Empieza la gran matanza de galgos

Más abajo podréis leer una entrevista a Francisco Salamanca, Presidente de la Federación de Galgos, extraída de la Revista Trofeo Num. 428, enero de 2006. Esto es lo que ellos opinan sobre la terrible tragedia de la caza.

Francisco Salamanca, galguero y veterinario, lleva más de un año al frente de la Federación Española de Galgos. Su mayor empeño es aumentar considerablemente el número de federados con interesantes contrapartidas, que incluyen campañas de imagen del mundo galguero y estudios científicos sobre la liebre.

Hace unos meses se supo que el grupo de Los Verdes iba a presentar una proposición no de ley por la que instaba al Gobierno a prohibir la caza con galgos. ¿Cómo marcha ese asunto?

Desde que se supo que se iba a presentar, se alcanzó un acuerdo con todos los partidos políticos mayoritarios del Parlamento por el que se comprometían de antemano a no aceptarla. Como era de esperar, no ha salido adelante.

Los verdes alegaban que cada año morían entre 50.000 y 100.000 galgos...

Esa es una cifra completamente desproporcionada. El galgo es la raza más numerosa de España. Puede haber alrededor de 500.000 ejemplares, pero no es posible que mueran tantos. Además, suele coincidir que los que se encuentran muertos son perros robados o abandonados. Se sabe que la mayor parte de los robos –el número total se estima en unos 2.000- los realiza gente relacionada con el mundo de la droga que, con estos perros, celebra carreras clandestinas con grandes apuestas de por medio y que, por el camino, se deshace de los galgos que no le sirven. Un galguero no hace eso, y no se nos puede meter en el mismo saco.

¿Hace algo la FEG contra esos robos?

Hemos promovido una campaña para que se denuncien estas sustracciones. Y también para que el chip y el tatuaje sean obligatorios, cosa que sólo nos falta por conseguir en Extremadura. Un chip es muy maleable y se puede extraer, pero para quitar el tatuaje hay que cortar la oreja del perro, y está prohibido que ejemplares con orejas cortadas participen en competiciones.

También se quejaban de que era una caza cruel, tanto para el perro como para la liebre.

Los galgueros ya sabíamos de antemano que cuando más felices son nuestros perros es corriendo tras una liebre, pero ahora estamos a punto de poder comprobarlo científicamente gracias a un estudio que, basándose en las hormonas que liberan los perros al correr, ha comprobado que su bienestar aumenta durante el tiempo que dura la carrera.

Puede que para la liebre no sea igual, pero se trata de un lance natural como pocos, quizá sólo comparable a la cetrería, una lucha de poder a poder que se da todos los días en la naturaleza, en la que dos contendientes ponen en juego sus mayores armas y cuyo desenlace siempre es incierto.

¿Y lo de que el galgo no distingue a sus presas?

Otra afirmación que no tiene mucho sentido. Para empezar, los perros van atados y sólo se les suelta cuando la liebre ha levantado. Es posible que si en la carrera se cruza un conejo, lo corran, pero de ahí a lo que se dijo acerca de que podía poner en peligro a especies protegidas como el lince ibérico... Es otra de tantas cosas que se dicen sin conocer demasiado este mundo. De todos modos, la proposición no saldrá adelante, cosa que en parte tenemos que agradecer a la Real Federación Española de Caza, que se volcó y nos prestó una inestimable ayuda en este asunto.

El año de la perdiz está siendo malo, de eso no hay duda. Muchos cazadores de menor están teniendo este año que centrar su atención cinegética en otras piezas. Según la orografía del terreno, el clima y algunos factores más, en algunos lugares esa otra pieza habrá sido la sorda, el conejo, la torcaz y en muchos, por supuesto, la liebre.

Y para hablar de la liebre, nadie mejor que Francisco Salamanca Llorente, presidente de la Federación Española de Galgos (FEG). Este veterinario, que lleva un año en el cargo, nos muestra la visión del mundo de la liebre que tienen los galgueros, quizá diferente a la de los cazadores de escopeta en algunos aspectos y algunos de los proyectos de la Federación que encabeza.

