AnimaNaturalis presenta alegaciones al reglamento taurino de la Comunidad Valenciana para frenar retrocesos en la protección animal

Este lunes 11 de agosto concluyó el plazo para presentar alegaciones al borrador del nuevo Reglamento de festejos taurinos tradicionales de la Comunidad Valenciana (que desarrolla la Ley 14/2010 de la Generalitat). AnimaNaturalis advierte de que esta norma implica un serio avance hacia prácticas más crueles y un retroceso en la protección animal.

11 agosto 2025
Valencia, España.

Este lunes 11 de agosto concluyó el plazo para presentar alegaciones al borrador del nuevo Reglamento de festejos taurinos tradicionales de la Comunidad Valenciana (que desarrolla la Ley 14/2010 de la Generalitat). Entre los documentos presentados destaca el de AnimaNaturalis, que advierte de que esta norma implica un serio avance hacia prácticas más crueles y un retroceso en la protección animal.

En concreto, la organización denuncia que por primera vez se introducirá en la legislación autonómica la posibilidad de autorizar encierros con toros embolados, una modalidad especialmente polémica. AnimaNaturalis considera que este añadido legitima y regula una práctica que incrementa notablemente el estrés, la confusión y el riesgo de lesiones en los animales, y dista de cualquier esfuerzo por avanzar hacia formas menos crueles de espectáculo.

Los festejos populares con toros – conocidos localmente como bous al carrer – son omnipresentes en la cultura valenciana. En 2024 se registraron 9.135 eventos de ese tipo en la Comunidad Valenciana. Según la estadística oficial, 1.737 de esos festejos populares correspondieron a la modalidad de toro embolado (toros con antorchas en los cuernos) y 915 fueron encierros tradicionales. Otras modalidades populares incluyen las vaquillas, el bou de corro, los recortes, los bous a la mar, los toros ensogados, etc. Todas estas variantes – junto con corridas y novilladas – están recogidas en el Reglamento nacional de Espectáculos Taurinos y requieren los permisos autonómicos correspondientes. La Generalitat Valenciana, a través de sus sucesivas normativas (el Decreto 31/2015 y ahora el nuevo borrador de 2025), ha venido estableciendo las reglas para organizar estos eventos, en materia de seguridad, sanidad, edad, descansos, etc.

El reglamento vigente data de 2015 (Decreto 31/2015) y ha sido el marco normativo durante esta década. En abril de 2025 el Gobierno valenciano presentó un borrador de nuevo reglamento para actualizarlo. Este documento, accesible en la web de participación ciudadana, incluye numerosos cambios técnicos. Sin embargo, el más destacado – y el foco de las alegaciones de AnimaNaturalis – es la introducción expresa de los «encierros de reses emboladas». Hasta ahora, aunque existen festejos independientes de toros embolados y encierros sin fuego, nunca estaban regulados de manera conjunta.

El nuevo artículo 16 del proyecto establece que «los encierros de toros embolados podrán realizarse siempre que se adopten las medidas adecuadas para evitar golpes, quemaduras y otros daños a las reses durante la fase de la embolada». Es decir, el reglamento aprueba que estos encierros con fuego sean autorizables, condicionadas solo a ciertas garantías (veterinario presente, distancias de seguridad, etc.). Para AnimaNaturalis, este precepto supone "un grave retroceso en materia de protección animal», porque “legitima y regula una práctica que incrementa notablemente el estrés, la confusión y el riesgo de lesiones en los animales", en palabras de su abogada Cristina Ibáñez.

El peligro añadido de los toros embolados con fuego

¿Por qué la combinación de encierro y fuego es tan criticada? Las encierros urbanos ya son muy peligrosos para las reses: se las traslada en camiones, se las suelta en espacios cerrados por vallado, donde no pueden escapar. A esto se añade el trauma añadido de los toros embolados: los herrajes de las astas se les embadurna con líquido inflamable y se encienden bolas de fuego. Estudios veterinarios señalan que los toros de lidia sufren muchísimo en estas condiciones. Los astados, animales gregarios y muy sensibles a estímulos desconocidos, muestran comportamientos de pánico y agotamiento cuando ven el fuego en sus cuernos. Según la opinión de veterinarios, una vez encendidas las bolas o antorchas […] la presencia del fuego le produce al animal auténtico pavor (ya que es instintivamente identificado como señal de peligro), acrecentando mucho más su estrés y angustia. Entre los riesgos físicos figuran las quemaduras en la cabeza, los ojos y el lomo del toro si salta alguna chispa del fuego que lleva en la cornamenta. Incluso se han documentado muertes de toros a causa del fuego o del pánico: por ejemplo, al lanzarse contra un vallado urbano e impactar contra él. En resumen, combinar un encierro con los toros embolados genera un escenario de estrés extremo y sufrimiento para el animal.

"Algunas de las prácticas que se quieren normalizar en este reglamento van en contra de los avances mínimos en bienestar animal que se han conseguido en los últimos años", afirma Ibáñez. E insiste en que "es inaceptable que se normalice una combinación tan dañina sin justificación cultural, legal ni ética suficiente". Con estas palabras, Ibáñez sintetiza la posición de la AnimaNaturalis: no basta con exigir medidas supuestamente paliativas (veterinario presente, restricciones de movilidad) si la práctica en sí consiste en exponer a un animal bravo a fuego y caos callejero.

Límites horarios y riesgos por calor

Otra de las principales críticas de AnimaNaturalis se centra en la carencia de límites claros de horario en el borrador. La ONG reclama incluir cláusulas específicas para evitar encierros a medianoche o bajo calor extremo, como ya han hecho otras comunidades autónomas para proteger tanto a los animales como a las personas. El argumento es contundente: en pleno verano mediterráneo, realizar festejos taurinos en plena ola de calor supone un peligro mortal.

Como ejemplo reciente, reportes periodísticos destacan que el 12 de agosto de 2024, durante las fiestas patronales en El Puig de Santa María (Valencia), dos toros murieron por un presunto golpe de calor tras ser manipulados en horas de máxima insolación. En aquel caso, uno de los animales falleció antes de ser soltado al encierro, y el otro poco después de concluirlo. Según ABC, ambas muertes fueron atribuidas a un golpe de calor mientras los toros esperaban su turno en el chiquero (corral). Este triste incidente ilustra por qué AnimaNaturalis pide plazos claros: proponen que el propio reglamento obligue a suspender cualquier festejo si la AEMET emite aviso rojo de calor o si la temperatura supera 40 °C durante más de dos horas seguidas. Con ello, se evitarían interpretaciones ambiguas o retrasos en la toma de decisiones, y se dejaría en manos de los servicios meteorológicos y la administración (no de los organizadores) decidir si existe riesgo real para los animales.

Tanto las organizaciones defensoras de los animales como sectores taurinos seguirán muy de cerca este debate. El conseller de Interior y Emergencias, Juan Carlos Valderrama, ya ha manifestado que su departamento impulsará un reglamento «de futuro» para los bous al carrer con especial énfasis en seguridad. Sin embargo, la votación y aprobación definitiva del decreto corresponderá al Consell y requerirá una mayoría. De momento, organizaciones animalistas como AnimaNaturalis han dejado constancia de su rechazo por escrito. El siguiente paso será la evaluación de estas alegaciones y posible modificación del texto por parte de la Generalitat antes de su publicación en el DOGV.