Colombia frena la caza comercial de chigüiros, pero la lucha por su protección total continúa
La presión ciudadana detuvo la caza comercial del roedor más grande del mundo, pero varias contradicciones del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la existencia de criaderos legales mantienen en alerta a los defensores de los animales.
Entre anuncios, contradicciones y presión ciudadanaTras semanas de indignación social, denuncias públicas, pronunciamientos de congresistas y la convocatoria de una manifestación en defensa del chigüiro, el Ministerio de Ambiente de Colombia, en cabeza de la ministra Lena Estrada, anunció en la red social X que no permitirá la caza comercial de esta emblemática especie. El anuncio fue celebrado por diversos sectores de la sociedad, aunque no sin escepticismo.
Con una contundente declaración, Robinson Enciso, jefe de proyectos de protección animal en AnimaNaturalis Colombia, pone de manifiesto la ambivalencia en la protección de la fauna silvestre en el país:
"El gigante noble de la sabana está protegido... a medias", afirma Enciso. "Aplaudimos que se descarte esta práctica brutal, pero es preocupante que apenas hace unas semanas el propio Ministerio publicara un comunicado en su página oficial promoviendo una resolución con cupos de caza. Ahora dicen que no es así".
Y es que, aunque la ministra declaró recientemente que “no existe ninguna resolución en trámite ni interés en habilitar la caza comercial del chigüiro”, en contraste, el 12 de junio el propio Ministerio había publicado un comunicado oficial en la que afirmaba: “En la formulación del borrador de resolución se han convocado expertos para analizar aspectos relacionados con la iniciativa normativa, garantizando su cumplimiento con los lineamientos de la política de bienestar animal”, “El aprovechamiento sostenible del chigüiro no debe verse como una amenaza, sino como una oportunidad de conservación”, “La normativa propuesta no promueve una caza descontrolada; por el contrario, al fijar un cupo global se establecería un límite máximo de aprovechamiento…”. Este comunicado fue posteriormente eliminado de la web institucional, lo que ha generado desconfianza en los sectores defensores.
Una especie clave y sintiente como todos los animalesEl chigüiro, también conocido como capibara, carpincho, ponche, es el roedor más grande del mundo y una especie clave en los ecosistemas de la Orinoquía colombiana. Habita en cuerpos de agua dulce como ríos y humedales, donde contribuye a la biodiversidad y el equilibrio ambiental. Es un animal herbívoro y altamente sensible, que forma grupos familiares y coopera en actividades como el cuidado de crías y la defensa frente a depredadores. Actualmente se ha hecho popular en el mundo por su carácter sociable, tranquilo y amistoso con otras especies, esa fama también lo pone en peligro, porque muchos quieren tenerlo como animal de compañía, desconociendo sus necesidades naturales y afectando su bienestar.De acuerdo con el propio Ministerio de Ambiente, se reconocen los derechos de la especie de acuerdo a las normativas colombianas. En ese contexto, permitir su caza comercial, incluso con criterios de “aprovechamiento sostenible”, resulta incompatible con los principios del bienestar animal, como lo reconoció una mesa técnica convocada por el Ministerio en junio.Sin embargo, los antecedentes dejan muchas preguntas abiertas. En 2001, un fallo del Consejo de Estado ordenó al Estado colombiano diseñar un modelo de manejo sostenible del chigüiro, lo cual ha dado lugar a estudios técnicos durante más de dos décadas. La Ministra argumentó que ese proceso técnico estaba siendo malinterpretado, aprovechado políticamente y que existen diferencias entre aprovechamiento comercial y cacería, lo cual es contradictorio, dadas las circunstancias reales que se viven en campo, además se afirma que no existía ningún borrador normativo en curso. No obstante, las publicaciones borradas y la ambigüedad del lenguaje oficial han generado desconfianza entre organizaciones como AnimaNaturalis.La alerta sigue: criaderos y explotación legalAunque el anuncio oficial de que no se permitirá la caza comercial ha detenido, por ahora, una ofensiva directa contra los chigüiros, el problema de fondo persiste. Existen en Colombia criaderos de chigüiros que dicen son legales operando bajo el modelo de “zoocría” con fines comerciales, donde estos animales son mantenidos en cautiverio para el consumo humano o la venta de sus pieles. Este modelo de explotación, aunque aparentemente legal, plantea graves preocupaciones éticas y de bienestar animal.“Nos mantenemos en pie de lucha no solo contra la caza en estado silvestre, sino también contra los sistemas de explotación legal que reducen a estos animales a simples productos de mercado”, declaró Derly Florez directora de AnimaNaturalis Colombia. “No podemos permitir que la presión de algunos sectores económicos prevalezca sobre el respeto por la vida silvestre. La dignidad del chigüiro no se negocia”.Diversos informes han denunciado el comercio ilegal de carne de chigüiro en zonas de los Llanos Orientales y Bogotá, lo cual también fue reconocido por la ministra Estrada, quien pidió fortalecer los controles contra esta práctica. Sin embargo, la persistencia de criaderos legales mantiene la puerta abierta a la normalización de su consumo, alimentando el mercado, incluso desde la supuesta legalidad.Un llamado a la acciónEl reciente pronunciamiento del Ministerio de Ambiente representa una victoria importante para los defensores de los animales, pero no definitiva. Las contradicciones en la comunicación oficial, la falta de transparencia en los procesos normativos y la existencia de criaderos legales obligan a mantener la vigilancia ciudadana activa.Desde AnimaNaturalis estamos haciendo un llamado a las autoridades ambientales para que revisen a fondo el modelo de zoocría aplicada al chigüiro y otras especies silvestres, que se les excluya de la explotación y promuevan un enfoque verdaderamente ético, respetuoso y coherente con la categoría legal de los animales como seres sintientes.Invitamos a la ciudadanía a mantenerse informada, alzar la voz frente a cualquier amenaza contra la fauna silvestre y unirse a nuestras campañas en defensa de todos los animales. Porque un país que cuida a su fauna es un país que se respeta.