¿Cómo está la afición galguera en estos momentos?

Actualmente creciendo. Hemos puesto en marcha ambiciosas campañas para animar a los aficionados a que se federen. El problema es que hasta hace poco los galgueros se federaban en la Federación Española de Caza en vez de en FEG, en muchos casos por desconocimiento. No queremos restar miembros a la FEC, pero sí nos gustaría que los nuevos aficionados se registraran en nuestra Federación, y poco a poco lo vamos consiguiendo. Si en los diez años anteriores se habían incorporado 120 nuevos federados, en este último han sido 1.200. Los galgueros tienen que saber que por una cuota anual de 18 euros tienen un seguro de accidentes, ventajas en los seguros para los perros y caballos, acceso a piensos especiales, atención en caso de robo de sus perros, etcétera.

Se ve que la afición no decae. Pero, ¿y la liebre? ¿en qué estado se encuentra?

La liebre está bien. Los años secos la benefician y no ha sufrido la sequía como la perdiz. Se podría decir que este año ha sido aceptable, incluso bueno para la liebre. Lo que ocurre es que a principios de temporada están más ocultas en los perdederos, en laderas y pinares. Hasta que la tierra no está arada no se desplaza a las zonas bajas. Pero no se puede decir que el año haya sido malo para la liebre.

Entre los cotos en los que se caza con escopeta y los galgueros, ¿qué diferencias existen tanto en la gestión como en la propia caza?

En lo que se refiere a la gestión, no difieren demasiado unos cotos de otros. En los galgueros, igual que en los demás, se realiza control de depredadores y furtivismo. Quizá se podría decir que en la mayoría de cotos en los que se caza con galgo, las liebres reciben alimento suplementario, normalmente en forma de avena o cebada en grano. La liebre se alimenta de este grano que, con las lluvias, germina y proporciona un pasto también muy bueno.

En cuanto a la caza, hay una diferencia notable que es la selección. El gatillo no selecciona. La liebre sale de los pies del cazador y no se le da tiempo a demostrar nada. El galgo si selecciona. Las mejores liebres, las más rápidas, serán las que se escapen de su boca y se reproduzcan.

Y otra diferencia en la caza son los resultados. Una cacería de liebre con escopeta en la que no se cobra una liebre es habitualmente aburrida. Con galgos puede no cobrarse una pieza en toda la jornada y haber pasado un magnífico día de caza. Lo que se busca es la carrera, no que el perro mate innecesariamente. Los galgueros aplaudimos a las liebres que consiguen escapar.

Se han dado casos en los que tanto la liebre como el galgo han quedado desfallecidos en el suelo tras cinco o seis minutos de carrera, sin poder dar una zancada más a pesar de estar a pocos metros la una del otro. Eso no tiene precio para un galguero; vale más que diez liebres en el zurrón.

El año pasado se habló de algún posible caso de tularemia. ¿Qué ha sabido la FEG?

Todo fue por unas sospechas en Zamora, pero tras las pruebas pertinentes se comprobó que no era esa enfermedad y no se ha llegado a confirmar ningún caso en nuestro país en los últimos dos años. El brote que hubo hace tiempo fue probablemente por una introducción fraudulenta de liebres.

¿Y qué hay de otras enfermedades?

La Federación Española de Galgos hace todos los años un muestreo en busca de casos de tularemia, cisticercosis, sarcosporidiosis y triquinosis. De las dos últimas no hay casos. De cisticercosis se han hallado algunos, sobre todo en la Comunidad de Madrid. El parásito que causa esta enfermedad necesita de dos hospedadores, uno de los cuales suele ser el perro o el zorro. Por eso apoyamos campañas de control de zorros y de desparasitación de perros, sobre todo los de caza y los de los pastores. Esa es una buena manera de luchar contra esta enfermedad.

Más información sobre la matanza de galgos en Galgos Sin Fronteras