Tras la inclusión de la carne de origen animal en el listado de productos que contribuyen a la crisis climática, la ciudad de Haarlem (Países Bajos) ha anunciado que no permitirá la presencia de anuncios que inciten a su consumo en lugares como el transporte público, los escaparates o las pantallas publicitarias.
El municipio de 160.000 habitantes se convierte así en la primera ciudad del mundo en adoptar esta medida. La decisión ha generado críticas desde la industria cárnica, quien insiste en que el ayuntamiento “está yendo demasiado lejos al decirle a los ciudadanos lo que es mejor para ellos.”
Por su parte, la concejala Ziggy Klazes, del partido GroenLinks y redactora de esta moción, ha declarado en una entrevista en la radio que "no se trata de lo que cada quien hornea y asa en su propia cocina; si la gente quiere seguir comiendo carne, bien... Pero no podemos decirle a la gente que hay una crisis climática y animarla a comprar productos que son parte de la causa".
Klazes ha reconocido que mucha gente se puede sentir indignada con esta prohibición, pero que también hay muchas otras personas que piensan que está bien. Según ella, hay varios grupos de GroenLinks a nivel nacional que están de acuerdo con la idea y planean aplicarla de aquí en adelante.
La polémica decisión llega tras varios meses de revueltas por parte de los ganaderos holandeses como respuesta a la intención del Gobierno de reducir las emisiones de nitrógeno en un 50% para el año 2030. Para lograr este objetivo, una de las medidas propuestas es reducir el conjunto del ganado de todas las especies destinadas a consumo humano en un 30%.
La respuesta del sector agroganadero se ha traducido en numerosas protestas desde el pasado mes de junio, con cortes de carreteras en las que los granjeros han prendido fuego a neumáticos y fardos de heno, llegando a enfrentarse violentamente con la policía.
Si bien los dueños de explotaciones ganaderas serán compensados con indemnizaciones por la venta voluntaria de sus negocios, no se descartan expropiaciones en caso de los negocios ubicados cerca de reservas naturales. Las autoridades holandesas aseguran perseguir un equilibrio entre la naturaleza y las actividades agrícolas, allanando el camino hacia una economía circular más sostenible.
Los Países Bajos son actualmente el mayor exportador de vacuno de la Unión Europea, con una población de unos 4 millones de vacas destinadas a producción de leche y carne, el segundo exportador de aves de corral por detrás de Polonia, con 100 millones de gallinas en sus explotaciones, y el cuarto en exportación de carne de cerdo, unos 12 millones de individuos, después de España, Alemania y Dinamarca.
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