Madrid alza la voz contra la tauromaquia y por una cultura sin crueldad

En plenas Fiestas de San Isidro, activistas de AnimaNaturalis y CAS International protagonizan una protesta histórica en Las Ventas para exigir el fin de la tauromaquia y el cese de los fondos públicos para mantener las corridas de toros. Con respaldo ciudadano y datos contundentes, denuncian cómo una tradición en decadencia se sostiene con dinero de todos.

11 mayo 2025
Madrid, España.

Bajo el sol de Madrid, este 11 de mayo de 2025, medio centenar de activistas de AnimaNaturalis y CAS Internacional se congregaron frente a la emblemática Plaza de Toros de Las Ventas para bañarse con la sangre que se derramará durante las fiestas de San Isidro en la ciudad. Jaime Posada, coordinador de AnimaNaturalis en Madrid, no dudó en señalar la contradicción: "Denunciamos que se usen impuestos para sostener una industria que solo representa al 2% de la población. La ILP #NoEsMiCultura demuestra que la gente exige transparencia y libertad para decidir qué patrimonio defendemos". La iniciativa, respaldada por casi 665.000 firmas validadas, es un golpe directo a la Ley de Patrimonio Cultural que protege las corridas, impidiendo a municipios y autonomías rechazarlas.

Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España, reforzó el mensaje : "No hablamos de prohibir, sino de democratizar la cultura. ¿Cómo puede ser patrimonio algo que el 78% de los españoles rechaza? Las instituciones deben escuchar a una ciudadanía que clama por ética y progreso". Los datos son claros: una encuesta de Sigma Dos para El Mundo revela que el 48% de los españoles apoya retirar el estatus cultural a la tauromaquia, cifra que se eleva al 65% entre votantes del PSOE.

Dinero público, intereses privados

Mientras el sector taurino se desangra, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso insiste en convertirlo en bandera de su «guerra cultural». En los últimos tres años, la Comunidad de Madrid (CAM) ha destinado 2,2 millones de euros al mantenimiento de Las Ventas, sumado a 3 millones en ayudas al toro de lidia durante la pandemia. Para 2025, los presupuestos incluyen 1,7 millones para la Fiesta del Toro y 3,1 millones en Telemadrid, que retransmitirá 45 corridas, incluida la polémica Feria de San Isidro.

"Es un insulto a la ciudadanía. Mientras recortan en cultura, educación y sanidad, dilapidan fondos en un espectáculo violento que ni siquiera es rentable", expresa Gascón. La crítica apunta a un doble rasero: Onetoro TV, la plataforma taurina más importante, acumula pérdidas de 12 millones de euros y apenas 53.504 suscriptores, lejos de los 200.000 proyectados. "Cuando las empresas privadas huyen, Ayuso convierte Madrid en el salvavidas de una industria moribunda", añade Posada.

La apuesta de la CAM contrasta con el desinterés social. Según el Ministerio de Cultura, solo el 8% de los españoles asistió a un festejo taurino entre 2018 y 2019. Además, el Anuario de Estadísticas Culturales confirma que, entre 2009 y 2019, el número de corridas se redujo a la mitad (de 2.684 a 1.425). "No es libertad, es imposición. Usan el dinero de todos para inflar un globo que ya no tiene aire", expresa Gascón.

El fin de una era

El declive de la tauromaquia no es una opinión, sino una realidad respaldada por cifras. Un estudio de la Fundación BBVA (2025) revela que el 78% de los españoles rechaza el uso de animales en espectáculos, mientras que el 72% de los jóvenes entre 18 y 24 años lo considera «una reliquia del pasado». Tras un leve repunte en 2022 —atribuido a la sobrepoblación de toros y la precarización laboral del sector—, los datos preliminares de 2023 confirman que la caída es imparable.

"La tauromaquia no evolucionó", reflexiona Gascón. "Mientras el mundo avanza hacia el respeto animal, ellos se aferran a la violencia como espectáculo". El caso de Madrid ejemplifica esta tensión: aunque Ayuso promete 40 millones para reformar Las Ventas, colectivos como AnimaNaturalis exigen reinvertir esos fondos en proyectos educativos o sanitarios. El debate trasciende lo económico. Para muchos, se trata de un cambio ético irreversible. "Las nuevas generaciones no toleran la crueldad. Hoy, un niño que ve un toro sufriendo no aplaude, sino que pregunta por qué lo hacen", expresa Posada.

La protesta en Las Ventas no es un episodio aislado, sino el reflejo de una sociedad que redefine su identidad. "Madrid merece fiestas que celebren la vida, no la muerte. El verdadero patrimonio es el que nos une en la compasión, no el que nos divide en la sangre", resume Gascón.

Con la ILP #NoEsMiCultura en el Congreso y el respaldo mayoritario de la ciudadanía, el ocaso de la tauromaquia parece inevitable. La pregunta no es si caerá, sino cuándo. Y para AnimaNaturalis, la respuesta es clara: "Será pronto. Muy pronto".