del evento.
“Estamos ante una infracción muy grave de la normativa”, afirma Cristina Ibáñez, abogada de AnimaNaturalis. “La normativa vasca establece claramente que en casos de riesgo grave, los agentes deben suspender el espectáculo de inmediato. Sin embargo, aquí el evento continuó como si nada, poniendo en peligro al animal y a los asistentes.” “Y no es solo que se omitieran las medidas de prevención: es que ya había antecedentes del mismo riesgo en ese lugar. Eso convierte la negligencia en aún más inaceptable”, subraya Ibáñez.
Los hechos podrían constituir una ifracción muy grave por celebrar el espectáculo en condiciones que generaron una situación de grave riesgo, incumpliendo la autorización y las medidas de seguridad, además de una infracción grave por poner en peligro la seguridad e integridad de los participantes y animales. Las sanciones a aplicar serían de hasta 150.253,03€.
Hemos solicitado la apertura de expediente sancionador y que se evalúe la responsabilidad de los organizadores, así como de las autoridades que no actuaron para suspender el festejo.
"No se puede permitir que espectáculos con animales sigan desarrollándose sin garantías mínimas de seguridad. Cuando hay vidas en juego (humanas o animales), la pasividad institucional no puede ser una opción”, concluye Cristina Ibáñez.

