Delfines y marsopas caen en la red

"Casi 1.000 ballenas, delfines y marsopas mueren cada día en redes y artes de pesca, y algunas especies son llevadas al borde de la extinción".

16 junio 2005
Internacional.

Nueve especies de delfín y marsopa se extinguirán en pocas décadas si no se toman medidas para impedir que estos mamíferos mueran atrapados en redes de pesca, advirtió el no gubernamental Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF)

El informe, titulado ”Al borde: Prioridades globales para salvar a delfines y marsopas amenazadas por la pesca incidental”, identifica las poblaciones más amenazadas, de Argentina a Zanzíbar.

Este estudio de WWF aspira a convertirse en un manual para funcionarios nacionales y mundiales, en especial para los de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que se reunirá la semana próxima en Corea del Sur.

”Casi 1.000 ballenas, delfines y marsopas mueren cada día en redes y artes de pesca, y algunas especies son llevadas al borde de la extinción”, dijo Karen Baragona, del programa de conservación de especies de WWF. ”Elaboramos este 'ranking' para ayudar a los gobiernos y agencias a asignar sus inversiones con un mejor rendimiento.”

La difusión del informe coincidió en Estados Unidos con una propuesta de asignar cinco millones de dólares al año a acciones para reducir en todo el mundo la muerte accidental de mamíferos marinos y tortugas atrapados en artes de pesca. El proyecto de ley en ese sentido fue presentado en el Congreso legislativo por la senadora Barbara Boxer

”Urgimos al Congreso a aprobar esta ley y a usar nuestro informe para asignar mejor los recursos en los lugares” donde son más necesarios, dijo Baragona. ”Estas muertes accidentales pueden ser significativamente reducidas, frecuentemente con soluciones baratas y sencillas.”

Las compañías pesqueras estadounidenses implementaron entre 1993 y 2003 medidas que redujeron dos tercios la muerte de cetáceos --ballenas, delfines y marsopas-- atrapados en trasmallos (”gillnet”, en inglés).

El trasmallo es un tipo de arte de pesca que combina tres redes superpuestas con mallas de distintas dimensiones, de modo que el pez puede pasar su cabeza pero no logre sacarla de allí cuando trata de retroceder, pues queda atrapado por la superficie sobresaliente de sus agallas.

Los trasmallos son, por lo general, arrojados como enmalle. Con esta técnica, el extremo inferior de la red es sostenido en el fondo del mar con un lastre. El superior está sujeto a flotadores. Así, la malla forma una especie de ”pared” desde el fondo del mar hasta la superficie.

Las tecnologías que permitieron reducir la mortalidad de cetáceos atrapados accidentalmente en trasmallos no están disponible en el Sur en desarrollo.

Las modificaciones de estas artes para reducir la muerte accidental de cetáceos y tortugas incluyen el uso de sogas incandescentes, fáciles de percibir, y materiales rígidos, que pueden ser rotas por animales de dimensiones mayores a los peces que se pretende atrapar.

Más de 300.000 ballenas, delfines y marsopas mueren ahogadas cada año, incapaces de subir a la superficie del mar a respirar por estar atrapadas en redes.

Delfines y otros grandes cetáceos tienen dificultades para percibir la red. Quedan, por lo tanto, atrapados en ellas con frecuencia. Incapaces de dirigirse a la superficie para respirar, se ahogan.

Científicos expertos en delfines y marsopas consultados para el estudio de WWF establecieron un listado de las especies más amenazadas por este tipo de redes y las que tenían más posibilidades de recuperarse rápidamente si se toman medidas.

Las prioridades, según los técnicos, se sitúan en nueve especies. La primera de la lista es el delfín del Irrawaddy. Estos 500 cetáceos son amenazados no sólo por las artes de enmalle en ríos y lagos de Asia sudoriental sino también por redes cangrejeras en el filipino estrecho de Malampaya.

Los trasmallos son también un peligro para los delfines jorobados y hocico de botella en la costa meridional de Zanzíbar, que suman 230, la marsopa común del mar Negro, los delfines de Spinner y de Fraser en Filipinas, el delfín jorobado de las costas atlánticas africanas, la marsopa Burmeister de Perú, la franciscana de Argentina, Uruguay y Brasil y el delfín Commerson en Argentina.

En cada caso, se deben tomar medidas diversas. Respecto del delfín del Irrawaddy, los pescadores deberían usar sonidos para impedir que se acerquen los cetáceos y recoger sus redes con más frecuencia. Además, deberían establecerse áreas donde se prohíba la pesca con trasmallo.

Los expertos recomiendan en países como Zanzíbar, donde la captura de delfines jorobados y hocico de botella está prohibida, alentar el turismo de avistamiento de ballenas y una pesca más selectiva.

http://www.tierramerica.net/

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