AnimaNaturalis exige una revisión del modelo de ganadería intensiva actual ante la reciente crisis sanitaria de la peste porcina africana

AnimaNaturalis denuncia que el sector porcino no puede seguir externalizando sus riesgos y culpar a la fauna silvestre de sus fallos de bioseguridad, y asevera que la única estrategia de prevención a largo plazo es la reducción drástica de la ganadería industrial.

09 diciembre 2025
Barcelona, España.

Tras la detección del brote de Peste Porcina Africana (PPA) en la provincia de Barcelona y la consecuente declaración de "emergencia" por parte de la Generalitat, la organización internacional de defensa de los animales AnimaNaturalis exige a las autoridades y al sector una profunda reflexión sobre el modelo de producción ganadera en España, principal exportador de porcino de Europa.

Desde AnimaNaturalis, señalamos que esta crisis, que amenaza la salud animal y la economía, es una consecuencia directa y previsible de los niveles exagerados e insostenibles de producción de cabezas de ganado que se mantienen en nuestro país.

“La PPA es una llamada de atención muy seria. Mientras se siga priorizando el volumen de producción sobre la salud pública y el bienestar, seguiremos viendo estas amenazas”, denuncia Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España.
Frente a la alarma social y la inminente demonización de los jabalíes –a quienes se intenta señalar como culpables–, la realidad parece apuntar, una vez más, al propio sector como el origen del problema.

La cepa del virus causante del brote parece ser la misma que investiga el laboratorio IRTA-CReSA con el objetivo de hallar una vacuna que proteja a la enorme cabaña de porcino de todo el continente europeo. Si el virus se ha escapado de un centro de experimentación con animales, es imperativo que las autoridades pongan también sobre la mesa no solamente el peligro que suponen estos laboratorios, sino también el peligro que supone el actual modelo de ganadería intensiva a nivel mundial, en lugar de centrar la solución en medidas parche, como la matanza sistemática de jabalíes. 

Esta crisis demuestra, de forma palmaria, que la ganadería industrial no solo es intrínsecamente cruel con los animales, sino que resulta ser una fábrica de epidemias y un modelo ecológica y económicamente insostenible.

“La rápida propagación de la PPA es un síntoma de un sistema fallido” denuncia Gascón. “Las respuestas urgentes basadas en el aumento de las ayudas millonarias a la industria ganadera o el uso de cazadores –que no están capacitados para resolver problemas epidemiológicos– solo parchean la situación”, continúa Gascón.  

La única forma efectiva y sostenible de prevenir futuras amenazas sanitarias de este calibre es el cambio de paradigma en los hábitos de consumo. Las autoridades deben dejar de destinar fondos públicos masivos a paliar los efectos de una industria que genera riesgo y, en su lugar, promover alternativas alimentarias. Reducir o eliminar el consumo de productos de origen animal es la forma más directa y contundente para desmantelar un sistema que nos expone a epidemias recurrentes.