La Tauromaquia y su sustento en corrupción y mentiras

Hace tiempo conocíamos rumores que señalaban que, en la gran mayoría de las corridas de toros que se efectúan en México, los toros lidiados no cumplían la edad reglamentaria para la lidia, es decir 4 años. Los rumores se han convertido en una realidad.

20 enero 2014
México DF, México.

El anterior requisito se establece en los Reglamentos Taurinos de cada estado o Municipio de nuestro país. En el caso del Distrito Federal, se contempla en la fracción II del artículo 36 del Reglamento Taurino del Distrito Federal que dice textualmente:

“Las reses que se lidien en corridas de toros deberán reunir los requisitos siguientes

II. Haber cumplido cuatro años de edad, no pasar de seis  estar inscritas en el Registro Obligatorio de Edades de los Astados”.

Se ha demostrado que la mayoría de los toros lidiados no había cumplido 4 años, lo cual incluso es validado por los Jueces de Plaza, que son los encargados de verificar que se cumpla a cabalidad con el Reglamento mencionado y permiten que las corridas de toros se desarrollen violando ese requisito.

En el caso del Distrito Federal, la violación ha sido documentada y denunciada incluso por médicos veterinarios como Calva Rodríguez y Santiago Aja, veterinarios de la Plaza de Toros México y miembros de la Asociación Nacional de Veterinarios Taurinos, S.C. Como respuesta de parte de quienes manejan dicha Plaza recibieron el despido inmediato y amenazas. La información exacta se puede consultar en los siguientes artículos, elaborados por Mauricio Romero, publicados en el portal electrónico de Contralínea, el primero de ellos el 9 de julio de 2013 y el segundo el 19 de noviembre del mismo año:

En Mérida, Yucatán, se sabe que la empresa “Espectáculos Taurinos de México”, quien se encargaba de la organización de la Temporada Taurina de dicha ciudad, decidió cancelar el resto de la temporada, incluyendo la corrida que estaba programada para el domingo 19 de enero - en la cual participarían “grandes figuras” como Sebastian Castella y el Zotoluco -  así como la correspondiente al 2 de febrero - en la que se presentaría Julián López - luego de que el Juez de Plaza, Ulises Zapata León, rechazara 5 de los 8 toros que se lidiarían el 19 de enero ya que no cumplían con la edad reglamentaria. 

La información anterior se puede consultar en los siguientes enlaces:

De manera peculiar, el portal taurino más famoso en México reseñó que la cancelación obedecía a la “intransigencia” del juez, pero no menciona nada respecto de la edad de los toros que se lidiarían.

La información citada nos habla de que en México no se cumplen los Reglamentos Taurinos, que la mayoría de los toros que se utilizan en la lidia no tienen 4 años (algunos incluso sólo tienen 2), que al momento de salir al ruedo ya han sido previamente maltratados y que los Jueces de Plaza, en su mayoría, sólo responden a los intereses de los empresarios y omiten cumplir con sus obligaciones. No sólo no verifican la edad de los toros, sino que se encargan de evitar que a los toros muertos se les efectúen análisis con la intención de que estas noticias no se den a conocer.

Las implicaciones de lo anterior son muy graves: en primer término, se corrobora que el mundo taurino no respeta la Ley, que actúa evitando proporcionar información y que tiene tratos con los políticos para no cumplir con sus obligaciones; en segundo término, se demuestra lo que todos sabemos, es decir, que quienes disfrutan asistiendo o participando a espectáculos taurinos carecen de ética, ya que no son capaces siquiera de cumplir con sus propias reglas. Les es indiferente matar a un toro de dos años que a uno de 4 y no tienen problema alguno en asesinar en tientas privadas a vaquillas preñadas y a becerros de meses para poder “entrenar”. En tercer término, queda en evidencia que sus argumentos para justificar la tauromaquia, como el famoso “los toros de lidia viven como reyes y sólo sufren 15 minutos”, además de ser un argumento anclado en un antropocentrismo arcaico y profundamente incongruente, no es real, ya que los toros ni siquiera viven la edad que los taurinos decidieron que vivirían.

De esta manera se demuestra que la tauromaquia en México equivale a corrupción, a mentiras, a prebendas, a engaños.Todos los que forman parte de ella (público, narradores, reporteros, toreros, ganaderos, empresarios, políticos, televisoras), son cómplices de un crimen terrible: el asesinato de seres inocentes para el disfrute de una minoría. Nadie que se precie de ser un “buen ser humano” puede jamás ser cómplice de la tortura y la muerte.

 

José María Ferez- Coordinador de Campañas de AnimaNaturalis México

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