Si bien utilizar un lenguaje agresivo hacia los animales no los afecta a ellos, ni los lastima directamente, en el marco del Paro Nacional del 2021 en Colombia, nos hemos dado cuenta que los animales no humanos, al convertirse en representaciones y símbolos de odio, han comenzado a verse vulnerados.
Muchos cerdos han sido masacrados en vías públicas como forma de protesta por su supuesta semejanza con el presidente Iván Duque. Pero ¿qué culpa tiene un animal que no entiende, ni tiene que ver, con los conflictos entre humanos?
Ultimamente escuchamos con más frecuencia en las movilizaciones arengas con analogías entre el Estado y los animales: escuchamos términos como 'cerdos' para referirse al abuso policial, 'ratas' para referirse a los políticos corruptos, 'gallinas' para referirse a aquellos que no se pronuncian ante la coyuntura, entre otros. Y aunque pensemos que el lenguaje se usa aparentemente de una manera poco trascendental, en tiempos como los que vivimos, llenos de ira popular, hace que se normalice el especismo y la violencia simbólica, hasta terminar por convertirse en violencia física, tortura y masacre.
Desde AnimaNaturalis hacemos un llamado a toda la comunidad a dejar de replicar estos discursos de odio, es necesario replantearnos nuestras formas de manifestación y entender que la lucha contra la opresión no debe convertirse en la opresión sobre otros. Los animales no humanos, ni sus inocentes cuerpos mutilados, tienen relación con la falta de derechos fundamentales en Colombia, por lo cual, no deben ser arrastrados al dolor y al sufrimiento en el intento de luchar por un mejor país.
¡Resistencia, Colombia!
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