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Una especie clave y sintiente como todos los animales El chigüiro, también conocido como capibara, carpincho, ponche, es el roedor más grande del mundo y una especie clave en los ecosistemas de la Orinoquía colombiana. Habita en cuerpos de agua dulce como ríos y humedales, donde contribuye a la biodiversidad y el equilibrio ambiental. Es un animal herbívoro y altamente sensible, que forma grupos familiares y coopera en actividades como el cuidado de crías y la defensa frente a depredadores. Actualmente se ha hecho popular en el mundo por su carácter sociable, tranquilo y amistoso con otras especies, esa fama también lo pone en peligro, porque muchos quieren tenerlo como animal de compañía, desconociendo sus necesidades naturales y afectando su bienestar. De acuerdo con el propio Ministerio de Ambiente, se reconocen los derechos de la especie de acuerdo a las normativas colombianas. En ese contexto, permitir su caza comercial, incluso con criterios de “aprovechamiento sostenible”, resulta incompatible con los principios del bienestar animal, como lo reconoció una mesa técnica convocada por el Ministerio en junio. Sin embargo, los antecedentes dejan muchas preguntas abiertas. En 2001, un fallo del Consejo de Estado ordenó al Estado colombiano diseñar un modelo de manejo sostenible del chigüiro, lo cual ha dado lugar a estudios técnicos durante más de dos décadas. La Ministra argumentó que ese proceso técnico estaba siendo malinterpretado, aprovechado políticamente y que existen diferencias entre aprovechamiento comercial y cacería, lo cual es contradictorio, dadas las circunstancias reales que se viven en campo, además se afirma que no existía ningún borrador normativo en curso. No obstante, las publicaciones borradas y la ambigüedad del lenguaje oficial han generado desconfianza entre organizaciones como AnimaNaturalis. La alerta sigue: criaderos y explotación legal Aunque el anuncio oficial de que no se permitirá la caza comercial ha detenido, por ahora, una ofensiva directa contra los chigüiros, el problema de fondo persiste. Existen en Colombia criaderos de chigüiros que dicen son legales operando bajo el modelo de “zoocría” con fines comerciales, donde estos animales son mantenidos en cautiverio para el consumo humano o la venta de sus pieles. Este modelo de explotación, aunque aparentemente legal, plantea graves preocupaciones éticas y de bienestar animal. “Nos mantenemos en pie de lucha no solo contra la caza en estado silvestre, sino también contra los sistemas de explotación legal que reducen a estos animales a simples productos de mercado”, declaró Derly Florez directora de AnimaNaturalis Colombia. “No podemos permitir que la presión de algunos sectores económicos prevalezca sobre el respeto por la vida silvestre. La dignidad del chigüiro no se negocia”. Diversos informes han denunciado el comercio ilegal de carne de chigüiro en zonas de los Llanos Orientales y Bogotá, lo cual también fue reconocido por la ministra Estrada, quien pidió fortalecer los controles contra esta práctica. Sin embargo, la persistencia de criaderos legales mantiene la puerta abierta a la normalización de su consumo, alimentando el mercado, incluso desde la supuesta legalidad. Un llamado a la acción El reciente pronunciamiento del Ministerio de Ambiente representa una victoria importante para los defensores de los animales, pero no definitiva. Las contradicciones en la comunicación oficial, la falta de transparencia en los procesos normativos y la existencia de criaderos legales obligan a mantener la vigilancia ciudadana activa. Desde AnimaNaturalis estamos haciendo un llamado a las autoridades ambientales para que revisen a fondo el modelo de zoocría aplicada al chigüiro y otras especies silvestres, que se les excluya de la explotación y promuevan un enfoque verdaderamente ético, respetuoso y coherente con la categoría legal de los animales como seres sintientes. Invitamos a la ciudadanía a mantenerse informada, alzar la voz frente a cualquier amenaza contra la fauna silvestre y unirse a nuestras campañas en defensa de todos los animales. Porque un país que cuida a su fauna es un país que se respeta.
