El lunes 10 de julio, en medio de una semana saturada de maltrato animal en toda España, presenciamos un espectáculo especialmente consternador en Teruel protagonizado por vaquillas de pocos meses y niños y niñas pequeños. La normativa taurina aragonesa ha sido modificada recientemente para permitir la participación desde los 14 años en encierros y toros ensogados, y de menores de 14 acompañados.
El Gobierno de Aragón trata de garantizar el relevo generacional animando a la infancia a presenciar el acoso y persecución de vaquillas de tan solo 18 meses. Los animales, no mucho más altos que un perro grande, se ven claramente estresados y confundidos, sufren caídas repetidamente y soportan tirones de la cola, agarrones por los cuernos, empujones y patadas, todo esto mientras una cuerda rodea su cabeza limitando sus movimientos al mínimo.
Después de un primer pase de toros ensogados a primera hora de la mañana, la calma alrededor de la plaza del Torico volvió a verse truncada por este festejo, presenciado por decenas de menores. En 2022, este espectáculo se celebró sustituyendo las vaquillas por toros falsos con ruedas, pero la aprobación del nuevo reglamento ha permitido que este año 3 vaquillas hayan sido acosadas hasta la extenuación. Dos de ellas fueron obligadas a repetir el recorrido, en un total de 5 encierros durante las horas más calurosas del día.
Pese a que los animales se ven claramente agotados, jadeantes, con la boca ensangrentada y hasta se pueden escuchar sus bramidos de desesperación, la legalidad de este tipo de eventos permite a los aficionados adultos inculcar a los más jóvenes la falta de empatía y la normalización del maltrato hacia algunos animales. El estrés que experimentan les lleva a cabecear bruscamente, intentan echar a correr y sueltan coces al aire, suponiendo también un peligro para la integridad de los participantes. A pesar de su corta edad, las vacas tienen un peso considerable y los cuernos bastante desarrollados.
Desde AnimaNaturalis y CAS International denunciamos el horror que viven vaquillas y toros en la modalidad de la soga en Aragón y otras CCAA, además del riesgo para la salud física y mental que supone para la infancia ser testigo de la violencia ejercida sobre los animales.
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