Chimpancé Toto en Zambia: Un final feliz

Chile. El que Toto pueda viajar al santuario de Chimfunshi, en Zambia, es el resultado de un largo y dificultoso proceso que involucró al SAG, al Centro de Rehabilitación de Primates y a otras entidades. Trabas judiciales, administrativas e incluso sociales se debieron sortear antes de cumplir con la legalidad vigente en materia de protección de la fauna.

03 septiembre 2003
Internacional.

Chile. Frente a los graves niveles de explotación y comercio internacional ejercidos sobre la fauna silvestre a nivel internacional, en 1973, se originó la "Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre" (CITES).

Sólo dos años después, Chile ratificó la Convención y entregó al Servicio Agrícola y Ganadero el rol de Autoridad Administrativa de CITES en el país. Desde entonces, el SAG tiene entre sus imperativos la protección de la Fauna Silvestre Protegida nacional y exótica, razón que motiva la acción proactiva que ha tenido permanentemente este Servicio a la hora de fiscalizar y educar a la población en torno a la tenencia y comercio de fauna protegida, cuya procedencia debe estar siempre acreditada (artículo 22 de la ley N° 19.473).

El Director Nacional del SAG, Carlos Parra Merino, explicó que "la convención Cites establece tres apéndices, dependiendo del grado de vulnerabilidad en que se encuentren las especies. Es así que los Chimpancés corresponden a especies animales y vegetales amenazadas que son o pueden ser afectadas por el comercio. Se encuentra prohibida la exportación o importación con fines comerciales, a menos que provenga de criaderos formalmente inscritos en la secretaría de la Convención. Dentro de este apéndice hay unas 500 especies animales".

Teniendo en cuenta este marco legal, la historia del Chimpancé Toto - decomisado en enero del año 2003, tras dos juicios desarrollados contra un circo por tenencia ilegal en cautiverio y maltrato animal - se ha transformado en el mejor ejemplo del compromiso asumido por la autoridad con la preservación de la biodiversidad y el cumplimiento de las normas vigentes en el país.

Aparentemente la historia del Chimpancé Toto comienza en Estados Unidos donde habría sido comprado por los dueños de un circo en el año 1977. Después de un largo período radicado en Venezuela, ingresó a Chile en una fecha indeterminada.

Las primeras denuncias sobre una posible tenencia ilegal del Chimpancé se recibieron en el SAG a mediados de los años 90. En 1997 se presentó la primera denuncia por presunto maltrato animal en el Juzgado del Crimen de San Antonio. Aunque en esa ocasión se decretó una orden de decomiso, ésta no pudo ser ejecutada ya que el circo inició un viaje que lo mantuvo fuera del país por varios años hasta el 2000.

Después de itinerar por pequeños pueblos del país, se estableció por unos meses en la Región Metropolitana donde se fiscalizó más profundamente iniciándose un primer juicio administrativo en el Tribunal Metropolitano del SAG a inicios del 2002 por no acreditar la procedencia legal del animal (infracción a la Ley 19.473 de Fauna).

Junto con eso, en noviembre del mismo año, el SAG presentó una segunda denuncia, esta vez ante el Juzgado del Crimen de Puente Alto, por maltrato animal (infracción al Art. 291 bis del Código de Procedimiento Penal).

El tribunal del SAG Metropolitano resolvió el decomiso del Chimpancé en enero del 2003, momento en que el circo realizaba una gira por la VI Región. Para ejecutar la sentencia, se inició un operativo que involucró al SAG, al Centro de Primates Siglo XXI, al Zoológico Metropolitano y a Carabineros de Chile, entidades que cumplieron con éxito el inédito procedimiento.

Días después, el Juzgado del Crimen de Puente Alto también dictaminó el decomiso del animal, lo que reforzó la sentencia del SAG.

En una primera instancia el Chimpancé fue trasladado al Centro de Primates siglo XXI (Peñaflor), donde se le practicaron los primeros exámenes médicos que constataron que el animal había sido castrado, que tenía sus colmillos rasados, presentaba laceraciones y heridas por las cadenas que usó por 20 años y que tenía un máximo nivel de stress. En los siguientes meses, el animal fue mantenido en óptimas condiciones de hábitat por el Centro de Primates, mientras que los veterinarios del Zoológico Metropolitano se encargaron de realizar las numerosas operaciones dentales que su delicado estado de salud requería.

Carlos Parra destacó que "este es un claro ejemplo de que el Servicio Agrícola y Ganadero está comprometido firmemente con la defensa y protección de la vida silvestre y seremos inflexibles con el trafico ilegal de especies, considerado el tercero en el mundo, luego del de drogas y de armas. Producto de la continua labor de fiscalización, control y difusión del tema, el comercio de animales ilegales en el país ha disminuido en un 68% en los últimos 3 años".

En el transcurso de la historia del rescate del chimpancé, la organización Animal Defenders International se interesó en el caso y comenzó a prestar su colaboración para conseguir su reinserción en un hábitat natural más adecuado.

Junto con los contactos y gestiones realizados por el Centro de Primates de Peñaflor para conseguir un cupo para Toto en el Santuario de Vida Silvestre Chimfunshi en Zambia, la colaboración de Animal Defenders para obtener los auspiciadores para financiar su viaje ha sido fundamental. Se destaca en este proceso el apoyo financiero a las Empresas Lan Chile y DHL Express quienes con su compromiso han hecho posible el transporte del ejemplar y el equipo técnico.

Finalmente, para cumplir con las regulaciones sanitarias internacionales, el SAG realizó todas las gestiones necesarias para emitir los certificados de exportación y certificados CITES de transporte internacional de especies silvestres protegidas, lo cual permite que el animal pueda iniciar su viaje el martes 2 de septiembre a las 07:30 hrs.

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