El tercer delito más grave después del narcotráfico y el contrabando de armas es el contrabando de animales exóticos.
En los aeropuertos de todo el mundo se ven casos casi a diario de personas que esconden reptiles, primates y aves en sus maletas, tanto vivos como disecados. En algunas ocasiones, y dependiendo de su tamaño, son transportados en calcetines o incluso en recipientes de plástico, lugares muy pequeños para no ser descubiertos, con una pequeña abertura que les permite respirar.
Después de todas las horas de viaje que pasan escondidos llegan en condiciones deplorables (magullados, deshidratados, mal nutridos…), los que llegan vivos por que muchos mueren.
Cuando en el aeropuerto de Madrid se encuentran con algún caso de estas características decomisan a estos animales, los atienden veterinarios en el mismo aeropuerto y una vez están en condiciones de viajar los llevan a Safari Park (lugar parecido a un zoológico). Los responsables de este recinto se sienten orgullosos de tener a estos animales en sus instalaciones y de esta manera poder mostrarlos y darlos a conocer al público. En ningún momento se han planteado devolverlos a su hábitat, según ellos como los han encontrado en España son españoles.
La ley debería ser más clara en estos casos, ya que, si es ilegal traficar con estos animales también debería serlo retenerlos en jaulas.
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